Guías turísticos de Sevilla: entre el intrusismo y las buenas prácticas
El aumento de 'free tours' sin acreditación oficial, las quejas vecinales ante la falta de una normativa que permita la convivencia y el vandalismo, los principales problemas de estos profesionales
Los profesionales de las visitas guiadas son el último eslabón en la recuperación económica del sector del turismo, aunque no por ello menos importante. Tras dos años de parón por la pandemia, ya ven la luz y sus salidas han aumentado notablemente, aunque aún no están al nivel del 2019. Este panorama prometedor, sin embargo, sigue ensombrecido por problemas antiguos, ahora agudizados, como el intrusismo (la mayor parte representados en free tours) y las malas prácticas que estos guías no oficiales ejercen manchando el nombre de los especialistas acreditados para esta labor. Un desprestigio que, desde las asociaciones de guías oficiales, están intentando subsanar con un reglamento que pueda sumarse a la normativa municipal. No olvidan la importancia de la convivencia entre turismo y vecinos de las zonas más concurridas por los viajeros y lo importante que es el cuidado del patrimonio. Por eso, también lanzan un SOS por el mantenimiento y la seguridad de los monumentos, que con frecuencia sufren actos vandálicos dañando la imagen de la ciudad y nuestra historia.
"Aún nos queda un pequeño camino por recorrer para estar en cifras de la prepandemia. Hay que tener en cuenta que se trata de una actividad que supone un extra en la experiencia del turista cuando visita la ciudad pero, en situaciones de incertidumbre como la que hemos vivido en la pandemia, es un servicio que puede presentarse como secundario, por debajo del vuelo o el alojamiento (aunque los hoteles estén al 90%), y muchos prescinden de él". Ana López es la presidenta de APIT (Asociación Provincial de Informadores Turísticos), entidad con más de 40 años de vida. Desde hace 21 años, López trabaja como guía local. Como todos sus compañeros de profesión, durante la pandemia tuvo que adaptarse y comenzar a realizar rutas para el público local. Un público que, ante la prohibición de salir fuera de la ciudad, optó por reconocer su propia historia y patrimonio a la par que sirvió de ayuda para el mantenimiento de estos profesionales.
"Pero el verdadero potencial económico de los guías oficiales está en el turista extranjero", afirma López, quien está especializada en el cliente VIP. "Cada vez son más los turistas que requieren de una persona especializada que los acompañe de forma particular a conocer la ciudad más allá del centro, a disfrutar de su gastronomía, de las tapas y de la ciudad en sí, proporcionándoles una experiencia más completa de lo que es Sevilla, de las costumbres. Un recorrido que añade valor al clásico eje turístico Plaza de España, Jardines de Murillo, Alcázar, Barrio de Santa Cruz y Catedral, que también sigue siendo muy importante en nuestra tarea diaria", aclara López.
El problema del instrusismo en los guías turísticos
En la actualidad, 33 personas forman parte de APIT, autónomos que han sobrevivido en los dos últimos años gracias, además del público local, a las ayudas de los ertes. Una vez superado el trance provocado por el covid, la actividad volvió a la calle y el turista extranjero comenzó a inundar nuestras calles, pero cuál fue la sorpresa para estos guías que vieron multiplicados los free tours y guías no oficiales. "Se hacen llamar intérpretes del patrimonio pero no están habilitados para ejercer como guías locales. No tienen la titulación y suponen un desprestigio para los que sí la tenemos. Detrás de la figura de un guía hay mucha preparación, además de la titulación universitaria y los idiomas (mínimo hay que tener dos idiomas extranjeros) hay mucha formación, cursos de reciclaje...", detalla la presidenta de APIT, que saca a la luz otro de las ilegalidades de estos free tours: "El cliente tiene que saber la tarifa del servicio que va a recibir; es ilegal trabajar a cambio de propinas. Nosotros tenemos que mostrar nuestros precios y emitimos facturas. Es indigno trabajar a cambio de una propina".
Para lograr la acreditación oficial de guía es necesario estar titulado en Historia del Arte, Filología, Historia o Turismo, además de acreditar la titulación en dos idiomas extranjeros, mínimo. Si no se tiene la titulación universitaria, se puede acceder a través de un examen oficial. Una vez cumplidos los requisitos, se debe presentar todo lo requerido en la Consejería de Turismo, institución que expide el carne de guía oficial.
A López le "encanta" trabajar con el turista americano, aunque la guerra en Ucrania haya provocado cancelaciones de última hora. También con italianos y portugueses, pero, sobre todo, con aquellos que piden un plus y deciden quedarse más días en la ciudad para conocer Itálica, Carmona, San Isidoro del Campo en Santiponce o la visita a una finca para ver el proceso de elaboración del aceite de oliva. "Es un tipo de visita que solicitan muchos los viajeros que llegan en los cruceros, así como las visitas temáticas de personajes como Don Juan o de óperas como Carmen".
De la labor de un buen guía va a depender, en muchas ocasiones, la imagen de la ciudad que se lleve el turista a su país de origen, que recomiende visitarnos o que regresen. María de Mora es miembro de Auits (Asociación de Guías Turísticos de Sevilla). Tras la pandemia, afirma estar viviendo una temporada "normal", parecida en volumen de negocio a la que ya tenía antes del covid. En estos momentos, ha vuelto a trabajar con extranjeros, pero no olvida a los clientes locales, quienes le salvaron la temporada pasada. "Fue muy satisfactorio ver cómo muchos sevillanos hacían turismo en su ciudad y cómo algunos llevaban 20 años sin entrar en el Alcázar o no conocían la historia del Barrio de Santa Cruz y poder descubrirles esa parte de la historia de Sevilla".
Aunque su recuperación ha sido casi plena, reconoce que el intrusismo se ha agravado y que es "una de las grandes luchas del guía oficial". "La policía no puede acceder siempre a nuestras llamadas cuando vemos que hay un guía sin el carnet oficial o que los grupos superan el aforo de 30 personas, y nosotros tampoco podemos recriminar al cicerone, pues la culpa no es suya sino del empresario que hay detrás de esta actividad ilegal".
De Mora pone sobre la mesa otra de las reclamaciones del sector, el cuidado del patrimonio. "Se promociona un turismo premium pero nuestros monumentos y parques sufren continuamente destrozos. Es muy importante que haya más seguridad y vigilancia. Protegiendo a nuestros monumentos, protegemos nuestro patrimonio, nuestra historia y nuestra reputación".
La convivencia para evitar la turismofobia
Hace unas semanas, los vecinos del Barrio de Santa Cruz estallaron contra los guías turísticos que emplean megafonía y se detienen para realizar sus explicaciones junto a ventanas y puertas de casas provocando un ruido incompatible con la convivencia. "En realidad, no son guías oficiales ni tienen nada que ver con nuestro proceder. Muchas veces, son grupos superiores a 30 personas, que colapsan calles. Free tours que trabajan sin códigos que respeten la convivencia entre vecinos y turistas", afirma Ana López, presidenta de APIT.
Con el fin de evitar que estos hechos se vuelvan a producir y dignificar la profesión, los guías oficiales de Sevilla, comprendidos en las asociaciones AGOT, APIT Sevilla, Auits, Citytour Sevilla y Passiontours, han elaborado un manual de buenas prácticas que han presentado al Ayuntamiento con el objetivo de convertirlo en normativa municipal.
En el escrito, los guías oficiales proponen una serie de medidas que permitan la convivencia con los vecinos y "eviten la turismofobia que se está produciendo". "Proliferación de guías ilegales y free tours que mueven grupos muy numerosos bloqueando accesos y zonas de paso y utilizando altavoces que provocan airadas protestas por parte de los vecinos y molestan al resto de visitantes", detalla.
Para el caso concreto del Barrio de Santa Cruz, proponen las siguientes medidas: "Sé amable y educado con los vecinos, ponte en su lugar; Circula siempre por la derecha; Pedir a los visitantes que no apoyen los pies en los muros de las viviendas encaladas, y no se suban a ventanas y balcones; Uso obligatorio de sistema de audio cerrado (radioguías, whispers); Prohibición absoluta de circular en bici o cualquier otro tipo de vehículo; Grupos haciendo tour en bicicleta deben pasar a pie, de uno en uno y respetando a quienes van delante; Utilizar las plazas como únicas paradas para explicar, y siempre teniendo en cuenta que hay que evitar aglomeraciones y limitar número de personas acompañados por un guía, en cumplimiento de la normativa establecida por la Junta de Andalucía".
Además, se insta a las autoridades al cuidado y mantenimiento de centros culturales, monumentos y calles. "Se ha acelerado la construcción de hoteles para acoger a visitantes de alto poder adquisitivo. Y quizás cabría preguntarse cómo compaginar ese tipo de turismo con esa otra realidad que estamos viendo en la ciudad", recogen refiriéndose al descuido del patrimonio: "Deterioro de los centros de interpretación llegando en algunos casos a un estado de abandono, por falta de mantenimiento y carencia de personal: Costurero de la Reina, Castillo de San Jorge, Centro de Cerámica de Triana, Centro de Interpretación del Mudéjar. Abandono de jardines singulares: Jardines del Guadalquivir, Jardín Americano".
Los guías también manifiestan la falta de limpieza en calles y del mantenimiento del mobiliario urbano así como "la invasión de todo tipo de vehículos que circulan por cualquier parte, ya sean aceras o zonas peatonalizadas".
Por su parte, en el pleno del pasado 28 de abril, el delegado de Gobernación, Fiestas Mayores y Área Metropolitana del Ayuntamiento de Sevilla, Juan Carlos Cabrera, anunció que "se está trabajando en un decálogo" para repartir entre las empresas de guías oficiales y los llamados free tours para que "se adapten a las normativas", sobre todo, en lo relacionado con aparatos de megafonía y sonido que se usan en las excursiones organizadas por el Casco Antiguo –especialmente, el barrio de Santa Cruz– y en Triana.
Manual de buenas prácticas del guía turístico
- Respetar las zonas de paso de peatones: Siempre que sea posible, circular por la derecha, fundamentalmente en calles estrechas.
- Cuidado del mobiliario urbano: Respetar el mobiliario urbano y no subirse a los bancos para explicar.
- Cumplir con la señalética y normas de tráfico: Respetar señales de tráfico, semáforos, paso de peatones, carril bici, zona de seguridad del tranvía, etc.
- Accesos a casas y negocios: No bloquear accesos, no pararse en calles y esquinas interrumpiendo el paso, ni parar en puertas de viviendas y negocios.
- No al ruido ocasionado por la megafonía: Prohibición absoluta de uso de sistemas de amplificación de voz en todo el casco histórico, incluidos parques y jardines de toda la ciudad.
- Mantener limpia la ciudad: Promover el uso de papeleras y el reciclaje entre los clientes indicándoles la situación del contenedor adecuado.
- Sistema de audioguía en zonas habitadas: Evitar contaminación acústica: uso de radioguías en zonas habitadas.
- Respeto de las zonas verdes: Invitar a nuestros clientes a respetar árboles y zonas verdes, indicándoles que no se deben arrancar hojas, flores y frutos de los árboles, ni pisar el césped.
- Cuidado del patrimonio de la ciudad: Advertir al visitante de la necesidad de ser respetuoso con elpatrimonio: no tocar, no correr, no consumir alimentos ni bebidas en los monumentos, etc.
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