El Macarena rastrea el genoma para combatir mejor la alergia

Salud Un equipo de investigación busca nuevas terapias mediante estudios genéticos

Los investigadores crearán un Biobanco de Enfermedades Alérgicas para estudiar el ADN de 200 personas e identificar las mutaciones responsables de la enfermedad

El doctor Javier Monteseirín, en el laboratorio de Alergología del Hospital Virgen Macarena.
El doctor Javier Monteseirín, en el laboratorio de Alergología del Hospital Virgen Macarena.
Noelia Márquez

20 de junio 2010 - 05:03

Rastrear el genoma humano para identificar cuáles son las alteraciones en los genes que colocan a una parte importante de la población en predisposición para sufrir alergias. Es la meta de una investigación emprendida por un equipo del Hospital Virgen Macarena integrado por seis investigadores -cuatro biólogos y dos alergólogos- y liderado por el responsable del laboratorio de Alergología en el centro hospitalario, Javier Monteseirín Mateo. "El objetivo último de nuestros trabajos es encontrar remedios para que los enfermos tengan mejor calidad de vida y diseñar nuevos tratamientos para pacientes graves que no cuentan con alternativas a la enfermedad", comenta el responsable del estudio.

En un plazo de tres años, este equipo científico espera obtener resultados que, en principio, beneficiarán a personas que sufren alergia a componentes del polen del olivo, que tiene una importante incidencia en Andalucía. Una vez que se conozcan las mutaciones genéticas que provocan las reacciones alérgicas, los especialistas tendrán capacidad para dar consejos genéticos; prevenir los problemas de la alergia antes, incluso, de que aparezcan los primeros síntomas; y seleccionar los mejores tratamientos para cada paciente.

Para estudiar el genoma, los científicos del Macarena contarán con la colaboración de empresas privadas que disponen de la tecnología necesaria para este tipo de estudios. En estos momentos, el doctor Monteseirín está a la espera de la concesión de un proyecto de excelencia de la Junta de Andalucía para desarrollar la investigación, que ya cuenta con el visto bueno de los controles éticos necesarios para crear el primer Biobanco de Enfermedades Alérgicas por componentes. Mediante este biobanco los científicos almacenarán el material biológico -células- de 200 pacientes que les permitirá desentrañar los fallos del ADN culpables de las alergias. "Se trata de comparar las células de una serie de pacientes que sufren alergia con las de personas que no tienen este problema de salud en la población de referencia", explica Monteseirín. Mediante el estudio comparativo del genoma, los investigadores localizarán las alteraciones en el ADN que desencadenan las reacciones alérgicas. "Los resultados nos permitirán conocer, a nivel celular, los mecanismos de la inflamación alérgica (asma, estornudos, urticaria, problemas oculares, etcétera)", añade. Con ello, los médicos tendrán los instrumentos necesarios para saber por qué una persona sufre alergia y donde se encuentra el origen del problema, para combatirlo con más eficacia.

Otra de las líneas de trabajo del doctor Monteseirín permitirá crear una Unidad de Intolerancia a la Histamina en el Macarena. La histamina es una sustancia que se libera en el organismo ante la presencia de alérgenos y que puede producir estornudos, comezón, urticaria, cefalea y ojos llorosos. "Es una sustancia biológicamente muy activa que participa en los procesos inflamatorios -por ejemplo ante una infección- pero cuando la histamina permanece en grandes cantidades y no se destruye puede provocar serios problemas, como un cuando severo de asma", reseña. Es una enzima, denominada histaminasa, la encargada de desactivar la histamina cuando ya ha realizado su función normal. El déficit de esta enzima provoca que la histamina permanezca en el organismo y continúe provocando procesos alérgicos sin freno. Los investigadores del Macarena tratarán de comprobar qué problemas impiden que la histamina se active y desactive adecuadamente. Los resultados de este estudio permitirá diagnosticar a pacientes que tienen el origen de su enfermedad en déficit de esta enzima, con problemas crónicos, -por ejemplo cefaleas- que pueden tener solución en los antihistamínicos y otras terapias.

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