Hospital Macarena: un referente en cáncer ocular
El volumen de pacientes con tumores en los ojos crece un 15% · El centro recibe enfermos andaluces y otros procedentes de Canarias, Extremadura, Ceuta y Melilla
El número de pacientes que sufren cáncer ocular y acuden al Virgen Macarena ha aumentado un 15% desde que en 2006 se creó la Unidad de Oncología Ocular. Como centro de referencia en Andalucía para tratar los tumores oculares en adultos, el Macarena recibe pacientes de todos los puntos de la comunidad autónoma, del norte de África, Canarias y de Extremadura. Hasta 2006, estos enfermos tenían que trasladarse a Madrid o Barcelona para recibir tratamientos de última generación, que desde hace medio lustro se aplican con éxito en el hospital universitario. En el caso de los niños, la Unidad de Oncología Ocular que dirige el doctor Francisco Espejo en Sevilla es también un punto de referencia para el ámbito nacional desde diciembre de 2008, lo que supone que este área del Macarena recibe pacientes de cualquier lugar de España.
La incorporación de técnicas menos agresivas que evitan la extirpación del ojo (enucleación) para combatir el cáncer -crioterapia, braquiterapia, el láser de diodo o la quimioterapia entre otros tratamientos- conlleva que cada vez más oftalmólogos de distintos hospitales deriven sus pacientes al Macarena. Con ello, el volumen de casos "ha aumentado de forma considerable muy por encima de nuestras previsiones cuando nos convertimos en centro de referencia", explica el doctor Espejo. Son 292 los casos de cáncer ocular que se tratan en el Hospital Macarena de los cuales 20 son niños. Cada año llegan 80 casos nuevos y derivados de otros centros.
La incidencia de esta grave enfermedad en la población es muy baja, en Andalucía se diagnostican cuatro casos de retinoblastomas -el tipo de tumor más común en niños- al año. En adultos, el cáncer ocular más prevalente es el melanoma coroideo y cada años se diagnostican siete casos nuevos en el ámbito andaluz. Si el tumor se detecta a tiempo se puede controlar mediante diversos tratamientos, pero si se produce metástasis -expansión del cáncer a otras zonas del organismo- el pronóstico suele ser nefasto.
Cuando un oftalmólogo o un pediatra tiene la sospecha de que un niño puede sufrir un tumor en los ojos deriva el caso a la Unidad de Oncología Ocular del Macarena, donde el pequeño es tratado con carácter de urgencia. El signo que delata el cáncer ocular en niños se denomina leucocoria (pupila blanca) que puede ser detectado por los padres observando al pequeño o mediante fotografías en las que aparecen reflejos rojizos en un ojo. Ante este signo, los padres deben acudir al pediatra o al oftalmólogo. Cuanto antes se aborde el problema, mejor es el pronóstico. Para combatir el cáncer en los ojos la estrategia de los especialistas se basa en reducir el tamaño de la zona afectada por el tumor y controlarlo. Cuando el problema es severo y está muy extendido, la única solución es eliminar la zona dañada con tratamientos agresivos.
El retinosblastoma es un cáncer infantil maligno muy grave. El tratamiento para combatirlo depende del tamaño del tumor y de su localización en el ojo. El Virgen Macarena incorporó en 2007 dos técnicas que funcionan con éxito: el láser de diodo y la braquiterapia, que consiguen la regresión del tumor. "La braquiterapia consiste en colocar placas radiactivas de rutenio 106 o de yodo 125 en el globo ocular, que se retiran días después", explica el doctor Espejo.
Otra técnica se denomina crioterapia y se centra en aplicar frío a las células cancerosas para controlarlas. Estos tres tratamientos -braquiterapia, láser de diodo y crioterapia- se aplican en tumores pequeños. Cuando la zona afectada por el cáncer es amplia -altura de entre 6 y 8 milímetros- "se utilizan métodos más agresivos como la quimioterapia o la radioterapia externa para reducir el tamaño del tumor. Después el paciente se somete a otras técnicas, como la braquiterapia, para que el cáncer quede controlado", comenta Espejo.
En el caso del cáncer ocular en los adultos, las terapias son similares al de los niños. Los síntomas en adultos suelen ser pérdida de visión, estrabismo y dolor. Hasta la creación de la Unidad de Oncología Ocular, la mayoría de los casos se trataban con la extirpación del globo ocular, pero con la implantación de las nuevas alternativas terapéuticas el paciente tiene muchas más posibilidades de conservar la visión. Un gran paso que mejora de forma notable la calidad de vida de los enfermos sobre todo para aquéllos que sufren el cáncer en los dos ojos y que quedarían totalmente ciegos con la enucleación.
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