La Real Maestranza de Sevilla y la Academia de Ciencias premian la investigación

Reconocimiento

Sara Bachiller, Francisco Manuel Baena y Laura Pastor son galardonados por sus trabajos en neurobiología, economía circular y biomasa

Estos son los estudiantes de la UPO premiados por la Real Maestranza de Sevilla

Sara Bachiller, José Carlos Gómez, Santiago de León y Domecq, Miguel Ángel de la Rosa, Francisco Manuel Baena y Laura Pastor.
Sara Bachiller, José Carlos Gómez, Santiago de León y Domecq, Miguel Ángel de la Rosa, Francisco Manuel Baena y Laura Pastor. / Juan Carlos Muñoz

El mundo de la investigación es a muy largo plazo. No entiende de metas inmediatas. Y mucho menos de satisfacciones al instante. Sus resultados, la mayoría de las veces, se constatan años después. De ahí que cualquier reconocimiento a esta labor suponga un aliciente en un sendero largo y con demasiadas curvas. Así lo han puesto de manifiesto este miércoles los tres jóvenes premiados por la Real Maestranza de Caballería y la Real Academia Sevillana de Ciencias. Llevan por nombre Sara Bachiller Sánchez-Arévalo, Francisco Manuel Baena Moreno y Laura Pastor Pérez.

Los tres coinciden en sus discursos en que cualquier triunfo científico es colectivo, nunca individual. Siempre hay detrás un equipo que colabora y que, principalmente, no deja caer en el desánimo a los participantes. No son pocas veces las que esto ocurre. “El ‘no se puede' se presenta en demasiadas ocasiones”. Así lo ha afirmado Francisco Manuel Baena, quien ha definido la profesión de investigador como “bonita, pero muy tóxica”.

Baena ha desarrollado un proyecto que, como él mismo ha resumido, consiste en convertir dos residuos en “algo valioso”. Se trata, en suma, de la economía circular. Este joven comenzó en la investigación en 2017. Lo hizo como ayuda económica mientras se preparaba las oposiciones docentes. Hoy, aquella “ayuda” se ha convertido en su principal sustento de vida. La primera vez que se dio cuenta de que ser investigador era posible fue en la universidad de una ciudad británica, donde residió en una habitación de pocos metros cuadrados. “Un ‘sí se puede’ cuenta cien veces más que un ‘no’”, ha aseverado.

El apoyo familiar

El relato se ha repetido en sus compañeras Sara y Laura, en las que el esfuerzo también ha sido la nota dominante para lograr este reconocimiento. Tampoco se ha olvidado del imprescindible apoyo de sus familias durante estos años. Sara desarrolla proyectos en el ámbito de la neurobiología. Uno de sus estudios se ha centrado en la incidencia del estrés en la enfermedad del alzhéimer. Laura, por su parte, se ha especializado en la biomasa y la mejora del biogás.

La entrega de los premios ha venido precedida del discurso del teniente de Hermano Mayor de la Maestranza, Santiago de León y Domecq, que ha recordado unas palabras pronunciadas recientemente por el rey Felipe VI con las que defendía que “cada paso que se da en la senda del conocimiento repercute en la grandeza de la humanidad”. Afirmación a la que este miércoles se le ha puesto rostro en la institución nobiliaria con Sara, Francisco Manuel y Laura.

El acto –amenizado por la soprano Diana Larios y el guitarrista Manuel Ángel Rojas– ha concluido con el discurso del presidente de la Academia de Ciencias, Miguel Ángel de la Rosa Acosta, y con la de José Carlos Gómez Villamandos, consejero de Universidades. Villamandos, al hilo de lo expresado por los premiados, ha recordado que en investigación, “cuando las cosas parece que acaban mal es porque aún no han terminado”.

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