La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¿Dónde está el límite de la vergüenza?
La Unidad de Mama del Hospital Virgen Macarena ha incorporado con éxito el acto quirúrgico único en el cáncer de mama, que permite eliminar el tumor y reconstruir la mama con tejido de la propia paciente en una sola sesión de quirófano.
La compleja intervención que requiere de unas 14 horas y de un equipo multidisciplinar integrado por cirujanos generales, ginecólogos y cirujanos plásticos ofrece resultados muy positivos para las pacientes afectadas por el cáncer de mama que tienen que someterse a una mastectomía (extirpación de la mama). El acto único como tratamiento quirúrgico frente al cáncer de mama se incorporó hace año y medio en el hospital universitario; y hasta la fecha han beneficiado a 14 pacientes.
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El doctor Manuel Lacalle, director de la Unidad de Mama y responsable de la Unidad de Gestión Clínica de Ginecología y Obstetricia en el Macarena, describe como "muy satisfactorios" los resultados obtenidos.
La enorme complejidad de esta intervención, que requiere de técnicas de microcirugía, supone un destacable consumo del tiempo del quirófano. Se estima que requiere el espacio de tres o cuatro intervenciones rutinarias en la Unidad de Mama, lo que se traduce en la necesidad de un importante volumen de recursos sanitarios, tanto humanos como materiales. Los quirófanos de esta unidad esencial están ocupados mañana y tarde.
Tras la mastectomía, los cirujanos extraen tejido de la propia paciente, normalmente del abdomen, y lo injertan en el lugar de la mama. En el procedimiento los especialistas suturan vasos con un calibre milimétrico que permite el riego sanguíneo de injerto. El resultado aporta naturalidad al cuerpo de la mujer. Este avance evita que las afectadas por el cáncer tengan que convivir con la mutilación que requiere la mastectomía, de modo que la recuperación es mucho más rápida.
La reconstrucción mamaria en acto único facilita la reincorporación a la vida social y laboral de las pacientes. Son beneficios que ofrece este procedimiento frente la reconstrucción convencional, que se centra en la colocación de una prótesis. El tratamiento convencional con cirugía plástica tras una mastectomía supone alrededor de tres intervenciones quirúrgicas distintas: la primera consiste en la extirpación del tumor y colocación de un expansor; seguida por la colocación del recambio del expansor por una prótesis definitiva; y, por último, simetrización de las mamas, así como la creación del pezón. Este proceso completo conlleva meses para la mujer hasta conseguir la reconstrucción mamaria tras la mutilación. Mientras que la técnica de acto único concentra tanto la extirpación del tumor como la reconstrucción en una única intervención.
Aunque la recuperación de la reconstrucción inmediata en acto único es más lenta, la mujer sale del hospital con su mama sana y regenerada. "Nuestro objetivo es que esta intervención forme parte de la actividad quirúrgica rutinaria para todas las mujeres que la precisen", añade el doctor Lacalle.
En estos momentos la Unidad de Mama cuenta con un equipo integrado por cinco especialistas (dos cirujanos y tres ginecólogos) y dispone de once quirófanos de manera habitual. Frente al cáncer de mama la lista de espera se reduce a los 30 días desde que la mujer recibe el diagnóstico y la prescripción del tratamiento quirúrgico radical hasta que entra en quirófano. En la reconstrucción mediante prótesis, tras la mastectomía, las pacientes vuelven a entrar en lista de espera para que los cirujanos plásticos recuperen la mama mutilada.
Junto a la Unidad de Mama, otra área esencial en el abordaje quirúrgico de graves problemas de la mujer es la Cirugía Ginecológica, que coordina el doctor Francisco Márquez en el Hospital Macarena. Los avances en esta área han sido continuos en la última década con la incorporación de técnicas de mínima invasión para tratamientos a problemas benignos (miomas, endometriosis, quistes o prolapso genital) y malignos (cáncer de cérvix, ovario, vulva o endometrio).
En la última década el área de Cirugía Ginecológica del Macarena ha triplicado las intervenciones de mínima invasión, con una media de 600 mujeres al año y unas 200 intervenciones de gran complejidad.
La cirugía frente al cáncer ginecológico suele estar presente en el tratamiento y, siempre que es posible, los cirujanos optan por técnicas conservadoras que permiten preservar la fertilidad en mujeres jóvenes. "Dependiendo del tipo de tumor y del estadio de la enfermedad, la cirugía logra la curación hasta en un 70%", explica el doctor Márquez.
Los tipos de tumores más frecuentes en los quirófanos del Macarena son el cáncer de endometrio y el de ovario, con unos 60 casos de media, al año, en cada tipo de tumor.
La incorporación de las técnicas de mínima invasión han mejorado en gran medida la recuperación tras la extirpación quirúrgica del tejido enfermo reduciendo el ingreso hospitalario a sólo dos días.
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