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IAPH: La clínica de las imágenes
Cofradías
Desde que el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico comenzó a funcionar en 1989, sus profesionales han restaurado algunas de las imágenes más importantes de la Semana Santa sevillana La clínica de la imágenes
La última tecnología y las mejores manos al servicio de la imaginería procesional sevillana y andaluza. El Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), entidad científica, de investigación aplicada al patrimonio, perteneciente a la consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, dirigido por Román Fernández-Baca, se ha convertido desde su creación, en 1989, en un referente para la conservación y restauración de imágenes procesionales, aunque su ámbito de actuación trasciende mucho más allá de la imaginería devocional. Atiende tres núcleos principales: la restauración y conservación de bienes inmuebles, la restauración y conservación de bienes muebles, y la investigación histórica aplicada a la restauración y conservación de este patrimonio.
La restauración y conservación de bienes muebles se practica en el centro de intervención ubicado en el Monasterio de Santa María de las Cuevas, en la isla de la Cartuja, en los seis talleres que lo componen: textil, pintura, escultura, documental y bibliográfico, arqueológico y platería.
Son muchas las obras sevillanas que han pasado por el taller de escultura desde que la Virgen de la Sangre, de Gerena, fuera la primera en ser intervenida en el año 1995. La última, la Virgen de la Estrella de Triana, que ha salido de allí con una atribución al taller que regentaban en el siglo XVII la Roldana y su marido Luis Antonio de los Arcos. La investigación histórica es otro de los pilares fundamentales del IAPH.
El IAPH interviene sobre un bien por encargo directo de la Consejería de Cultura, a través de su programa de conservación, por lo proyectos de conservación aplicados a la investigación, como la Alhambra de Granada, o el Palacio de San Telmo de Sevilla, o por servicios directos a propietarios o poseedores de bienes de patrimonio andaluz. Este último suele ser el caso de las hermandades.
Desde 1998, están reglados los criterios de admisión para que una obra sea restaurada. "No es simplemente una cuestión de antigüedad, sino una suma de valores culturales, de investigación, históricos, o de implementación de nuevas tecnologías, los que hacen a una obra acreedora del proceso de restauración", aclara Lorenzo Pérez del Campo, jefe del Centro de Intervención del IAPH.
En el IAPH el proceso de intervención sobre los bienes culturales está basado en el trabajo de un equipo multidisciplinar de técnicos que estudian, entre otros, datos de carácter etnológico, histórico, artístico, físico o químico, para que la actuación sea llevada a cabo con el máximo respeto a la originalidad e historicidad de la obra, teniendo muy en cuenta el uso para el que fue concebida la imagen, que en el caso de la imaginería procesional es el devocional.
Desde que una obra entra en el IAPH, los técnicos de las diferentes áreas de conocimiento se ponen a trabajar. Lo primero que se hace es un estudio de la imagen y sus valores culturales, se hace un diagnóstico de su estado de conservación, una descripción de la metodología a utilizar, una propuesta de actuación desde el punto de vista teórico, técnico y económico, se valora la incidencia sobre los valores culturales protegidos, y se diseña un programa de mantenimiento.
En el caso de las imágenes, antes de ser intervenidas se someten a un minucioso estudio multidisciplinar. En el laboratorio de exámenes físicos de rayos X, la reflectografía infrarroja y los rayos ultravioletas sirven de gran ayuda para poder examinar los aspectos invisibles de la obra y revelar, por ejemplo, el estado de conservación estructural (ensambles, uniones, etcétera), intervenciones posteriores sobre la pieza original en el volumen y en la policromía, estratos subyacentes, repintes y repolicromías no detectables a simple vista.
Por otro lado, a partir del resultado de los análisis químicos de la capa polícroma se podrá determinar su composición, la naturaleza físico-química de sus materiales y su correspondencia estatigráfica. El estudio biológico ofrece información sobre posibles ataques biológicos y micro biológicos, así como de la naturaleza de las maderas usadas en la talla.
Todos estos estudios son necesarios y se aplican en la posterior intervención de la obra. Complementariamente a esto, la investigación histórica aporta todas las fuentes documentales para poder establecer una historia material previa de la escultura y su análisis iconográfico, morfológico y estilístico. Gracias a estos estudios, se pueden efectuar las atribuciones pertinentes sobre la autoría de una obra anónima, como el caso de la Virgen de la Estrella.
La actuación del restaurador queda, por tanto, muy lejos de la interpretación subjetiva de aspectos técnicos, materiales, estéticos o históricos. Su misión se limita a ejecutar la intervención utilizando e interpretando toda la información emanada de los estudios multidisciplinares y de un diálogo continuo entre el equipo y una comisión mixta integrada por los propietarios de la imagen y los representantes públicos que deben asumir la tutela del patrimonio histórico andaluz.
El Instituto Andaluz de Patrimonio ha intervenido sobre una treintena de imágenes de cofradías de Sevilla y su provincia. Las últimas, la Virgen de la Estrella y el conjunto de la Virgen de los Dolores y el Cristo de la Providencia de los Servitas.
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