Sedes de empresas y 300 viviendas en las antiguas naves de Hytasa
Patrimonio
El Ayuntamiento y el Estado inician el diseño de un espacio de casi siete hectáreas y negocian con promotoras dispuestas a invertir unos 45 millones
Viaje a la prehistoria jurásica desde Salteras
Un nuevo proyecto para las antiguas naves de Hytasa. Sedes de empresa, casi 300 viviendas (un tercio VPO) y equipamientos públicos ocuparán los 66.000 metros cuadrados de las dos fincas en las que el Ayuntamiento y el Ministerio de Hacienda trabajan para formalizar una alianza con empresas y promotoras privadas que ya han mostrado interés por un complejo diseñado por Juan Talavera y Heredia.
Emvisesa y la sociedad pública Segipsa firmaron hace unos días un acuerdo de colaboración para el desarrollo de un ambicioso proyecto residencial, empresarial y de espacios libres y equipamientos en las fincas de titularidad estatal de la antigua Hytasa que llevan vacías 25 años. A partir de ahora, se inicia el diseño concreto que se adapte al cumplimiento del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) mediante la captación de inversores privados.
Se trata de un proyecto que se desarrollará durante la próxima década, una iniciativa transformadora de ciudad específicamente en dos de los distritos que concentra buena parte del desempleo y de la población vulnerable de Sevilla. El Ministerio de Hacienda es el propietario de las dos fincas que suman casi siete hectáreas.
El nuevo proyecto urbanístico que va a liderar Emvisesa tiene, entre otros objetivos, el derribo del muro de Hytasa, lo que supone la ruptura de la barrera que separa el Polígono Sur de la ciudad. En esta zona, epicentro durante décadas de una de las grandes áreas industriales de Sevilla, se han desarrollado durante los últimos años equipamientos deportivos municipales como el Centro Deportivo Hytasa, un parque empresarial con actividad económica y cultural, como el Teatro Tavora, y también nuevos espacios administrativos, como la sede de la delegación de Empleo.
Las dos antiguas naves industriales estaban aún pendientes de uso. El proyecto se basa en cuatro pilares: un desarrollo residencial privado y también público de vivienda protegida; una zona central, que se convertirá en un gran espacio de innovación social y sede de empresas a través de un modelo de innovación social y proyectos específicos que compartirán el espacio generando un nuevo centro económico e industrial; una gran área de espacios libres y peatonales en su entorno que incluirán el derribo del muro de Hytasa y, por último, reservas para equipamientos.
Existen tres alternativas de desarrollo con la redistribución de los espacios (naves, viarios, etc.) En general, todas giran en torno a un escenario de 287 viviendas, de ellas 105 VPO, más 33.953 metros cuadrados para usos terciarios, 9.200 metros cuadros para Suelo de Interés Público y Social (SIPS) y 14.500 metros cuadrados de espacios libres. Se plantean distintos espacios de coliving, coworking y cofactory, y la inversión necesaria para completar todo el completo rondaría los 45 millones de euros. El proyecto, que ha sido bautizado como Hytasa Fifteen Minutes HUB, configura un nuevo centro de barrio bajo el modelo Ciudad 15 minutos donde se mezclan diferentes actividades y se genera una accesibilidad a los servicios necesarios, al incorporar espacios libres, terciario, equipamientos y vivienda en la ordenación, se desarrolla un tejido complejo que promueve la descentralización y facilita el acceso de toda la población a las seis funciones urbanas esenciales: habitar, trabajar, aprovisionarse, cuidarse, aprender y descansar.
Este proyecto de Antonio Muñoz sustituye a otro que fue anunciado por Juan Espadas en mayo de 2019 que consistía en que las antiguas naves de Hytasa recuperasen su actividad original. La idea era que hasta ocho industrias ocupasen el complejo con el objetivo de convertirlo en el primer centro industrial urbano de economía circular con énfasis en el sector del reciclaje para retomar su histórico uso. Se contemplaba abrir una planta de separación de textil por calidades y otra de construcciones modulares con materiales reciclados. El resto de empresas iban a ser de actividades vinculadas a la fabricación de vehículos eléctricos, baterías, carpas y pultrusionado. El espacio para coliving y coworking tendría unos 1.000 metros cuadrados. Los socialistas calculaban que la inversión superaría los 22 millones y generaría 250 empleos directos y más de 1.770 indirectos.
El gobierno socialista pretendía con este proyecto impulsar la recuperación integral de este espacio industrial para cooperar de esta forma a la rehabilitación social, económica y laboral de los barrios que la rodean (Cerro del Águila y Su Eminencia); generar una experiencia pionera que revalorizase el inmueble atrayendo nuevas empresas industriales desde actividades no contaminantes intensivas en conocimiento y empleo de calidad; y desarrollar una experiencia piloto que pueda crecer y recuperar los 150.000 metros cuadrados de naves infrautilizadas en la zona.
Como otras construcciones industriales de gran envergadura que se realizaron durante la primera mitad del siglo pasado en Sevilla, el complejo Hytasa se situó alejado del perímetro urbano, teniendo como referente urbano más inmediato el barrio del Cerro, que había empezado a urbanizarse en 1922 siguiendo el trazado a cordel diseñado por Juan Talavera y Heredia. Tras la construcción de la fábrica, familias obreras que trabajaban en las cercanías empezaron a instalarse en el barrio. La comunicación era buena, ya que se situó en la prolongación de la actual avenida Ramón y Cajal, que conectaba en línea recta al complejo industrial con el Prado de San Sebastián y el centro histórico de la ciudad.
La organización en planta de Hytasa está dominada por el aprovechamiento de los espacios y el orden de las calles que imperan en las instalaciones industriales de este tipo. En la ciudad hay otros ejemplos, como el conjunto de edificios que componen la Pirotecnia. Talavera dispuso unas calles en perpendicular a la avenida para que fueran acondicionadas como calles de barrio, cuidando sus pavimentos y arbolando sus aceras. Todos los edificios presentan una fábrica de ladrillo visto que constituye el fondo común del polígono.
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