"Inviértase en ciencia lo que regalan a los clubes de fútbol"
Son y están
Cuando no existía debate sobre el modelo productivo, él ya estabaen Berkeley, y cuando se aclare ese modelo las empresas japonesasfabricarán cámaras con los chips de visión bio-inspirados más avanzados del mundo, ideados en Sevilla por el grupo de quien creó una de las primeras empresas de base tecnológica en la Hispalense
ACABA de llegar de Taiwán, donde ha tenido una participación destacada durante cuatro días en un foro del Institute of Electrical and Electronic Engineers, organización de la que forma parte y que ha reunido a expertos en diseño de circuitos y sistemas aplicados a telecomunicaciones, biosensores, etc. Es lo habitual en la vida de aeropuertos de un sevillano de 54 años, casado y con dos hijos, residente en Los Bermejales, y cuyas investigaciones tienen aplicación en la vida de sus vecinos aunque ellos no lo sepan. Con sus jóvenes doctorandos, por ejemplo, diseñó los primeros circuitos de señal mixta que en España entraron en producción industrial masiva para los módems de ADSL.
Su infancia la vivió en la calle Luis Montoto y todo lo que era La Calzada. Su padre, del Andévalo, tenía una tienda de comestibles en el barrio, su madre ejercía de ama de casa y criadora de tres hijos. Él es el único varón, sus dos hermanas estudiaron Derecho y trabajan en la Junta de Andalucía.
Ángel Rodríguez Vázquez ha vuelto en mayo a integrarse con plena dedicación a la actividad docente en la Universidad de Sevilla, donde es profesor e investigador desde hace 33 años, y deja la dirección general de la empresa AnaFocus, que él creó desde la facultad con algunos de sus alumnos y colaboradores. Una compañía que ahora dirigen: Rafael Domínguez y Fernando Medeiro (dirección técnica) y Rafael Romay (dirección operativa, negocios y ventas).
-¿Es un paso atrás para dar dos adelante?
-A partir de mi ahora mi papel es coordinar investigaciones entre el Centro Nacional de Microelectrónica (que dirige José Luis Huertas, y en el que ya hay unos 40 doctores), la Universidad de Sevilla y AnaFocus. Todos están en Cartuja. El reto sigue siendo la excelencia.
-Rememore sus comienzos.
-Estudié Física, hice la especialidad de Electrónica, y ya durante mis años de tesina y tesis doctoral tuve contactos con investigadores internacionales. Realicé estancias en la Universidad de Berkeley y en la Texas A&M University.
-¿Le deslumbró mucho su etapa norteamericana?
-Las diferencias eran enormes, pero las gentes de mi generación hemos logrado reducir esa distancia, sobre todo en ciencia aplicada y en temas de investigación y desarrollo tecnológico. Desde la juventud, el reto que me marqué era ser capaz de hacer cosas con las que pudiera competir con cualquiera a nivel mundial.
-¿De qué medios disponía?
-Una voluntad muy fuerte y dedicarle mi vida. La voluntad es la fuerza más grande de la naturaleza. Comencé teorizando sobre sistemas microelectrónicos, y lo hacía básicamente con papel y lápiz, porque los medios informáticos y de cálculo eran muy limitados. Poco a poco tuve acceso a tecnología más avanzada para poder probar todo lo que estaba teorizando.
-¿Por qué temas se decantó?
-Opté por profundizar en tres líneas de investigación: El desarrollo de sistemas para visión, aplicando inteligencia artificial para capturar y procesar las imágenes con la mayor calidad y velocidad posible, de forma similar a los seres vivos. Los circuitos interfaces de conversión de analógico a digital, veíamos que era un tema de gran trascendencia. Y elaborar circuitos de información desde el caos determinista, con comportamientos extremos que pueden controlarse y utilizarse para encriptar información en aplicaciones militares, de telecomunicaciones, etc.
-¿Hasta dónde ordenó el caos?
-Tuvo mucha repercusión en el plano académico (se desarrolló un modelo matemático para el ruido tipo flicker) aunque no logramos convencer de su aplicación comercial. Las otras dos líneas de investigación sí han deparado transferencia de tecnología.
-¿Qué han logrado aportar a la conversión de analógico a digital?
-He desarrollado investigaciones con empresas como AMS, Landis & Gyr, Chip Idea, entre otras, para convertidores e interfaces en tecnologías submicrométricas y nanométricas. O el diseño de un chip para ADSL que comercializó ST Microelectronics.
-Los sensores de visión inteligente han tenido repercusión.
-La línea de investigación sobre el desarrollo de chips para visión, con arquitectura bio-inspirada, comenzó a partir de mis vinculaciones con Berkeley. El desarrollo de esos sistemas es lo que dio pie a la creación de la empresa AnaFocus. Fue de las primeras empresas spin-off de base tecnológica que se creaba dentro de nuestra universidad. Ahora esos procesos están más rodados en Sevilla, pero cuando quisimos ponerlo en marcha muchos no lo veían tan claro.
-¿Está mal visto en los pasillos universitarios ser emprendedor?
-Esa mentalidad está cambiando. Aún hay profesores para los que poner en marcha estas iniciativas tiene como finalidad hacerse rico, y consideran que el conocimiento creado hay que limitarse a publicarlo y esperar a que cualquier persona en otro lugar del mundo lo ponga en práctica. Pero lo que debe hacerse es la materialización de las ideas. Si AnaFocus ha crecido de modo notable es por forjar con tenacidad un gran caudal de conocimiento en sus investigaciones.
-¿Cómo fundaron AnaFocus?
-Comenzó en 2001, aún estábamos en el campus de Reina Mercedes. Con una sola persona, Rafael Romay, alumno mío. El gran salto fue posible en 2004 al confiar en nosotros Bullnet Capital, sociedad de capital riesgo. Un apoyo decisivo para trasladarnos al Pabellón de Italia, en Cartuja 93, y comenzar a crecer. Ahora hay 42 personas en la empresa.
-¿Cuáles son sus patentes?
-La oblea que le enseño es uno de los productos de AnaFocus, el circuitado de los chips ha sido creado en Sevilla, y se fabrica en Israel por la empresa Tower Semiconductors para una empresa japonesa que produce cámaras. Por razones de confidencialidad no puedo dar el nombre de la compañía. La mayor parte de nuestros clientes son empresas japonesas, y otras como Texas Instruments. En AnaFocus se ha desarrollado el sensor de visión inteligente más avanzado que existe en el mundo, el Eye-RIS. Nuestros biosensores son capaces de un ciclo de sensado-percepción-actuación a tasas de hasta 20.000 imágenes por segundo.
-¿También capta congresos?
-Ya estamos organizando para septiembre de 2010 una reunión internacional que tendrá lugar en el Hotel Barceló Renacimiento de Sevilla. Será la Conferencia Essderc-Esscirc, acudirán unas 700 personas, tanto investigadores como representantes de empresas. En 2007 ya logramos traer a la ciudad una conferencia europea sobre teorías de circuitos.
-Como ciudadano, ¿qué opina de la Sevilla actual?
-Sevilla, como Andalucía y España, ha progresado mucho en su nivel de vida. Ahora hay más medios para cualquier ámbito. Lo que hace falta es madurar para que, con esos medios, la formación de nuestros jóvenes sea individualmente al menos equiparable a la de otras regiones de España y Europa. En comunidades como Cataluña y País Vasco se nota un mejor nivel en formación. Nuestros jóvenes deben asimilar más y mejor los valores del esfuerzo, el compromiso, la responsabilidad y el respeto.
-¿Qué propone?
-Me gustaría que en Sevilla se prestara más atención y se diera más apoyo institucional a los temas científico-técnicos y menos al fútbol, al costumbrismo o al folclore. Por ejemplo, los bienes que se regalan a los clubes de fútbol (sin ni siquiera trasladarse al Estadio de la Cartuja, a pesar de su elevado coste) se podrían utilizar para la investigación y el desarrollo.
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