“En EEUU hay estados que tienen entre sus leyes las ‘Siete Partidas’ de Alfonso X”
Joseph T. Snow | Hispanista emérito de la Universidad de Michigan
Uno de los mayores expertos mundiales en las ‘Cantigas’ de Alfonso X, ha estado en Sevilla en la presentación del monográfico de ‘Insula’ dedicado a los 800 años del Rey Sabio
El prestigioso hispanista Joseph T. Snow es una de las firmas del monográfico de la revista ‘Insula’ dedicado a los 800 años de Alfonso X El Sabio, un proyecto coordinado por Cristina Moya García del grupo ‘Historia15’ de la Universidad de Sevilla. Ha venido a Sevilla a la presentación de esta publicación.
Perfil. 47 años sin pausa investigando en la Biblioteca Nacional
Joseph T. Snow. Profesor emérito de la Michigan State University de literatura española y portuguesa de la Edad Media, investiga desde hace 47 años en la Biblioteca Nacional en el asiento 99 bautizado con el nombre de María Moliner. Nació en Atlantic City (New Jersey) hace 80 años (21/09/1941), vive en Madrid desde 2003, pero adora volver cada año a escuchar el mar y las gaviotas de su tierra natal junto con su hermana. Miembro de honor de la Hispanic Society of America y presidente de honor de la Sociedad Internacional de Literatura Cortés, entre otras. Solterón de oro, es el único de sus hermanos (4) que fue a la Universidad por el gusto de “hacer preguntas y saber respuestas”. Tiene amigos por todo el mundo y en España le llaman Pepe Nieves.
–La Biblioteca Nacional lo define como sabio y maestro en el homenaje que le acaba de dar ¿Lo sabe todo de La Celestina, de las Cantigas de Santa María de Alfonso X, y del Libro de Buen Amor?
–He publicado más de 60 artículos de Celestina (la nombra sin artículo), más de 40 sobre las Cantigas y una docena del Libro de Buen Amor. No soy el mejor especialista en el Libro de Buen Amor, pero de las Cantigas creo que estoy entre los dos o tres que mejor la conocen. La gran maestra es Elvira Fidalgo de la Universidad de Santiago de Compostela, con quien he publicado varios artículos. Sobre Celestina, fundé la revista Celestinesca en 1977 y llevo casi 50 años trabajando en esta obra, a la que he prestado mucha atención.
–La Celestina es su preferida
–Sí, porque supuso un impacto en su tiempo; era revolucionaria. Presenta a una chica de 20 años que aún no se ha casado, Melibea, cuando los padres que no casaban a sus hijas a los 16 años eran negligentes. Aparte de tener relaciones extramatrimoniales, su padre le hizo leer muchos libros. De modo que Melibea fue contra el patriarcado y contra su familia. Podemos decir que tuvo una revolución privada de su feminidad y fue de los primeros personajes feministas en la literatura española. En 500 años sus ediciones y traducciones solo han sido superadas por El Quijote. Estoy preparando un libro sobre la psicología de los 13 personajes que hablan en la obra, que no responden a los estereotipos medievales y son más reales que las obras anteriores.
–¿Qué ha aprendido de las tres obras y qué aspectos pueden aplicarse a la época actual?
–En Celestina, su modernidad es indiscutible; ninguno de los personajes responden a esteriotipos. De las Cantigas de Santa María he aprendido a entender mejor a Alfonso X El Sabio, autor de algunas, compilador de todas y el segundo protagonista. Del Libro de Buen Amor he aprendido que se puede escribir una obra basada en contradicciones, y que estas son normales en la vída. El buen amor y el loco amor, eje de este libro, se puede aplicar al mundo moderno.
–¿Se trasluce la personalidad de Alfonso X en sus obras?
–En la cantiga 200, la central en todos los sentidos, Alfonso X deja ver que era una persona religiosa que quería ser un devoto modelo de la Virgen María en todos sus reinados. Pide que la Virgen le acepte como su trovador, el personaje ficticio que usa a lo largo de la obra, para ir al Paraíso a morir. La Virgen promete salvar a Alfonso por todo lo que ha hecho por su bien. Y el rey se cura seis veces por la Virgen de enfermedades. En la cantiga 209, cuando a punto de morir en Vitoria los médicos no le dan posibilidad de sobrevivir, él pidió que le trajeran un manuscrito de las Cantigas que le pusieron en su estómago y se curó. Era un hombre increíblemente religioso en el sentido de depender de la salvación por su marianismo.
–Investiga desde hace más de 40 años en la Biblioteca Nacional en una época en la que todo es inmediato y acelerado. Admirable.
–Tengo una vida muy relajada dedicado a mis investigaciones, sin prisa para nada. No soy nada impaciente. Vivo con mis rutinas, comidas y cenas con amigos, todo muy tranquilo. Al carecer de coche, utilizo el transporte público de Madrid. Me gusta hacer amigos, tomar café, charlar...Y no interrumpo las conversaciones con mi móvil porque no tengo móvil (risas). Solo un teléfono fijo con contestador y un ordenador en el que paso muchas horas. Tampoco tengo ascensor en mi casa; subo las escaleras hasta un tercer piso. Vivo en el pasado pero con miles de amigos en el mundo actual.
–Debe ser de los pocos ciudadanos sin móvil ni televisión ¡Qué tranquilidad!
–La tele la abandoné porque veía solo 45 minutos de noticias. Cuando vuelvo de la Biblioteca Nacional sigo contestando los 25 a 30 emails que recibo cada día de muchos corresponsales.
–El ordenador es su aparato más moderno...
–Sí, es mi salvavidas. No sabría qué hacer sin el ordenador. Es muy básico para mí.
–¿Sabía que en Sevilla la calle que le han dedicado a Alfonso X el Sabio es muy estrecha, poco significativa?
–En Madrid también le han puesto una calle poco significativa...
–¿Cómo es esto posible siendo un personaje tan decisivo de la cultura española?
–En la Biblioteca Nacional no puedes entrar sin ver a Alfonso X representado en una de las estatuas principales...
–Entonces ¿qué cree que pasa con Alfonso X en el mundo actual?
–Es una persona admirada para la gente que le conozca, claro. Hoy la gente joven no sabe quién es John F. Kennedy y tampoco otros líderes del mundo de hace 30 años. En mi opinión, Alfonso X debe ser uno de los reyes más respetados por la obra cultural que llevó a cabo. Fíjate, todavía en los EEUU hay ciertos estados en los que las Siete Partidas han formado parte de sus leyes.
-¡Qué me dice!
–Sí, en Luisiana y otros. También en Latinoamérica hay países que han adoptado ordenanzas y leyes de Alfonso X de las Siete Partidas.
–Colón es más conocido, ¿hace falta incidir más para que Alfonso X esté en el lugar que merece?
–Bueno, a Colón le están quitando muchas estatuas hoy. Por lo menos no van a quitar estatuas de Alfonso X (risas).
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