Leonardo y Picasso eran de Ciencias
Calle Rioja
Fórmula. Más de un millar de alumnos de Secundaria y Bachiller han participado en las prácticas de Laboratorio que ayer terminaron en la Facultad de Química de Sevilla.
Rosa pálido, azul Prusia, violeta. Como los alumnos procedían de los institutos Pablo Picasso del Parque Alcosa y Leonardo da Vinci de Palmete-Príncipe Pío, se pensaría que en honor a sus padrinos acudían a recibir una lección magistral sobre pintura. La cosa era más prosaica, tanto que el color violeta se obtiene con algo tan poco poético como el permanganato sódico. Una de las muchas soluciones con las que estos escolares, junto a los procedentes del instituto Rodríguez Marín de Osuna, pudieron experimentar ayer en la última sesión de las Jornadas de Introducción al Laboratorio en Química.
Si alguien asocia Ciencias con aburrimiento es que nunca ha participado en una demostración de lo que se puede hacer con el hexafluoruro de azufre. Al término de la práctica, el técnico de laboratorio Julio Carpio se llevó la ovación de los alumnos, honor que compartió con los estudiantes Jesús García Guerrero y Alicia Doyle, hija de un neozelandés residente en Alcosa. Jesús y Alicia aspiraron en un recipiente lleno de ese gas sintético y les salió una voz de ultratumba que habría sobrecogido al mismo Harry Potter.
Las jornadas ya van por la séptima edición. Aprovechan las fechas de exámenes de los alumnos de la Facultad para utilizar el laboratorio, que perteneció a la Escuela de Ingenieros antes de que se trasladara a la Cartuja. Los químicos tienen alma de cartujo. "En el laboratorio se trabaja en silencio", decía en la introducción Fernando de Pablos, profesor de Química Analítica y vicedecano. Los alumnos fueron provistos de gafas y de una bata de laboratorio. Nada químico les es ajeno, vino a decirles el introductor. El cloro es fundamental para potabilizar el agua y sin el silicio no se hubiera universalizado la telefonía móvil.
La Química sólo es asignatura obligada en el bachiller de Ciencias de la Salud. Junto a estas jornadas, las cuatro facultades de Ciencias del campus de Reina Mercedes organizan en el último trimestre la actividad conjunta Quifibiomat, iniciales de Química, Física, Biología y Matemáticas. La Olimpiada de Química ya va por la vigésimo quinta edición.
Fernando Romero Guzmán, profesor de Tecnología de los Alimentos, es presidente de la Asociación de Químicos de Andalucía. "En esta carrera es más importante el factor vocacional", dice el profesor De Pablos, "la salida profesional no está tan clara como en Medicina, Ingeniería o Informática". José María Fernández Bolaños hizo bachiller en el Claret. Explicaba a los alumnos como se obtiene la lluvia de oro. Sus padres eran químicos los dos.
¿Es posible que surja la vocación en una práctica de laboratorio? "No sé yo, la Química es la única que me ha quedado con un tres", admite Yeray, 15 años, alumno del instituto Leonardo da Vinci. José, en el asiento de al lado, obtuvo un 7,75. Los dos asisten a las indicaciones del profesor Sergio Martos, que cuenta la historia del azul Prusia que sale del ferrocianuro férrico, una solución que se suele utilizar "para quitarle hierro a los vinos".
Cada año pasan en torno a 1.500 alumnos de Secundaria y de Bachiller por la Facultad. Ayer faltaron los de un instituto de Lebrija diezmado por los efectos de la gripe. Se repartieron en dos aulas para prácticas de laboratorio y demostraciones. En el descanso para el refrigerio, alguno reparó en la galería de químicos ilustres, desde San Alberto Magno, primer alquimista europeo, a Dimitri Ivanovich Mendeleyev, padre de la tabla periódica. Joseph-Louis Proust no creía en el tiempo perdido y enunció la ley de las proposiciones definidas. Antoine L. Lavoisier patentó el principio de la conservación de la materia, pero no pudo conservar su cabeza, seccionada por la guillotina en la Revolución Francesa.
Medio centenar de profesores y técnicos de la Facultad de Químicas participan en las jornadas, con apoyo del profesorado de los institutos. Encarnación Vázquez y Rosario Caballero enseñan Química en el Pablo Picasso. Asistían a las psicofonías de sus alumnos Alicia y Jesús y participaban en la comprobación empírica, tan cernudiana, del frío ardiente burbujeando en la pipeta.
Volvieron a Osuna, Alcosa y Palmete con la sensación de haber aprovechado la mañana en una ventana del futuro. Perfecto o inquietante. Donde el hidrógeno, como contó el profesor De Pablos en el aperitivo de los globos explotados, sustituirá a los combustibles fósiles cuando se agoten las reservas de petróleo y carbón.
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