Las Hermanas de la Caridad sirven en Sevilla 225 cenas en Nochebuena para personas sin recursos
Labor social
Un equipo especial lleva preparando los menús desde las seis de la mañana
La comida consta de langostinos, jamón, polvorones y turrón
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Más de 220 personas sin recursos disfrutarán esta noche de una cena especial de Nochebuena gracias al comedor social San Vicente de Paúl de la Macarena, en Sevilla, que para la ocasión diseña un menú especial en el que no faltan el marisco, los embutidos y los dulces navideños. De esta forma, el más conocido como el comedor del Pumarejo, por el emplazamiento en el que estaba ubicado anteriormente, ha cumplido con lo que ya se ha convertido en una tradición y que es posible gracias a la solidaridad de empresas, particulares, voluntarios y las Hermanas de la Caridad, religiosas que gestionan este servicio.
Para que todo vaya bien, desde antes de amanecer, alrededor de las 6:00, ya había decenas de personas ayudando en una verdadera cadena de trabajo, con la cocina a pleno rendimiento y los voluntarios metiendo en recipientes y bolsas todo lo que se ha preparado. Esperanza Nuevo, religiosa portavoz de las Hermanas de la Caridad, ha explicado a EFE que, la preparación de esta cena es posible gracias a la colaboración de muchas personas. "Parte de los productos que conforman el menú lo hemos comprado desde el comedor, pero están colaborando muchas hermandades, particulares, grupos de muchachos que se reúnen para estos días donar sus ahorros; todo el mundo ayuda", ha indicado.
La cena consta, según ha señalado, de "un tupper" de langostinos, otra de embutidos -jamón, salchichón, queso y chorizo-, que en el caso de las personas que profesan la religión musulmana se cambia por tortilla y queso, pan, "una cajita" de polvorones, que, para la ocasión han donado, una monjas de Estepa y media tableta de turrón. Inicialmente, se han preparado 225 cenas porque, según ha apuntado la Hermana Esperanza, "preferimos seguir preparando a que se queden preparadas".
También el almuerzo habitual
Pero antes de ofrecer estas cenas, el comedor, dentro de lo que es su actividad habitual, ha ofrecido este mediodía, hasta las 13:30, su habitual comida que, según ha señalado Moussa Culibaly, un costamarfileño que lleva en España más de 14 años y que trabaja en la cocina, se compone de macarrones con atún y tortilla de patatas, así como de algo de embutidos también. En cuanto al pan, el encargado de prepararlo y repartirlo, Antonio Lancha, presidente de Hospitalidad Diocesana de Sevilla, ha indicado que a diario llega para más de 300 personas a través de un proveedor: "En la comida se parte un bollo por la mitad para cada dos, y al tiempo de irse a cada uno se les da dos".
Lancha se muestra feliz por el trabajo que realiza en este comedor: "El trabajo aquí es 365 días del año, muy satisfactorio para nosotros y para ellos bueno, porque tienen un medio de poder subsistir; es verdad que estos días son más emotivos, pero esto es un diario y que no falte, porque cada vez hay más gente que está más necesitada". Una labor solidaria desarrollada los 365 días del año pero que, en jornadas como ésta, cobran, si cabe, mayor significado, ya que logran que, incluso los más necesitados, puedan sentir los valores de la Navidad.
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