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La Justicia falla que sólo Miguel Carcaño y el Cuco están implicados

Caso Marta del Castillo

El tribunal absuelve al hermano del asesino, Javier Delgado, a su novia, María García, y a Samuel Benítez, aunque admite que "al menos un tercero desconocido" colaboró en sacar el cuerpo del piso de León XIII.

Jorge Muñoz, Sevilla

13 de enero 2012 - 10:17

Una nueva sentencia con polémica y que no supone el final del caso. La Audiencia de Sevilla decidió este viernes 14 de enero condenar a Miguel Carcaño Delgado a 20 años de prisión por el asesinato de Marta del Castillo y absolver a los otros tres acusados: su hermano, Javier Delgado Moreno, la novia de éste, María García Mendaro, y el que fuera amigo íntimo del asesino confeso, Samuel Benítez Pérez.

La absolución de estos tres acusados ha sido un nuevo varapalo para la familia de Marta, que ayer anunció que llegará hasta el Tribunal Europeo para buscar la Justicia que considera no existe en España, ya que entiende que la Audiencia se ha visto condicionada por presiones "políticas".

La sentencia de la Sección Séptima de la Audiencia Provincia, que tiene una extensión de 142 folios, declara como hechos probados que Miguel Carcaño mató a Marta de un único golpe con el cenicero y que Francisco Javier García Marín, el Cuco, le ayudó a deshacerse del cuerpo en unión de una tercera persona desconocida. El tribunal sostiene que la muerte de Marta se produjo entre las nueve y las diez y cuarto de la noche del 24 de enero de 2009 y que, en ese momento, los dos jóvenes se hallaban solos en el domicilio de León XIII, dado que su hermano se había marchado poco antes y el Cuco no había llegado aún. La muerte de la joven se produjo en el dormitorio de Miguel, en el marco de una discusión que ambos habían iniciado "por razones de la relación sentimental que mantuvieron en su día". En el transcurso de esa discusión, aseguran los jueces, Miguel cogió "de repente" un cenicero de una mesa -de cristal, grueso y cilíndrico- y "con un movimiento rápido y brusco con gran fuerza golpeó en la sien izquierda" de la joven, que cayó al suelo boca arriba, con la cabeza y la cara ensangrentadas. Marta falleció de inmediato. Miguel tiró el cenicero ensangrentado sobre la cama y comprobó con el tensiómetro que había muerto. Fue en ese momento, añade el relato, cuando se presentó en el piso de León XIII el Cuco y, "tras hablar y discutir durante un rato qué hacer ante esta situación", ambos decidieron hacer desaparecer el cuerpo.

Con la ayuda de "al menos un tercero desconocido", precisa la resolución, colocaron el cadáver en una silla de ruedas, lo sacaron de la vivienda y lo hiceron desaparecer en un "lugar que se desconoce". En contra del criterio que han sostenido hasta ahora el juez instructor, la Policía, el fiscal y la acusación particular, los magistrados de la Audiencia consideran probado que el cadáver fue sacado del piso en los minutos posteriores al crimen y no durante la madrugada del día 25 de enero. Sobre las 22:15, Miguel Carcaño y el Cuco se separaron; el primero regresó al domicilio de Camas donde residía con su novia y el entonces menor volvió a su barriada. La versión del uso del cenicero viene avalada por los restos de sangre hallados en el interior del chaquetón que vestía Miguel Carcaño, quien según el tribunal no violó a Marta. El crimen fue un asesinato porque hubo una "alevosía sorpresiva", dado que la adolescente recibió un "golpe sorpresivo" cuando no podía esperarse que iba a ser agredida de ese modo "por su amigo".

En cuanto a los otros acusados, el tribunal considera que la prueba de cargo presentada en el juicio no ha sido suficiente para enervar el principio de presunción de inocencia, por lo que acuerda su absolución de los delitos de encubrimiento y contra la integridad moral que se les imputaban. La sentencia da por válido el testimonio, por su persistencia y por los demás testigos -sobre todo su ex mujer-, que el hermano de Miguel Carcaño estuvo trabajando en el bar Dseda hasta las tres de la madrugada y regresó al domicilio de León XIII sobre las cuatro de la madrugada. De nada ha servido el testimonio del taxista que aseguró haberle llevado de madrugada al escenario del crimen, ya que al tribunal le "rechina" en primer lugar que no apareciera hasta dos años y diez meses después del crimen, y porque no le merece "fiabilidad" el reconocimiento de la voz que hizo del acusado hasta que le escuchó declarar en el juicio.

Su novia, María García, llegó al piso de León XIII a las 00:15 del 25 de enero, estuvo estudiando hasta las 2:01, cuando se acostó, y se despertó a las cuatro de la madrugada al recibir la llamada de su novio para que le abriera la puerta. Dice el tribunal que María facilitó la labor policial, al dejar entrar incluso a los agentes al día siguiente, lo que muestra su "más absoluta ignorancia" de lo ocurrido horas antes.

Sobre Samuel Benítez, el tribunal cree que lo único que existe contra él son las declaraciones policiales "contradictorias" y destaca que no se ha hallado ningún resto biológico de este acusado en León XIII ni el Volkswagen Polo propiedad de la madre del Cuco con el que, según una de las seis versiones distintas ofrecidas por Carcaño, fue transportado el cuerpo.

Los jueces de la Sección Séptima son conscientes de que esta sentencia iba a generar polémica y, por ello, dedican la primera parte de la valoración de la prueba a recordar un trabajo sobre la presunción de inocencia del magistrado del Tribunal Constitucional Francisco Tomás y Valiente, asesinado por ETA. El tribunal advierte que, en un juicio "tan mediático" como éste, hay que tener en cuenta las palabras de Tomás y Valiente que advierte de los "peligros intelectuales a los que pueden llevar los juicios con la trascendencia social" del de Marta y recuerdan que el ejercico de la jurisdicción es "ante todo un acto de razón que no de voluntad, inspiración sobrenatural, deseo, oportunidad, prejuicio o mero sentimiento". La tarea del tribunal "no es un totum revolutum en que actúan sin ánimo de concierto razones, opiniones, impresiones, deseos, prejuicios y ánimos de venganza, por legítimos que puedan parecer aisladamente considerados".

Por su parte, la defensa de Carcaño que admitió en la lectura de conclusiones en el juicio tres años de cárcel por homicidio imprudente considerando que éste golpeó a la joven con un cenicero en una discusión, ha anunciado que estudiará la posibilidad de interponer un recurso de casación ante el Tribunal Supremo contra la sentencia del caso, notificada este viernes por la Sección Séptima de la Audiencia Provincial.

Hay que recordar que el cadáver de la joven sigue sin aparacer después de que tras buscar infructuosamente en el río Guadalquivir y el vertedero de Alcalá de Guadaíra, bajo los guiones del asesino confeso, y tras 19 jornadas de sesiones del juicio, los imputados aseguraran desconocer el paradero del cuerpo.

Así todo, el juicio quedó visto para sentencia el pasado 29 de noviembre con la última palabra de los acusados, quienes expresaron sus condolencias a la familia pero dijeron no poder "aliviar su dolor" porque no saben donde está el cuerpo de la joven.

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