La Guardia Civil no tiene duda de que el taxista quemó los nueve coches de Cabify
Mafia del taxi
El teléfono del detenido lo sitúa en Castilblanco a la hora del fuego.
En los pinchazos asegura que "ya huele a carbón" y le dice a otro que le "gusta más una barbacoa que a un tonto un lápiz".
La Guardia Civil no tiene la "menor duda" de que el taxista detenido la semana pasada es uno de los autores materiales del incendio de los nueve coches de la empresa Cabify en la madrugada del 2 de mayo de 2017, durante la Feria de Abril. Los agentes que detuvieron a F. B. H., de 41 años y conocido como el Melli, sostienen que este taxista, que quedó en libertad con cargos -está imputado por un delito de daños-, estuvo en la localidad de Castilblanco de los Arroyos en la franja horaria en la que se produjo la quema intencionada de los vehículo de esta empresa de Vehículos de Transporte Concertado (VTC), según confirmaron a este periódico en fuentes de la investigación.
El equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de La Rinconada ha remitido un atestado al juzgado de Instrucción número 8 de Sevilla, que investiga la macrocausa relacionada con la presunta mafia del taxi, en el que asegura que el teléfono móvil del taxista detenido lo sitúa en Castilblanco de los Arroyos en el horario en el que se produjo el fuego intencionado -en el atestado se dice incluso que estuvo durante los "minutos" del incendio-, aunque los investigadores señalan que el conductor regresó a Sevilla y estuvo en Castilblanco "usando el mínimo tiempo imprescindible y en horas intempestivas", añadieron las mismas fuentes consultadas.
Además de la prueba objetiva del posicionamiento de su teléfono móvil, los agentes de la Guardia Civil recurren a los pinchazos telefónicos de los móviles del sospechoso y de varios de sus familiares -que tuvieron lugar mientras el juzgado de Instrucción había declarado el secreto de sumario de una pieza separada, en la que se investigaba precisamente la participación de este taxista-, para corroborar que una serie de actitudes y frases de el Melli "evidencian su participación directa" como uno de los autores de la quema de los nueve coches de Cabify, mientras continúa la búsqueda de los otros presuntos responsables.
La certeza que tienen los agentes sobre la participación del taxista en el incendio no tiene en cuenta las declaraciones de la pareja sentimental del taxista, que ha asegurado que la madrugada del 2 de mayo de 2017 su compañero estuvo trabajando toda la noche en la Feria de Abril y no salió de la capital.
El atestado policial apunta, de otro lado, el "excesivo celo y precaución" que el taxista arrestado -que fue detenido el pasado miércoles en Castilblanco, donde tiene una casa, y puesto en libertad el pasado viernes- utiliza un lenguaje concertado, como cuando habla de las "cucarachas", en alusión a los vehículos VTC; "hablar en vertical", para referirse a que deben conversar en persona; o a una "comunión", expresión entendida como una reunión para tratar asuntos delicados.
En una de las conversaciones interceptadas, el taxista comenta a otro compañero que "ya huele a carbón" y le dice que "le gusta más una barbacoa que a un tonto un lápiz", todo ello cuando ambos taxistas estaban hablando precisamente sobre las "cucarachas".
Cuando los agentes han interrogado al interlocutor del sospechoso sobre estas manifestaciones, el otro taxista afirmó que no podía explicarlo, que no le parecían lógicos esos comentarios, aunque al final admitió que estaba "atemorizado de sufrir represalias".
La Guardia Civil concluye que esta forma de hablar en clave es "más propia de grandes criminales que de un trabajador del taxi, sobre todo si se tiene en cuenta que esta actitud es seguida por sus propios familiares a rajatabla", explica en alusión a otros pinchazos telefónicos de personas allegadas al sospechoso.
Además, el Melli también ha estado investigado por la Policía Nacional y por un juzgado en relación con otros altercados con conductores de Cabify.
Todo ello lleva a los agentes que han elaborado el atestado a poner de manifiesto en su informe que el taxista investigado está "en pie de guerra con los conductores de vehículos con licencia VTC", algo que se desprende no sólo por la investigación previa que han llevado a cabo sobre el incendio de los vehículos en las instalaciones del complejo hotelero Villa Rural de Castilblanco, sino también por las llamadas telefónicas interceptadas y que han transcrito en el atestado, en las que además de hablar de "barbacoas" y "cucarachas". En una de las llamadas el sospechoso comenta que cuando viera a un conductor VTC le iba a "meter una pedrada" y en otra que estaba "como loco por hacer una limpieza de ratas" y que se iba a "volver loco pegando pedradas", en referencia a los empleados de Cabify.
Éste último dato es de vital importancia para los investigadores, dado que en la Feria de Abril un vehículo VTC fue apedreado por parte de dos personas en el barrio de San Bernardo.
De la misma forma, los investigadores citan una conversación del pasado 11 de mayo, en la que otro taxista comenta al ahora arrestado que le habían contado dónde iban a estar "escondidos" bastantes vehículos VTC en un polígono de Torreblanca, lo que a juicio del instituto armado representa que cuando alguien disponía de información sobre los vehículos de transporte con conductor, se dirigían a este taxista para contárselo todo.
La detención del taxista, que algunas fuentes han indicado que no pertenece a Solidaridad del Taxi, la asociación que controla la parada del aeropuerto de San Pablo, se enmarca dentro de la macrocausa que instruye la juez Reyes Flores, titular del juzgado de Instrucción número 8, que investiga delitos relacionados con las presuntas amenazas, agresiones y coacciones a los conductores de los coches con licencia de VTC. En esa investigación, la Guardia Civil concluyó desde el primer instante en que el incendio había sido intencionado, dado que se utilizaron pastillas de barbacoa como acelerante del fuego que destruyó completamente los vehículos. Los agentes investigaron si los autores del incendio llegaron de fuera de Sevilla y buscaron el negocio donde fueron adquiridas las pastillas de barbacoa, compradas en un negocio regentado por ciudadanos chinos.
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