'Halloween' se queda en el aula
una fiesta importada
La celebración norteamericana se consolida como tradición entre los niños sevillanos
Disminuyen las fiestas en discotecas en la víspera de Todos los Santos
Una fiesta de niños. Halloween ha pasado de las discotecas a los colegios. Cada vez son más los centros escolares que organizan esta celebración -importada de EEUU- y cada vez son más las familias que a finales del mes de octubre han de hacer frente a un gasto inusual hasta hace poco. Disfrazarse de personaje terrorífico puede rozar los 30 euros por persona. Jocker, Harley Quinn y el Payaso Diabólico son los de mayor reclamo este año.
En la Casa de los Disfraces no dan abasto. Una de las dependientas no tiene apenas tiempo para contestar a las preguntas que le hace este periódico. "Estas dos últimas semanas han sido de auténtico vértigo. No paramos", dice esta empleada, encargada de la sección de niños. Los menores de edad se han convertido en los principales clientes -siempre acompañados por sus padres- en estas fechas. Y ello por dos razones. Por un lado, las fiestas que organizan con sus amigos a partir de esta tarde. Y por otro, las que se celebran por la mañana en los centros educativos, en los que años atrás varias asociaciones de padres han alertado de los efectos que conlleva la "implantación" de un rito que tiene que ver con la cultura anglosajona y nada con la española.
"Muchos colegios organizan fiestas y piden a los alumnos que vayan disfrazados el 31 de octubre. Es como un carnaval anticipado", refiere una teleoperadora de la Tienda de los Disfraces, un negocio on line que opera en toda España. Este año los personajes más reclamados son Jocker, Harley Quinn y el Payaso Diabólico. En algunos establecimientos se han llegado a agotar estos difraces. "Del Payaso Diabólico nos quedamos sin existencias hace una semana y los hemos vuelto a pedir", dice un responsable de Pichardo, una de las tiendas de referencia en el centro de Sevilla en cuanto a disfraces.
Declaraciones que constatan que Halloween se ha instalado como celebración en el calendario festivo de los niños sevillanos. Cada año son más las ventas en los establecimientos dedicados a disfraces llegadas estas fechas. Resulta difícil concebir el 31 de octubre sin que las calabazas y personajes del otro mundo hagan su aparición en los colegios. Se trata de encarar la muerte de una forma lúdica, totalmente distinta a la tradición española. Un cambio de mentalidad que tiene su repercusión en los bolsillos familiares. Disfrazarse para dar miedo también aterra a la economía doméstica. Puede suponer un desembolso de entre 20 y 25 euros por persona. Esta cantidad no incluye los elementos decorativos, como calabazas, telarañas y otros complementos que contribuyen a crear un ambiente siniestro. Sumados todos estos componentes, la cifra superará ampliamente los 30 euros.
En Plasticosur, las ventas por estas fechas aumentan cada año un 15%. Así lo certifica el encargado del departamento de disfraces, Jesús Currás. "Cuanto más siniestro sea el personaje que se pueda encarnar, mayor demanda tiene entre los niños", explica este encargado, quien también coincide en señalar que en esta edición se lleva la palma Jocker, el malo de la película Batman, y su novia, Harley Quinn.
Los adultos también se animan a comprar este tipo de indumentarias, aunque frente a los pequeños, que lo tienen previsto desde mediados de octubre, lo hacen uno o dos días antes de la celebración. "Improvisan más, a última hora", refiere Currás.
En Plasticosur también han advertido una tendencia que, si bien no llega al nivel de Halloween, está cobrando cierta importancia desde hace dos años: "Cada vez son más los clientes que solicitan trajes de santos, para conmemorar esta celebración a la usanza española". No faltan aquí los disfraces propios de esta época: los de don Juan Tenorio y doña Inés.
¿Y en los establecimientos de ocio nocturno? ¿Cómo se vive esta celebración? El representante de las discotecas sevillanas, Alfonso Maceda, explica que Halloween ha perdido demanda en estos negocios, que hasta hace pocos años hacían su agosto en pleno otoño con esta tradición estadounidense. Son pocas las fiestas que ahora se organizan y la mayoría quedan suscritas al ámbito particular. Maceda tiene una explicación para ello: "Los adultos ya no tienen ganas de fantasmas".
Facua pide que se vigile la venta de los disfraces
La asociación Facua pidió ayer a los gobiernos autonómicos y a las distintas autoridades de consumo que aumenten los controles para Halloween ante la comercialización de productos y disfraces con riesgo para la salud y que han recibido órdenes de retirada del mercado. Facua lamentó la falta de control de las administraciones autonómicas y locales a la hora de proteger a los consumidores ante "productos peligrosos" que se comercializan por la "falta de vigilancia" en las aduanas. Recordó que en lo que va de año las autoridades de consumo españolas han prohibido hasta 32 modelos de disfraces, máscaras, pelucas y barbas, entre otros artículos, por ser "inseguros", y de los cuales cinco están a la venta.
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