El Macarena abre la unidad del ictus sin personal específico tras más de un año de retrasos

Salud

El primer paciente ingresó este lunes en este espacio diseñado para prevenir las graves secuelas que provocan los infartos cerebrales.

La puerta principal del Hospital Virgen Macarena, en imagen reciente.
Noelia Márquez

23 de abril 2013 - 05:03

El Hospital Virgen Macarena inauguró este lunes la unidad del ictus tras más de un año de retrasos y sin dotar con personal específico a este proyecto ideado por el área de Neurología para prevenir las graves secuelas que provocan los infartos cerebrales. Con esta apertura, el gerente de los hospitales Virgen del Rocío y Macarena, Francisco Torrubia, cumple, a medias, con el compromiso que adquirió con afectados por el ictus y sus familias, quienes denunciaron hace semanas los continuos retrasos en la apertura de esta área especializada. La unidad ha comenzado a funcionar pero sin el personal previsto inicialmente. El proyecto de crear una unidad de ictus comenzó a materializarse en el Macarena en 2011 con la ejecución de una reforma en la séptima planta, que culminó el verano pasado. Hasta este lunes las nuevas instalaciones han permanecido cerradas. Tras la denuncia de los afectados , el SAS ha procedido a abrir esta área, que requiere para un funcionamiento idóneo de la dedicación exclusiva de personal de enfermería y de un neurólogo, así como de la asistencia especializada localizable las 24 horas.

Desde hace años la Sociedad Andaluza de Neurología ha reclamado al SAS la implantación de unidades de ictus en la comunidad autónoma para evitar el elevado coste social y sanitario que desencadena este problema. En Sevilla sólo funciona la unidad del Virgen del Rocío, que está dotada con cuatro camas, y la recién inaugurada en el Hospital Macarena, que cuenta con seis camas. El desarrollo de los tratamientos farmacológicos ha supuesto grandes avances en la lucha contra los infartos cerebrales, que suponen el 80% de los ictus.

Para que sean eficaces estos tratamientos resulta imprescindible una asistencia precoz al enfermo. Los mejores resultados se logran en las primeras tres horas tras el ictus, pero científicamente está constatado que los fármacos son eficaces también en las siguientes 24 horas. La aplicación de esta terapia requiere de asistencia especializada, ya que supone riesgos para el paciente; y es por ello que la sociedad científica que aglutina a los neurólogos andaluces reclama desde hace años el desarrollo de las unidades de ictus. Estos recintos hospitalarios requieren de personal específico.

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