La Iglesia y los vecinos participarán en la nueva agencia pública de turismo
El ente, que sustituirá al consorcio, estará integrado por tres órganos
La oposición podrá decidir la política turística de la ciudad
Las decisiones en turismo, a partir de ahora, no la tomarán sólo los políticos, hosteleros y hoteleros. La Iglesia y los vecinos tendrán también mucho que decir. Se trata de una de las novedades que aportará la nueva agencia pública de turismo que se constituirá en breve y que sustituirá al actual consorcio que se encarga de esta actividad. Su disolución obedece al dictamen publicado por el secretario del Ayuntamiento en 2014. Dichas entidades se integrarán en el consejo local de turismo, donde se consensuarán las medidas a tomar en el sector.
La referida agencia funcionará bajo el nombre de Destino Sevilla -se empleará indistintamente con su traducción en inglés Sevilla Destination-, que servirá de paraguas también a Contursa, encargada de captar congresos para Fibes. Como ya adelantó este periódico el pasado verano, la fórmula elegida para su funcionamieno será similar a la de una empresa municipal. Tal constitución le permitirá varias ventajas, principalmente financieras, pues contará con un presupuesto propio gracias a las transferencias económicas del Ayuntamiento. Será un ente autónomo, como Lipasam o Tussam.
Destino Sevilla -cuyos estatutos se sometarán a votación en el próximo Pleno- nace con la intención de ampliar los objetivos del consorcio. Su fin no se ceñirá a la promoción, como hasta ahora, sino que buscará la captación de inversiones, diseñará las políticas turísticas de la ciudad e influirá en la ordenación paisajística de las zonas de visitas.
Para ello, se articulará en tres órganos. Por encima de todos estará el consejo rector, encargado de tomar las decisiones. Lo compondrán diversos concejales. A diferencia del consorcio, por primera vez en cuestiones políticas tendrán cabida los grupos de la oposición, en función de su representación en el pleno municipal.
En segundo lugar, se pondrá en marcha un consejo local de turismo. La intención del delegado competente en esta materia, Antonio Muñoz, es que en él se encuentren representados los más diversos sectores de la ciudad. A los tradicionales, como hosteleros, hoteleros y sindicatos, se sumarán la Iglesia y los vecinos. El concejal socialista desea que la autoridad eclesiástica tenga cabida en este órgano por ser titular de numerosos bienes (como la Catedral o el Salvador, por citar algunos ejemplos) que reciben numerosas visitas a diario. En cuanto a los vecinos, su presencia obedece al interés por que cualquier decisión que se tome cuente con su respaldo y evitar que en Sevilla se produzca el rechazo a los visitantes, como ya ocurre en algunas ciudades del Levante español. Se deja la puerta abierta a que en este consejo participen los titulares de los museos más frecuentados de la ciudad, como el de Bellas Artes o los de las hermandades.
En tercer lugar, se creará un órgano de coordinación dentro del Ayuntamiento, para que los responsables turísticos tomen la palabra en las decisiones municipales que afecten a su actividad, tales como la seguridad, las pruebas deportivas, el comercio y las Fiestas Mayores.
Respecto a la ordenación de las zonas turísticas, la intención que se persigue desde la agencia pública es que, en la Gerencia de Urbanismo se tenga en cuenta la opinión de los expertos a la hora de actuar en los enclaves más frecuentados por los visitantes, como el barrio de Santa Cruz, el entorno de la Catedral o la Plaza del Salvador. De esta forma, por ejemplo, se evitará la colocación de señales de tráfico que entorpezcan la visión de edificios emblemáticos.
Una nueva figura: el defensor del turista
Otra de las novedades importantes de Destino Sevilla será la figura del defensor del turista, que funcionará como una ventanilla única para que los visitantes presenten sus reclamaciones. Aunque esta posibilidad ya se ofrece en la Oficina del Consumidor, la intención que ahora se persigue es crear un canal específico para los turistas y que a través de él registren sus reclamaciones. Con dicho instrumento se garantiza a quien venga a la capital andaluza que cuenta con un órgano que vela por sus derechos desde que pisa la ciudad. Esta figura, además, servirá para que las autoridades competentes obtengan información de primera mano sobre posibles irregularidades que se cometan en el sector más importante de la economía sevillana.
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