Un equipo del Macarena ensaya una terapia frente a la artrosis de cadera

El estudio se desarrollará durante 21 meses y se basa en infiltraciones de plasma rico en plaquetas para problemas severos

Luis Roca, a la izquierda, y Mª del Mar Villanueva, a la derecha, en quirófano.
Noelia Márquez

16 de agosto 2016 - 05:03

Un equipo del Hospital Virgen Macarena lidera un ensayo clínico multicéntrico para demostrar la eficacia de un nuevo tratamiento frente a la artrosis de cadera, un problema de salud muy prevalente y causa de discapacidad. La terapia se centra en infiltraciones de plasma rico en plaquetas obtenido del propio paciente, un tratamiento biológico capaz de regenerar el tejido afectado y frenar la inflamación. 74 pacientes participan en este estudio clínico en Fase III.

Una vez que se confirmen las hipótesis del estudio, que apuntan a la eficacia de esta alternativa, previsiblemente el plasma rico en plaquetas se incluirá en el arsenal terapéutico frente a la artrosis de cadera.

"Es un tratamiento autólogo, es decir, extraído del propio paciente, de modo que tiene pocos efectos secundarios, una de sus principales ventajas frente a otras terapias", explica el doctor Luis Roca, responsable de este ensayo clínico, junto a la doctora María del Mar Villanova.

Uno de los objetivos del ensayo es evitar o, al menos, retrasar, la colocación de prótesis de cadera, el último escalón terapéutico frente a la artrosis, un problema degenerativo de los cartílagos que origina inflamación, dolor, y dificultad para la movilidad. "El plasma rico en plaquetas (PRP) comenzó a aplicarse en Traumatología en el año 2000, y en un estudio previo ya se ha demostrado su eficacia en artrosis de rodilla. En nuestro ensayo queremos obtener resultados en artrosis de cadera", explica el doctor Roca.

La artrosis de cadera es la destrucción progresiva del cartílago, que provoca el desgaste de la articulación, lo cual se manifiesta con dolor y limitación del movimiento. Este problema degenerativo se encuentra entre las diez principales causas de discapacidad y, según la Organización Mundial de la Salud, el 10% de la población a partir de los 60 años presenta problemas de artrosis. Se trata de un problema de salud de primer orden por el impacto social y económico que desencadena. En la actualidad, los pacientes que sufren artrosis disponen de un abanico de tratamientos paliativos basados en ácido hialurónico y en corticoides. Cuando los pacientes no responden a los tratamientos médicos, la última alternativa es la intervención quirúrgica, que consiste en colocación de una prótesis de cadera.

El ensayo clínico que ha comenzado en el Hospital Macarena aspira a colocar el plasma rico en plaquetas "como arma terapéutica en el escalón de los recursos utilizables cuando se indique una infiltración, y si se demuestra, como en otras articulaciones, conseguirá más eficacia, buena seguridad y efectos más prolongados", añade el doctor Roca. Aunque no tiene efectos curativos, esta nueva terapia logra reducir el dolor y mejora "la capacidad funcional; y como poco, retrasa el siguiente escalón terapéutico que sería la artroscopia o prótesis. Y, por lo tanto, nos posicionamos en el argumento clásico de Galeno de primum non nocere", comenta.

El tratamiento requiere un procesamiento muy meticuloso de sangre extraída del propio paciente para obtener, mediante técnicas de centrifugado, el plasma rico en plaquetas. Este procesamiento se realiza de manera muy controlada en sistemas cerrados, o cámaras blancas, en el servicio de Farmacia del Hospital. "Con esta técnica de concentración logramos obtener mayores cantidades de moléculas biológicamente activas, fundamentalmente factores de crecimiento que son responsables de la reparación tisular", según consta en la Base Racional del ensayo.

Una vez obtenido el PRP, los especialistas proceden a infiltrarlo en una intervención guiada por ecografía. "El plasma rico en plaquetas atrae a células antiinflamatorias, que bajan la inflamación y regeneran el tejido afectado por patologías óseas, y además aceleran la cicatrización", añade el especialista.

Esta alternativa terapéutica ya se aplica en artrosis de rodilla y de cadera, pero hasta la fecha no había estudios descritos en Fase III que demuestren la superioridad en la eficacia frente a tratamientos convencionales.

Los estudios se desarrollarán a doble ciego durante 21 meses y el seguimiento para comprobar la evolución de los pacientes se mantendrá durante un año.

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