La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
La rehabilitación de las antiguas naves de Renfe en San Jerónimo avanza y el nuevo edificio que albergará el primer centro de innovación tecnológica municipal empezará en una semanas a tomar forma. Después de casi tres décadas sin uso, desde la transformación que sufrió la ciudad con motivo de la Expo del 92 y que cambió los ramales ferroviarios, estas naves pasarán de ser un monumento al abandono a un referente arquitectónico de vanguardia.
En estos momentos, ya se está hormigonando las solerías donde se ubicará el nuevo inmueble, una estructura de madera que se está fabricando en un taller y que, según las previsiones municipales, llegarán a San Jerónimo en el plazo de dos semanas en los primeros camiones. El montaje de la estructura completa durará un mes, según las estimaciones de Emvisesa, así que primeros de junio el armazón de madera estará montado.
El mejor ejemplo para explicar esta arquitectura novedosa es un Lego, pues se trata de un cubo que se encajará en el interior de la nave, de la que quedará sólo el esqueleto. La estructura es de madera reciclable y el edificio será totalmente sostenible y autosuficiente desde el punto de vista energético, pues producirá energía fotovoltaica, contará con iluminación LED y una instalación geotérmica para climatización. El proyecto ya cuenta con el Premio Nacional Enerinvest en la categoría de proyectos de energía sostenible en el sector público.
De momento, sólo se está habilitando una nave. Su gemela tendrá que esperar a que haya un nuevo presupuesto. Las obras se desarrollan en una superficie de 1.222 metros cuadrados, completamente diáfana donde se encajará el edificio de madera y en la que se dejará un espacio transitable entre dicha estructura de madera y los muros exteriores. El resultado será una planta baja más dos de altura, más una terraza en la cubierta de acceso público.
El futuro centro de innovación tendrá un coworking con más de 300 metros cuadrados y espacios independientes para 16 empresas, además de salas de exposiciones y zonas comunes para formación y divulgación. La intención es crear un eje estratégico junto al cercano edificio CREA que se una también al parque científico y tecnológico de Cartuja y en entorno del río. Un enclave que se presenta como un gran atractivo para atraer inversiones y nuevas empresas.
La higuera que creció en el interior de la nave durante sus años de abandono ha sido apuntalada y se mantiene viva, aunque sin hojas, para convertirse en el recuerdo permanente al olvido que ha sufrido durante décadas este patrimonio industrial de San Jerónimo.
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