Itálica: El impulso definitivo
Candidata a Patrimonio de la Humanidad
La candidatura supone revitalizar uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de Europa
La mejora en la gestión del recinto sigue siendo una de las asignaturas pendientes
Jueves 5 de julio. Diez de la mañana. Entrada a Itálica. No hay ningún autobús turístico. Los visitantes vienen en coches particulares. Resulta cómodo aparcar. Hay muchos espacios libres delante de dos ventas de carretera donde a esta hora bien temprana ya huele a carne a la brasa. No se registran colas para acceder, pero la llegada de turistas es constante. Un goteo continuo. El encargado de una garita expide los billetes de control. El único dato que solicita es el lugar de procedencia de quien entra al recinto. Ni DNI ni ningún otro documento. No se facilitan mapas del extenso conjunto arqueológico. No los hay. Por supuesto, tampoco se dispone de servicio de audioguía. Nadie explica nada. Ni una sola recomendación de cómo ver la que fuera la primera ciudad fundada por los romanos en la Península Ibérica. La gratuidad de la visita sirve de excusa para esta parquedad.
Los más curiosos acuden a un edificio -situado a la derecha, conforme se entra- que hace las veces de centro de recepción. Cuatro paneles explican de forma bastante didáctica el origen, devenir y declive de Itálica. Una suma de años y nombres propios entre los que destaca el de Demetrio de los Ríos, director de este recinto a finales del siglo XIX y quien evitó que se acometieran más expolios en la zona con los que se enriquecían colecciones particulares, como la de la condesa de Lebrija. También hay una fecha a destacar, la de 1912, cuando la antigua ciudad romana es declarada Monumento Nacional, lo que le confirió mayor protección. Por cierto, el centenario de esta reconocimiento, en 2012, pasó sin pena ni gloria.
Durante la visita sólo se ve a un vigilante, apostado en una de las galerías del anfiteatro, al amparo de la sombra. Los pocos paneles informativos que hay en todo el recinto están bien documentados. Explican los tipos de casa, la finalidad de los edificios públicos y el viario que se trazó en época del emperador Adriano, nacido en esta ciudad, como su padre Trajano. La información sólo está en español. Ni siquiera existe una sucinta traducción al inglés. El empleo del idioma anglosajón se limita al edificio de la entrada, donde también se exhiben sobre mármol los famosos versos que dedicó Rodrigo Caro a Itálica.
La parquedad informativa y de servicios que ofrece el conjunto arqueológico poncino la ha puesto de manifiesto en más de una ocasión Fernando Amores, antiguo director de Itálica y afamado arqueólogo. “Es injustificable que después de tantos años de autonomía andaluza no dispongamos de un centro de interpretación en condiciones”, lamenta este experto, quien recuerda que en el plan director del conjunto italicense -cuya puesta en marcha quedó paralizada por la crisis- se contemplaba uno en las inmediaciones del teatro, el edificio civil que perteneció a la vieja Itálica, la cual se encuentra, en su mayoría, bajo el actual Santiponce. “En Itálica falta información e idiomas”, refiere Amores. Unas palabras que se constatan cuando se recorre este vestigio romano, uno de los más importantes de Europa.
¿A qué se debe tal situación? Quizá la forma de gestión pueda influir mucho en ello. Conviene recordar que Itálica depende directamente de la Junta, a la que le fueron traspasadas las competencias de Cultura en 1984. No existe un patronato, como sí ocurre en el Alcázar hispalense o la Alhambra de Granada. Concha Cobreros, directora de la comisión de Cultura de Civisur, la asociación civil que impulsa la candidatura de este conjunto para ser Patrimonio de la Humanidad, explica que al estar gestionada por la Consejería de Cultura la entrada es gratuita. No se puede cobrar, lo que, de alguna manera, restringe los ingresos para su conservación, servicios y trabajos de investigación que se desarrollen en el recinto arqueológico. “Todo lo que es gratis no se valora bien”, apostilla Cobreros, que considera que “existen fórmulas más adecuadas para gestionar este tipo de patrimonio y que implican una responsabilidad más directa”. “Muchos turistas no entienden cómo no se paga por ver un patrimonio de esta magnitud. Así lo expresan en el libro de reclamaciones”, añade.
Cobreros estará el 17 de julio en el acto en el que Civisur dará a conocer a los poncinos las beneficios que acarrea la declaración de Itálica como Patrimonio de la Humanidad, una catalogación para la que se lleva muchos años trabajando. Es la primera vez, eso sí, que tal denominación se pide desde una entidad civil y no pública. A nadie escapa que el reconocimiento por parte de la Unesco supondría un enorme revulsivo para este recinto que, pese a su gran importancia, ha permanecido demasiado tiempo alejado del foco mediático y de la inversión pública. De hecho, su vuelta a la palestra informativa se debió, en parte, al rodaje de algunas escenas de la séptima y octava temporada de la exitosa serie televisiva Juego de TronosJuego de Tronos.
No han faltado durante este periodo críticas por la falta de personal. En 2016, incluso, los empleados alertaron del posible cierre en verano ya que, en un principio, la Consejería de Cultura no tenía previsto cubrir las bajas generadas por las vacaciones estivales. Una carencia que se logró solventar.
Frente a quienes piensan que Itálica sigue siendo una gran desconocida para los sevillanos, la representante de Civisur defiende que la mayoría de quienes viven en la capital andaluza valoran la antigua ciudad romana, cuna de Trajano y Adriano, con los que el imperio alcanzó la máxima extensión. Este conjunto recibe al año 400.000 visitas, una cifra que, pese a ser importante, queda aún bastante lejos de los 1.300.000 turistas que acuden anualmente a Medina Azahara, el recinto cordobés de época califal que acaba de recibir la denominación de la Unesco. Este recinto cuenta con centro de recepción y lanzaderas, además de servicios de autobús continuos desde Córdoba. La declaración de Patrimonio de la Humanidad (que de ser otorgada no llegará antes de 2020) podría aumentar la cifra de turistas y convertirse en el impulso definitivo que Itálica necesita.
La implicación de las universidades
Si hay una institución que le ha otorgado la importancia requerida a Itálica, ésa ha sido la universidad. Tanto la Hispalense como la UPO han desarrollado interesantes investigaciones en este recinto que, en muchas ocasiones, han servido para reinterpretar o aportar una visión distinta de los resultados de excavaciones anteriores. José Manuel Rodríguez, arqueólogo y miembro del consejo asesor de la candidatura de Itálica, detalla que por parte de la Pablo de Olavide hay un proyecto de investigación puesto en marcha en la casa de la Cañada Honda. En la Universidad de Sevilla se analizará la parte alta del teatro y el complejo termal. A ello se unen las actuaciones arqueológicas llevadas a cabo por la Consejería de Cultura en la parte noroeste del anfiteatro.
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