La Junta de Andalucía denuncia a los dos paracaidistas que saltaron del cohete de La Cartuja

La Junta de Andalucía ha denunciado ante la Unidad de la Policía de la Comunidad Autonómica de Andalucía a los dos paracaidistas que se lanzaron el martes desde la parte superior del cohete, réplica del Ariane 4, que se encuentra en el antiguo Pabellón del Futuro de la Expo 92, en la Isla de La Cartuja.

La Junta de Andalucía es la propietaria de la parcela en la que se encuentra el cohete y la responsable de su seguridad. Tras ver los vídeos, que han aportado a la denuncia, han comprobado que habían roto el candado y forzado la puerta para acceder a la réplica del cohete. Dicho cohete se sitúa en la Isla de La Cartuja, zona en la que no hay mucho movimiento a las horas en las que los dos deportistas realizaron estos actos.

Ayudados por un dron que les grababa desde las alturas y de un amigo, que les esperaba abajo, realizaron las maniobras en menos de 5 minutos y abandonaron el cohete perteneciente al Pabellón del Futuro de la Exposición Universal de Sevilla 92 en cuanto pudieron para no llamar la atención de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad.

El vídeo, grabado y compartido en las redes sociales por David Laffargue y Paul Rbd, afamados deportistas de salto de base que se dedican a recorrer el mundo buscando localizaciones para realizar sus saltos, como el Cristo del Corcovado de Rio de Janeiro o desde las torres de la Basílica de Sacre Coeur en París, por estas acciones.

Ahora, todo apunta a que los dos deportistas internacionales serán multados por delitos leves o sanciones administrativas como el allanamiento de morada, daños y desorden público, aunque dedicándose a este tipo de saltos profesionalmente, seguro que ambos cuentan con un largo historial de sanciones en su historial.

Un símbolo de la Expo 92

La réplica del Ariane 4 que está en La Cartuja de Sevilla es uno de los legados más icónicos de la exposición universal celebrada en la ciudad en 1992.

Con más de treinta toneladas de peso, sesenta metros de altura y un coste que superó el millón y medio de euros, esta maqueta que aún perdura en la Isla de la Cartuja casi 32 años después, fue entonces la segunda del mundo, precedida por la que había en París.

La réplica del cohete se hizo con la maqueta que utilizó Arianespace para fabricar el cohete real que luego enviaría al espacio el primer satélite español, el Hispasat.