MIR 2023: El examen más decisivo de las batas blancas

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Los cerca de 1.800 aspirantes admitidos en Sevilla para la Formación Sanitaria Especializada, de los que más de 800 son médicos, se enfrentan hoy a una pruebas que marcaran su futuro

El Gobierno sólo oferta 72 plazas MIR de Médico de Familia en Sevilla de los "más de 300" que harían falta

Entrada de los jóvenes a Económicas y Empresariales.
Entrada de los jóvenes a Económicas y Empresariales en la convocatoria MIR del año pasado. / José Ángel García

El MIR es una carrera de fondo que hoy llega a su fin. Atrás quedan meses, o más bien, años de estudio, de planes disueltos, de nervios y de mucho empeño. La hora marcada en rojo, las 16:00 horas. Y es que, en apenas unas horas, más de 800 médicos están llamados al ejercicio para acceder a una de las 330 plazas ofertadas por el Ministerio de Sanidad en Sevilla. Una convocatoria que llega bajo la catalogación de ser más accesible ya que la ratio plaza-opositor queda en 1,48 médicos por cada plaza; con la bajada de la nota de corte del 35% al 25% y la regulación de la segunda vuelta; y con la incorporación de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia, como nueva especialidad, que oferta sus primeras 20 plazas.

Pero, ¿cómo es el camino de los futuros médicos especialistas hasta llegar al examen más decisivo que marcará su futuro? Tres residentes en hospitales sevillanos que hace justo un año se encontraban agotando su tiempo para los últimos repasos cuentan en este reportaje cómo se viven las horas previas al mismo. Carmen Sanz Mora es R1 en Oncología en el Hospital de Valme. Recuerda cómo ya en el quinto año de la carrera las academias empiezan a contactar con los estudiantes para ofrecerles sus planes de estudio. "Durante el año de sexto, que sólo tienes las prácticas y el TFG, empiezan a darte el calendario del curso y manuales, desde el mismo 1 de septiembre", explica. Es entonces cuando empieza la cuenta atrás.

Carmen Sanz Mora es R1 en Oncología en el Valme.
Carmen Sanz Mora es R1 en Oncología en el Valme. / M. G.

"De septiembre a febrero tienes dos horas y media de estudio diarios y pequeños simulacros algunos sábados. El tiempo de estudio se incrementa de febrero a junio a 3 o 4 horas. En junio tienes 10 días de descanso y hasta enero comienza el intensivo: 6-7 horas de estudio, 3 de clase y 1 o 2 de tests más cortos. Estos se combina con simulacros de 4 horas los sábados", sostiene. Es en las últimas semanas de enero previas al examen cuando se dedican plenamente a practicar simulacros y entrenarse duro para el examen. "Aunque no es obligatorio, me sirvió mucho el preMIR para asimilar conceptos y asentar las bases para el estudio intensivo", apostilla.

La joven recuerda la dureza del principio y los nervios de los últimos días antes del examen. "El comienzo es la parte más dura. Coincide con el verano y ves a gente de tu edad de vacaciones o trabajando y tu tienes que estudiar. Pero fue cuando llegó enero cuando tuve más nervios", sostiene, aunque destaca que ya el día del examen se recuerda tranquila. "Lo que estudies el día de antes no te va a cambiar la vida", recomienda. También, la posibilidad de volver a presentarse para conseguir mejores resultados. "Pensar que todos los años hay oportunidades me sirvió para estar en calma", agrega.

Dominfo de la Rosa Muñoz, R1 de Medicina Familiar y Comunitaria del Hospital de Valme.
Dominfo de la Rosa Muñoz, R1 de Medicina Familiar y Comunitaria del Hospital de Valme. / M. G.

Su compañero de promoción, y también de hospital de residencia, Domingo de la Rosa, no se arrepiente de haber elegido la especialidad de sus sueños, Medicina de Familia y Comunitaria, últimamente de capa caída y que el año pasado por primera vez dejó más de 200 vacantes en toda España. "No me arrepiento de haberla elegido y tengo esperanzas que, de aquí al final de mi residencia, se calme la situación y mejore. Creo que el problema es que la Medicina de Familia ahora mismo es muy burocrática. Yo elegí esta especialidad, porque engloba a todas y puedes hacer muchas cosas diferentes, que te permite profundizar en diferentes campos. Incluso tienes tu cupo de pacientes y conoces su historial, sus dolencias, puedes ofrecer una medicina más personalizada", argumenta.

Sobre su experiencia de cara al gran día, al de las pruebas que marcaron su futuro profesional, De la Rosa recuerda lo duro del camino. "Empiezas en junio, en pleno verano, pero en octubre el ritmo se intensifica. Conforme pasan los meses y, aunque ves el resultado y vas notando una progresión, el cansancio es mayor y te frustras un poco más cuando no llegas a tus objetivos o te sale mal alguna prueba", destaca. El día del examen recuerda que se lo tomó "con calma". "Hice deporte por la mañana, comí temprano y fui a hacer el examen. En ese momento ya estaba a las puertas de la libertad y no estaba nervioso. Si que recuerdo que, en el aula, muchos compañeros lo estaban", manifiesta.

Para hacerlo más llevadero, el residente explica que en las academias de estudio se suelen dar charlas motivacionales. "Incluso cuando se acaban las echas de menos, porque son un chute de ánimo y optimismo", afirma. "Durante los meses de estudio es esencial hacer cosas que te motiven, en mi caso hacía mucho deporte. También contar con la familia y amigos", añade.

Jorge Leonardo, R1 en Radiología en el Hospital Virgen Macarena.
Jorge Leonardo, R1 en Radiología en el Hospital Virgen Macarena. / M. G.

El caso de Jorge Leonardo, R1 en Radiología en el Hospital Virgen Macarena, tiene un toque de peculiaridad. No es sevillano, ni un español atraído por la formación sanitaria andaluza. Estudió en la Universidad Militar Nueva Granada en Bogotá y decidió viajar a miles de kilómetros para hacer su residencia. Llegó a Sevilla en junio de 2021.

"Escogí España porque en los últimos meses de la carrera tenía un convenio con una universidad de Barcelona llamada ISMET y cursé los últimos tres meses en 2011. Allí tuve una profesora que me habló del sistema del MIR. Me llamó la atención que pagaban a los residentes (cosa que no sucede en Colombia), además en mi país cuando quieres acceder a una especialidad, tienes que hacer un proceso selectivo en cada una de las universidades, no es un examen global. Esto dificulta el acceso de los profesionales. Me fui a Colombia, pero siempre había tenido la inquietud de hacer el MIR, porque la formación en Europa también te da un gran bagaje y te ofrece muchas competencias", explica.

Leonardo destaca la que "ansiedad" es un estado que acompaña a los futuros médicos desde que empiezan a prepararse para el examen. "Cualquier MIR pasa por sus altibajos porque siente que no avanza, que tiene unos días mejores que otros. Cuando llega el examen también entra ansiedad por diferentes motivos: escoger la plaza que quieres, en un sitio determinado y satisfacer la confianza que han depositado en ti tu familia y amigos", afirma y añade que siempre contó con el apoyo de sus seres queridos a distancia. Para él, toda esa tensión empezó a desaparecer el día de las pruebas. "A medida que iba respondiendo preguntas", afirma. "Si has preparado el examen con disciplina podrás escoger la plaza que quieras", concluye.

Como ellos, los cerca de 1.800 aspirantes a una plaza en Formación Sanitaria Especializada cuyas solicitudes han sido admitidas por el Ministerio de Sanidad, según fuentes oficiales, se enfrentan hoy a un nuevo paso en su futuro. No todos son médicos, que superan los 800, los exámenes que se disputan hoy en las facultades de Económica y Empresariales y la de Derecho, ambas en el campus que la Universidad de Sevilla (US) posee en la Avenida Ramón y Cajal, se corresponden con toda la Formación Sanitaria Especializada donde también se incluyen Biología, Enfermería, Farmacia, Física y Psicología.

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