Javier: El eterno agradecimiento a los donantes
Javier Quintanilla, un joven sevillano de 26 años, también ha batido récords en el Hospital Virgen del Rocío. La fuerza que le transmite su hija Lucía, que sólo tiene ocho meses, es un motor que le ha impulsado a salir, cuanto antes, de una habitación de hospital, poco después de someterse a un trasplante de corazón. Al recordar la fecha que recibió la llamada del hospital informándole de que había donante, Javier se expresa: "el día 29 de diciembre celebraré siempre mi segundo cumpleaños". Es la sensación de volver a nacer que describen las personas gravemente enfermas, en fase terminal, que entran en lista de espera para un trasplante y que reciben el órgano vital a tiempo. Testimonio tras testimonio se repite: "el día que recibí el trasplante celebro mi segundo cumpleaños". Javier se siente "eternamente agradecido a esa persona. Al donante". Este joven comenzó a tener problemas severos de corazón a los 18 años. "Estaba jugando al fútbol cuando me desmayé. Me sometieron a una serie de pruebas y me detectaron miocardiopatía hipertrófica", recuerda. Durante un periodo se sometió a tratamiento médico y se sometió a la implantación de un DAI (desfibrilador automático implantable). "Todo iba bien hasta finales del año 2016: en diciembre sufrí siete arritmias y recibí siete descargas del DAI. Un sólo día recibí hasta tres descargas", recuerda. Tras estos problemas los especialistas reajustaron la medicación, pero al poco tiempo Javier comenzó a sentirse muy débil. Tras varios ingresos hospitalarios, una noche Javier sintió que le faltaba el aire.
La segunda noche acudió de nuevo al hospital. "Sentía que me asfixiaba", recuerda. Javier ingresó en esta ocasión en la cuarta planta del Hospital General, en el área de Trasplante Cardiaco. "Tenía los pulmones encharcados. La medicación me permitió desechar líquido", recuerda. Tras esta complicación los médicos le ofrecieron la alternativa. "Me preguntaron entonces si estaba dispuesto a entrar en lista de espera para un trasplante de corazón. Y acepté". Javier Quintanilla entró en lista de espera en mayo de 2017. Siete meses después recibió la llamada del hospital: había donante. El pasado 29 de diciembre este joven se sometió a la compleja intervención quirúrgica. "Todo ha sido muy rápido. Los médicos me han comentado que soy de los pacientes trasplantados de corazón que más rápido se ha recuperado", explica. En su conversación nombra a Lucía, su hija. "Ella me da fuerzas", comenta. Su rápida recuperación ha propiciado que este joven pueda recibir el alta hospitalaria en tiempo récord.
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