La Junta apuesta por que el Puerto sea un área logística de referencia

Frente a la deslocalización de la industria, la concentración logística. La Junta tiene su propia apuesta para compensar el cierre de fábricas. El delegado del Gobierno autonómico en Sevilla, Francisco Javier Fernández, aseguró ayer que una de las posibilidades de desarrollo económico y de generación de empleo con las que cuenta la provincia actualmente es la instalación de grandes centros de distribución en el Puerto de Sevilla.

Ante el avance de las grandes superficies comerciales en detrimento de la industria, Fernández explicó que el Gobierno andaluz se satisface con la apertura de nuevas tiendas, pero considera más "oportuno" que estos grupos instalen en la provincia sus centros de distribución, como el que levantó Mercadona en Huévar del Aljarafe. "Tenemos que ser más ambiciosos en este terreno y contar con una visión más amplia", expresó el delegado del Gobierno andaluz, que subrayó que "Decathlon está interesado en abrir un centro logístico en el Puerto, que es una zona por la que hay que hacer una apuesta importante y que puede convertir a Sevilla en un referente en la distribución".

Fernández puntalizó que si los proyectos de los grandes grupos comerciales no vienen acompañados de una estructura que genere empleo indirecto en la provincia, "pueden acabar saturando el mercado y provocar el cierre de empresas locales". A este respecto, incidió en la importancia del dragado del río para dar cabida a buques de mayor calado, aunque precisó que "este proyecto hay que realizarlo con cautela, ya que al financiarlo con fondos europeos hay que velar por no afectar al medio ambiente".

El delegado de la Junta en Sevilla hizo estas declaraciones tras conocerse el balance laboral de CCOO y un día después de constituirse la mesa en defensa de la industria, a la que acudió. Fernández adelantó que en 20 días han de establecerse los criterios de actuación en caso de que una empresa anuncie su "fuga" de la provincia. En este sentido, aclaró que "no se trata sólo de intervenir cuando un grupo comunique su cierre a los trabajadores, sino de percatarse de los síntomas que vaticinan la marcha de una empresa".

Para ello puso como ejemplo el de Cargill en la barriada de San Jerónimo, "que años atrás había desviado las labores de refinamiento del aceite hacia Huelva y otras ciudades españolas. Una advertencia que las administraciones no valoramos. Ahí es donde hay que empezar a intervenir". El representante de la Junta señaló que "no sólo se ven afectados los trabajadores directos, sino empresas auxiliares que, en el caso de Cargill, tendrán que buscar otro grupo al que venderle el girasol que habían recolectado".

Al igual que advirtió el pasado lunes el consejero de Economía y Empleo, Antonio Ávila, el delegado de la Junta recordó que desde la entrada en vigor de la reforma laboral las autonomías no tienen competencias para mediar entre las empresas y los trabajadores en caso de que se presente un expediente de regulación.