La Matalascañas de hace 150.000 años: neandertales, elefantes y toros gigantes

El geólogo y paleontólogo Joaquín Rodríguez Vidal explica la revolución que ha supuesto el hallazgo de huellas de hace 150.000 años en el acantilado del Asperillo

El descubrimiento desmonta el mito de que los neandertales vivían en cuevas y de que se alimentaban básicamente de carne

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Un momento de la conferencia de Joaquín Rodríguez Vidal en el Ateneo.
Un momento de la conferencia de Joaquín Rodríguez Vidal en el Ateneo. / R. S.

Unas huellas descubiertas en la playa de Matalascañas en el año 2020, en plena pandemia del coronavirus, revolucionaron el concepto que la comunidad científica tenía de los neandertales. Para empezar, desmontaron la creencia de que los neandertales vivían en cuevas, como se creía hasta entonces. Residían al aire libre y utilizaban las cuevas temporalmente como refugios. Y también convivieron con animales como elefantes de hasta cuatro metros de altura, una especie de toros gigantes llamados uros y una variedad de aves. De todo eso quedaron huellas en la base del acantilado del Asperillo, que fueron descubiertas por obra de un temporal en la primavera de 2020.

La Doñana de los neandertales fue el tema de la conferencia impartida ayer por el geólogo y paleontólogo Joaquín Rodríguez Vidal, tercera del ciclo Los Martes de la Academia, que la Real Academia Sevillana de Ciencias organiza con la colaboración del Ateneo. El conferenciante se sobrepuso con brillantez a las dificultades técnicas (traía su conferencia con una serie de diapositivas que fueron imposible de proyectar) para explicar de forma muy didáctica y amena lo que ha supuesto el hallazgo de Matalascañas.

Arrancó Rodríguez Vidal hablando de los neandertales, "algo curioso, pues son humanos como nosotros". "Los últimos avances, sobre todo en este siglo, apuntan que los europeos podemos tener hasta un 4% de los neandertales. No han desaparecido, están entre nosotros", explicó el ponente, que destacó que las primeras evidencias fósiles aparecieron a principios y mediados del siglo XIX.

"En 1848 aparece el primer cráneo entero de un adulto en una cueva de Gibraltar. Ese registro fue muy interesante porque tiene una secuencia donde aparece ocupación de la mayor parte de la cueva, pero en la parte alta esa ocupación neandertal desaparece y lo que figura es el humano anatómicamente moderno. O sea, nosotros. Sustituimos a los neandertales, no sabemos cómo ni por qué, hace 40.000 años", añadió el científico. El origen de los neandertales está datado hace unos 300.000 años, y hasta hace 50.000 eran la única especie.

"La verdadera ocupación humana fue consecuencia de la desaparición progresiva de los neandertales. Sólo 50.000 años llevamos en Europa. Fuimos ocupando Europa de este a oeste hasta llegar a los extremos más cálidos, que son las penínsulas, la Ibérica, la Balcánica y la Itálica. Son refugios cálidos incluso en las épocas más frías del Cuaternario, no sólo para los neandertales sino también para cualquier tipo de fauna". Tradicionalmente, más del 90% de los hallazgos de restos óseos y de industria lítica se encontraron siempre en cuevas. "Pero esto no quiere decir que las cuevas sean el único hábitat de ocupación humana, sino que son lugares ocasionales. Los humanos hemos sido migradores permanentes".

Los siguientes descubrimientos fueron demostrando que los neandertales eran unos "exploradores maravillosos, que conocían muy bien su entorno y eran como geólogos, pues sabían dónde estaban los yacimientos líticos". Tenían, además, una industria que era "tecnología punta, una especie de navaja multiusos de hoy en día" que les servía para todo. "Tenían la inteligencia suficiente como para adaptar el medio y adaptar esa industria a otros utensilios. Eran tan inteligentes o más que nosotros y ocuparon Europa durante 250.0000 años desarrollando una tecnología muy avanzada".

"¿Quién aprendió de quién? ¿Los neandertales aprendían de los humanos modernos? ¿No es más lógico pensar que aprendimos nosotros de ellos? No los extinguimos, sino que nos relacionamos con ellos. De hecho, había híbridos", se cuestionó Rodríguez Vidal para centrarse en los hallazgos de Matalascañas.

Estos descubrimientos supusieron una revolución porque se encontraron huellas de hace 150.000 años en una zona en la que no hay cuevas, "ni allí ni en muchos kilómetros a la redonda". Las más cercanas están en la sierra de Aracena y en el Algarve, pero a gran distancia ya de Doñana para unas personas que se desplazaban a pie. "Fue una gran sorpresa científica que hubiera evidencia de ocupación humana neandertal en una zona sin cuevas".

Los neandertales tenían tiendas y utensilios para guarecerse y cobijarse, eran trashumantes, viajan y se desplazaban por un espacio muy rico en recursos como es la costa. "No tenemos que imaginar que eran pescadores, sino que la fauna quedaba varada y a las playas llegaban focas o delfines. Lo mismo ocurre con la caza".

Las huellas se encontraron en unos sedimentos "muy blandos" que estaban en la base del acantilado del Asperillo, destruido parcialmente por un temporal en 2020. Son fósiles que duraron apenas dos días por la erosión del mar, pero fue tiempo suficiente para fotografiarlos y sacar los moldes. En ellos se hallaron huellas de neandertales, de elefantes, de toros, de aves y de utensilios. "Eran elefantes de hasta cuatro metros de altura, de colmillo recto. Y los toros eran los antiguos uros, que dan mucho más miedo que los que salen ahora en la Maestranza. O jabalíes, que eran como tres veces los de hoy en día".

Los estudios apuntan a que el acantilado tiene en su base una antigüedad en torno a los 150.000 años, lo que indica que estas huellas se corresponden con un momento de frío, en el que el nivel del mar era muy bajo y no estaría donde hoy, sino unos kilómetros más lejos. Esas huellas se quedarían en una zona de lagunas, tan típica de Doñana, que luego serían tapadas por unas dunas que se movieron a gran velocidad.

Las pisadas son muy nítidas y las hay incluso con el reborde del fango. "Si hablamos de hace 150.000 años, no queda más remedio que sean de neandertales". Y hay una gran abundancia de huellas de fauna, así como una industria lítica removida por el oleaje. "Hay pisadas de elefantes mezcladas con las pisadas humanas y con la industria. Una romería como la del Rocío, con neandertales montados en elefantes", bromeó el conferenciante.

Estos hallazgos suponen "una ventana al futuro para la investigación de los neandertales en una Paleodoñana". "Aunque la tendencia natural es a que Doñana vaya desapareciendo, las fluctuaciones del nivel del mar nos devolverá una Doñana rejuvenecida. La lástima es que no podremos verla. Doñana demuestra que los neandertales vivían al aire libre, con lo que se desmonta que vivían en cuevas. También desmonta que sólo cazaban. Aprovechaban todos los recursos y eso les dio una serie de proteínas y vitaminas que nos hace ser lo que somos hoy. En las cuevas estaban unas horas, pero no vivían allí. ¿Somos dos especies distintas o la misma? Posiblemente la misma", concluyó Rodríguez Vidal.

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