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Hipertensión, la 'asesina' silenciosa

La tensión alta, factor de riesgo de enfermedades del corazón y de ictus, afecta al 40% de la población adulta.

Un farmacéutico realiza una toma de tensión arterial a un usuario en una botica sevillana.
Noelia Márquez

01 de febrero 2016 - 05:03

La hipertensión, un trastorno del sistema circulatorio conocido como el asesino silencioso e invisible, afecta a más del 40% de la población de entre 35 y 64 años; y al 65% de los mayores de 65 años. Pese a considerarse como uno de los principales factores de riesgo de sufrir enfermedades del corazón, cerebrovasculares, insuficiencia renal o ceguera, entre otros problema graves, se estima que un alto porcentaje de afectados no están diagnosticados.

"No suele presentar síntomas, ésta es su principal característica. Un paciente puede tener tensión arterial alta durante mucho tiempo sin saberlo; y con frecuencia se diagnostica por casualidad en un chequeo rutinario", explica el doctor Julián Segura, presidente de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española contra la Hipertensión Arterial.

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La detección precoz es clave para evitar el daño irreparable que puede desencadenar. A veces, el primer síntoma es un infarto agudo de miocardio. "A la hipertensión arterial se la conoce como la asesina silenciosa pues durante años puede pasar desapercibida y no dar síntomas; y al cabo de los años debutar sin previo aviso con angina de pecho, infarto de miocardio, arritmias, insuficiencia cardiaca; o incluso, a veces, provoca un cuadro catastrófico por el alto riesgo de muerte súbita como es la rotura de la aorta", explica el doctor Francisco Trujillo, miembro de la Fundación Española del Corazón y responsable de la Unidad de Cardiología en el Hospital Victoria Eugenia de Cruz Roja.

Para la detección, "los protocolos de Atención Primaria incluyen la toma de la tensión rutinaria. Es una medida sencilla, pero se debe hacer de manera correcta", añade el doctor Segura, al incidir en la popularmente conocida como hipertensión de bata blanca, que se produce cuando un paciente entra en un estado de nerviosismo por el mero hecho de encontrarse en una consulta médica haciéndose una prueba. Esta situación puede llevar a un diagnóstico erróneo. "Cuando la tensión arterial está alta de manera puntual no es patológica. El trastorno se produce cuando esta situación es prolongada", afirma.

La Sociedad de Hipertensión aboga por que los centros de salud puedan disponer de sistemas de detección ambulatoria de hipertensión denominados MAPA (Monitorización Ambulatoria de Presión Arterial, similar a un holter), que permiten medir la tensión durante 24 horas. Este sistema facilitaría a los médicos de familia resultados concluyentes para realizar diagnósticos e iniciar tratamientos de manera precoz. Los resultados de este sistema es objeto de investigación en varios grupos, tanto en la Sociedad Española de Hipertensión como en la Sociedad Andaluza de Medicina Familiar. El control del propio paciente con mediciones al menos, una vez al año, es también otra de las medidas que favorece el diagnóstico temprano.

"Aproximadamente, el 40% de los hipertensos desconocen que lo son; el 20% de los diagnosticados no están tratados con medicamentos antihipertensivos y la mitad de los tratados no alcanza objetivos terapéuticos de control", añade el doctor José Manuel Santos, médico de familia en el centro de salud San Pablo y responsable del grupo de trabajo en hipertensión de la Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria. El equipo de investigación del doctor Santos, Al-Andalus, está integrado por diez profesionales de la salud del Distrito Sanitario Sevilla que investigan desde hace años los beneficios de la dieta mediterránea frente a problemas como la hipertensión o la obesidad.

El doctor Santos destaca que sólo "uno de cada cuatro hipertensos en la población general está adecuadamente controlado". Las dificultades en la regulación de la tensión alta residen, en gran medida, en falta de adherencia a los tratamientos. "Es un trastorno crónico y los pacientes hipertensos tienen que medicarse de por vida, o de lo contrario, el problema vuelve a aparecer", añade el doctor Alberto Ruiz, presidente de la Sociedad Andaluza de Medicina Interna. Al tratarse de un problema asintomático, que no causa dolor ni molestias aparentes, un destacable número de pacientes abandonan la medicación o la interrumpen. Los especialistas recuerdan que la automedicación es un error e insisten en que el abandono del tratamiento da lugar a que la hipertensión reaparezca.

El aumento de la esperanza de vida y el progresivo envejecimiento conduce a un mayor número de pacientes crónicos pluripatológicos. "Más del 60% de los pacientes que son tratados en Medicina Interna tienen dos o más enfermedades crónicas, y la hipertensión suele estar presente en ellos", recuerda el doctor Ruiz. "Se ha demostrado en ciertas familias una predisposición genética a sufrir hipertensión, si bien los hábitos aceleran su aparición", comenta el doctor Miguel Ángel Rico, jefe de sección en Medicina Interna en el Hospital Macarena. "La educación desde la infancia en hábitos de vida saludables -dieta mediterránea y ejercicio físico- es fundamental para prevenir este trastorno", añade.

En el 95% de los casos, aproximadamente, la hipertensión arterial es esencial, llamada así porque no se conoce la causa exacta que la produce. El 5% restante sería secundaria a una causa específica. Se calcula que entre el 60-70 % de la hipertensión arterial esencial con agrupación familiar puede deberse a factores genéticos, siendo el 30-40% restante resultado de influencias ambientales. Los hábitos de vida poco saludables marcados por el sedentarismo, una dieta rica en grasas, consumo nocivo de alcohol, el tabaquismo y un mal control del estrés provocan el trastorno. Las consultas médicas han detectado en los últimos años un aumento de hipertensión arterial, así como su aparición a edades cada vez más tempranas debido, entre otros factores, al abandono de la dieta mediterránea y a la reducción del ejercicio físico. "Las generaciones de niños jugaban antes más a la pelota, mientras que ahora cada vez pasan más tiempo con videojuegos o delante del ordenador; antes los niños íbamos andando al colegio; mientras que ahora, los padres los llevamos en coche hasta la puerta del colegio. Se realiza cada vez menos ejercicio", recuerda el doctor Segura. La obesidad y el sobrepeso, consideradas como la epidemia del siglo XXI, están estrechamente vinculadas a la tensión arterial alta; así como a otros factores de riesgo como el colesterol alto o la diabetes. Estos problemas están presentes en las principales causas de muerte en la población general: las enfermedades que afectan al sistema vascular coronario y cerebral.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares son responsables en el mundo de 17 millones de muertes al año, casi un tercio del total. La hipertensión es la causa de, por lo menos, el 45% de las muertes por cardiopatía y el 51% de las muertes por accidente cerebrovascular. En España y en Andalucía, las enfermedades del sistema circulatorio siguen siendo la primera causa de muerte, según los últimos informes del INE (Instituto Nacional de Estadística) y del Instituto de Estadística de Andalucía. La hipertensión, como factor de riesgo, es un trastorno prevenible y tratable. El simple cambio de estilos de vida poco saludables permiten controlar mejor este problema letal.

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