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Los Jardines de Murillo permanecen cerrados por una actuación en la tapia del Alcázar

El muro del paseo de Catalina de Ribera se está apuntalando desde el interior por seguridad y será restaurado el próximo año

El presupuesto municipal de Sevilla para 2022 destina 9 millones para patrimonio histórico

La tapia que separa el paseo de los jardines del Real Alcázar. / José Ángel García

Cerrado por seguridad. El Real Alcázar de Sevilla ha iniciado la segunda de las tres fases que componen de trabajos para la conservación y restauración de la tapia almenada que separa el Paseo de Catalina de Ribera, que discurre por los Jardines de Murillo, del propio conjunto monumental. Se trata de una intervención necesaria para asentar ese muro y sus almenas y que se afronta tras décadas sin llevarse a cabo ninguna actuación sobre estos elementos. Se trata de una labor que coordinada con la Gerencia de Urbanismo y el Servicio de Parques y Jardines que ha conllevado que durante las últimas semanas, cuando se han realizado los trabajos previos y de estudios, el cierre de esta importante área de la zona verde. Ayer lunes se aprobó la actuación que arrancará durante los próximos días.

La primera fase de esta intervención patrimonial, prevista para antes de la Semana Santa de 2020, se retrasó por el confinamiento y no llegó a ejecutarse hasta mayo. Los trabajos consistieron en quitar los desconchones de las almenas y la parte superior de la tapia que pudieran implicar un peligro de caída, sin que afectara a la fábrica de ladrillo original. En concreto, la zona de la actuación comprendió la extensión total de la tapia almenada desde la Puerta de la Alcoba hasta la Puerta del Campo. Se trata de un muro con unas dimensiones aproximadas de 285 metros de largo por unos 5 metros de alto hasta la base de sus almenas. Las tareas se acometieron con personal propio. En paralelo, se realizaron unos estudios previos y de reconocimiento estructural geotécnico de la tapia con un importe de licitación de 5.445 euros.

La fuente-monumento a Catalina de Ribera. / José Ángel García

A partir de este estudio estructural geotécnico, se acomete la segunda fase de la intervención. Se ha apuntalado la mayor parte de la tapia almenada desde el interior del Real Alcázar, es decir, no se ha asegurado en la parte que da a los Jardines de Murillo, que quedará reabierta una vez que concluyan estas tareas desde el interior del Alcázar. De hecho, se han estudiados los distintos tramos de la tapia y se han escogido las técnicas oportunas para evitar que el apuntalamiento se tuviera que hacer también desde fuera del recinto palaciego. Para los tramos 4, 5, 6 y 7 se ejecutará un apuntalamiento mediante puntales contrapesados con zapatas de hormigón prefabricado y con anclajes a la estructura existente.

Para el tramo 16 (justo a la altura de la fuente-monumento a Catalina de Ribera), se ejecutará una estructura mediante torres de estabilización contrapesadas con zapatas de hormigón prefabricado. Cada una de las torres consiste en una estructura modular compuesta por pies verticales arriostrados entre sí mediante vigas horizontales y diagonales mediante uniones atornilladas. Las cargas desestabilizadoras que recibe la estructura existente se transmiten a las torres mediante un sistema de correas horizontales conectadas con las torres.

Las almenas de la tapia. / Juan Carlos Muñoz

Los trabajos de esta segunda fase suponen una inversión de 133.016,81 euros, han sido aprobados este lunes en la comisión ejecutiva del Real Alcázar y se iniciarán en los próximos días.

La tercera fase consistirá en la restauración en sí de la tapia gracias a un proyecto de intervención integral que incluirá la fuente-monumento de Catalina de Ribera. Esta tercera actuación cuenta ya con partidas reservadas en los presupuestos de 2022 del Real Alcázar y será ejecutada entre durante los años 2022 y 2023.

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