La Junta zanja la falta de colegios en el centro con 50 plazas en un viejo edificio

El proyecto obliga a trasladar a 37 alumnos de Educación Especial al Instituto Giralda, que desaparece · La crisis y la demora de los proyectos en el Casco Antiguo obligan a tomar esta solución de bajo coste

Fachada del actual colegio de educación especial Virgen de la Esperanza, en la calle Recaredo.
Fachada del actual colegio de educación especial Virgen de la Esperanza, en la calle Recaredo.
Diego J. Geniz

19 de noviembre 2009 - 05:03

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Las familias que viven en el centro de Sevilla tendrán que esperar aún varios años para que se solucione el problema de escolarización que sufre la zona. El déficit de plazas educativas del Casco Histórico sólo se paliará de forma muy leve el próximo curso con 50 puestos escolares nuevos (un 9,5% más) que ofertará el centro de Infantil y Primaria que se habilitará en el actual colegio de educación especial Virgen de la Esperanza, un antiguo edificio de titularidad municipal.

Este plan, diseñado por la Junta y el Ayuntamiento, obligará al traslado de los 37 alumnos matriculados en dicho centro, que pasarán al Instituto Giralda, en la barriada de La Corza, que desaparecerá como centro de Secundaria por falta de demanda. Sus 120 estudiantes se reubicarán en institutos cercanos.

Esta medida, anunciada ayer por el delegado de Educación de la Junta, Jaime Mougan, y su homóloga en el Ayuntamiento hispalense, Esther Gil, viene motivada por la crisis económica, que impide realizar grandes inversiones en la construcción de edificios, y por la paralización del proyecto de un colegio público en los Jardines del Valle, una promesa incluida en el Programa Mejor Escuela que se realizó en 2007 y a la que, ante dicha demora, siguió otro proyecto escolar en la calle Arrayán, en un solar expropiado hace 18 años para usos educativos y que la Justicia ha devuelto a sus dueños ante la tardanza de las administraciones en construir un colegio.

A estos fracasos se intenta responder ahora con la apertura de un nuevo colegio en un viejo edificio de la calle Recaredo que tendrá dos aulas por curso de Infantil y Primaria. El próximo mes de septiembre se abrirá con 50 plazas para niños de 3 años, aunque Mougan no descarta que se sumen 25 alumnos más (una tercera unidad), para dar respuesta a "los alumnos de 4 años que se han quedado este curso sin poder entrar en un colegio del centro". El objetivo es que la nueva escuela albergue en un futuro 450 plazas, que se habilitarán de forma progresiva durante los próximos nueve años.

Mientras esto ocurre, las familias del centro tendrán que sufrir el próximo curso el déficit de plazas escolares. En marzo se registraron 613 solicitudes para 525 vacantes, que ahora alcanzarán las 575. Si la demanda se mantiene en cifras similares (aunque lo más previsible es que aumente), aún quedarán 38 familias que residiendo en el centro tendrán que matricular a sus hijos en escuelas de barrios más alejados, con todas las molestias que ello supone. Esta problemática se puede complicar si, como avanzó el delegado de Educación, se produce "un efecto llamada" y reciben solicitudes de padres que viven en barriadas cercanas. No obstante, tal como subrayó Mougan, tendrán preferencia los vecinos del centro, Macarena y San Jerónimo, la zona de influencia del nuevo colegio. Con esta apertura, en principio, no sería necesario aumentar el número de alumnos por clase (ratio), medida a la que se ha recurrido en otras ocasiones.

La adaptación del Virgen de la Esperanza como centro de Infantil para el próximo curso supondrá un ahorro económico para las arcas públicas, ya que serán "mínimas" las obras que se llevarán a cabo. Sin embargo, en los próximos cursos, el desembolso se irá incrementando, ya que las intervenciones serán de mayor envergadura conforme la enseñanza se extienda a Primaria e ingresen nuevos alumnos.

El nuevo colegio ofrecerá todos los servicios escolares: aula matinal, comedor y actividades extraescolares. Este último servicio es el que podría provocar más molestias al Conservatorio de Música Cristóbal de Morales, cuyos alumnos se desplazan por las tardes a este edificio ante la demora del proyecto de sede única en Nervión. Su director, Francisco Javier Gámez, teme que "con el nuevo uso se agrave la situación que padecemos en el edificio, no adaptado para nuestras enseñanzas y cuyas instalaciones dudo que puedan estar preparadas para la enseñanza general".

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