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Huevo de Colón: 20 años de daños impunes

XV Aniversario de la Expo 92

La monumental escultura del parque de San Jerónimo presenta una imagen desoladora tras la desaparición de numerosas planchas de bronce y cobre del interior de la estructura

El Huevo de Colón. / Víctor Rodríguez
Cristina Díaz

26 de abril 2017 - 06:50

De majestuoso monumento a palomar abandonado. El Huevo de Colón no cesa de sufrir expolios desde que fue inaugurado en 1995. Cuando se cumple el 25 aniversario de la Expo 92, este monumento ubicado en el parque municipal de San Jerónimo, al final de la dársena, presenta una imagen desoladora al desaparecer buena parte de las planchas de bronce y cobre que recubren esta colosal escultura.

Las piezas robadas pertenecen a la parte interna de esta obra - cuyo nombre original es El nacimiento del nuevo hombre-, pero los efectos de estos actos vandálicos se pueden observar a simple vista. A diferencia de ocasiones anteriores, en las que los ladrones sólo desmantelaron la parte inferior de la estructura, las partes dañadas ahora superan la cintura de la figura de Cristóbal Colón, a unos 15 metros de altura. Además, varias planchas se encuentran despegadas de la estructura tras forzar y retirar las que estaban anexas a ellas.

El monumento fue un regalo del Ayuntamiento de Moscú con motivo de la Exposición de 1992

Estos robos dejan a la vista el esqueleto del monumento y las barras que unen las planchas interiores y exteriores de la escultura ovalada, formando unos cajetines que se han convertido en un refugio para las aves, en especial para las palomas. Para acceder a la estructura resultaría necesario el uso de escaleras. La pequeña barandilla y la fuente que la rodea no son ningún obstáculo. Sin embargo, el monumento tiene una apertura en la parte inferior que está vallada y la siguiente apertura se encuentra a gran altura.

No es la primera vez que esta obra del artista ruso Zurab Tsereteli sufre robos y actos vandálicos. El monumento, de 476 toneladas de peso y 42 metros de altura, fue un regalo del Ayuntamiento de Moscú a la ciudad de Sevilla con motivo de la Exposición Universal de 1992. Fue inaugurado por la infanta Elena y su entonces marido, Jaime de Marichalar, en 1995. Apenas tres años después, la prensa local ya se hacía eco de los primeros expolios. Uno de los elementos que primero desapareció fue una de las tres carabelas que representan el viaje que hizo el almirante genovés tratando de alcanzar Oriente por Occidente.

Malla colocada tras el robo de las planchas inferiores en el año 2012. / Belén Vargas

En el año 2000, la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla reparó los desperfectos y sustituyó las piezas de cobre por calamina, un material más barato, para evitar los robos.

Tras la reapertura y el adecentamiento del parque de San Jerónimo, el Huevo de Colón disfrutó de una tregua durante unos diez años. A esto ayudó también la conexión de la zona verde en la que se levanta la escultura con el parque del Alamillo mediante una pasarela peatonal, de forma que ambos espacios quedaron integrados y el monumento dejó de estar tan aislado. Pero, entre 2011 y 2012, con el incremento del valor del cobre, que se pagaba entonces entre seis y ocho euros el kilo, hizo que esta talla volviese a ser objeto de los ladrones, ya que está formada por piezas de este material y acero, y recubierta de placas de bronce, del que también se puede obtener cobre al ser una aleación entre este metal y el estaño. Ya entonces, el Ayuntamiento colocó una malla provisional en la parte inferior de la escultura para impedir el acceso.

El aumento de nuevo del valor del cobre, que se sitúa otra vez en torno a los 7 euros el kilo, podría ser una de las causas que ha motivado el incremento de los robos, que en los últimos años ha sido "constante y continuado", según reconoce Juan Cuesta, representante de Ecologistas en Acción, cuya sede se encuentra en el parque de San Jerónimo, muy cerca del Huevo de Colón.

Ecologistas en Acción, con su sede en el parque, reclama más seguridad y vigilancia

Este monumento no es el único que sufre expolios en este parque. La asociación Ecologistas en Acción lleva varios años denunciando el robo de todo tipo de materiales, desde las herramientas de los huertos hasta hortalizas y animales. "Llevamos unos meses tranquilos pero el pasado curso no había semana que no nos encontráramos puertas reventadas o ventanas abiertas", explica Juan Cuesta. "Tuvimos que cancelar la iniciativa Tu basura vale un huevo porque nos robaron todas las gallinas", asegura. La entidad también sufrió el robo de cinco ovejas y un carnero, que convivían con las gallinas, a pesar de que el parque se cierra a las diez de la noche durante el invierno y a las doce en verano.

Ecologistas en Acción reclama medidas de seguridad y propone la "recuperación de la figura del guarda del parque" con la contratación de una persona o que una familia viva en el recinto. "Son robos sin violencia, durante la noche, cuando el parque está cerrado. Una persona o una familia en el parque puede tener un efecto disuasorio", señala Juan Cuesta, representante de Ecologistas en Acción de Sevilla. "Parques y Jardines ofrece contratar a dos vigilantes para ocho parques. Eso es insuficiente", subraya. A pesar de las quejas y denuncias de diferentes asociaciones de la ciudad durante estos 20 años, los daños quedan impunes y la resignación ante estos hechos es cada vez mayor.

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