La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
La Consejería de Salud y Familias no inspeccionó la ampliación que Magrudis, la empresa que fabricaba la carne mechada infectada de listeria, había llevado a cabo en sus instalaciones. No lo hizo al no tener constancia previa de ella.
Se trata de un requisito indispensable para poner a funcionar la nave que se había anexionado, pero la compañía familiar avisó a la Junta el 31 de julio, cuando ya se había acabado la obra y el proceso de producción había comenzado en la nueva zona.
La empresa garantizó que la anexión y cambio en la producción estaba avalado por su sistema de autocontrol, lo cual, según ha afirmado Jesús Peinado, subdirector de Protección de la Salud de la Junta, es insuficiente, pues requiere de que un inspector de la Administracion autonómica lo autorice. Este proceso, desde que se notifica hasta que se lleva a cabo la inspección, tarda 25 días.
Magrudis contaba con un análisis propio, realizado a finales de junio, que daba negativo en la presencia de listeria en superficie. Se desconoce si ese informe incluyó también la zona ampliada.
Tras revelarse que esta bacteria está presente también en los carros de enfriado que se usaban tras el horneado (además de en las mechadoras), el Ayuntamiento de Sevilla inspeccionará ahora si el funcionamiento del horno era el adecuado. Los responsables de Magrudis aseguran que estaba a 89 grados.
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