La Guardia Civil toma Estepa para impedir nuevos actos de violencia
Sucesos
Una manifestación ilegal en protesta por una oleada de robos se salda con el ataque de siete casas. Dos de las viviendas donde residen los supuestos ladrones fueron incendiadas
Una manifestación de 400 personas convocada ayer en Estepa sin autorización se saldó con el ataque de siete viviendas, dos de las cuales fueron incendiadas. La protesta, que se organizó a través de las redes sociales, tenía como fin mostrar la indignación por la oleada de robos que sufre el municipio los últimos años y que se han intensificado esta semana. Los vecinos culpan a dos familias -conocidas como el clan de los chorizos- de estos hurtos. Los domicilios asaltados ayer eran los de sus integrantes, aunque en el momento en el que se produjo el ataque no se encontraba nadie en el interior. La Guardia Civil mantiene un dispositivo de seguridad en el municipio como medida preventiva.
Un municipio en tensión. Estepa se convirtió ayer en un auténtico polvorín. Entre 300 y 400 personas -según datos de la Guardia Civil- tomaron las calles para protestar contra los robos que sufren viviendas y comercios. La manifestación no contaba con la autorización pertinente y se había convocado por las redes sociales y Whatsapp. Fuentes municipales informaron de que los participantes se dieron cita en la rotonda de la Mantecadera a las 12:00. Hasta allí se desplazaron dos coches patrulla de la Guardia Civil para informar a los manifestantes de que no contaban con el permiso oportuno.
La protesta empezó en ese momento a disolverse, aunque un grupo de 15 o 20 personas decidieron acudir a las viviendas de las dos familias a las que acusan de dichos robos. En total, según la Guardia Civil, atacaron siete domicilios. Dos de ellos fueron incendiados y los otros cinco fueron "asaltados y desvalijados". Las viviendas a las que se les prendió fuego se encuentran en las calles Antonio Machado y Federico García Lorca. El resto se sitúan en las calles Badolatosa, Hornillos, Cuesta y Dehesa. Todas han sido precintadas por la Policía Local.
En el momento en el que se produjo el asalto ninguno de los inquilinos se encontraba allí, pues habían abandonado Estepa ante el anuncio de la manifestación por las redes sociales. No ha sido detenida ninguna persona por estos actos. La junta de seguridad local se reunirá mañana -ya lo hizo el pasado viernes ante la avalancha de robos- para estudiar los hechos. No se descarta que se abran diligencias.
Hasta el lugar de los hechos, además de la Guardia Civil, se han desplazado agentes de la Policía Local, bomberos de la Diputación de Sevilla y efectivos sanitarios del 061. Fuentes del Instituto Armado señalaron que como medida preventiva se mantendrá un dispositivo especial en el municipio conformado por 12 patrullas (en total, unos 30 agentes) de los grupos de Seguridad Ciudadana hasta que "la situación se normalice".
El Ayuntamiento estepeño ha pedido "calma" a la población y "confianza" en la Justicia para evitar que estos hechos "violentos" ocurran en las calles de un municipio "que nunca ha sido protagonista de este tipo de actos". Fuentes municipales detallaron al respecto que a las dos familias a las que se les acusa de los robos que lleva sufriendo la localidad desde hace tiempo se les conoce como "el clan de los chorizos", integrado por medio centenar de personas. En el historial de los moradores de cuatro de las siete casas atacadas figuran bastantes antecedentes penales. "Son familias con graves problemas sociales y en la que los servicios de la Junta han intervenido en diversas ocasiones", señalan desde el Consistorio.
Los vecinos los hacen responsables de los robos perpetrados en viviendas, comercios, en el cableado de la zona monumental del cerro de San Cristóbal y hasta en el convento de las Clarisas, a lo que se suma la rotura continua de los cristales de los coches aparcados en la vía pública. La gota que ha colmado el vaso de la indignación vecinal han sido los robos que han sufrido tres comercios del polígono industrial Sierra Sur esta semana.
Muchos de estos delitos no han sido denunciados por el temor de los vecinos a las represalias de las dos familias, que, según trascendió ayer, están enfrentadas. Algunos de sus integrantes vivieron algunos años en Gilena, donde también los vecinos se movilizaron para "expulsarlos" de dicha localidad ante los actos delictivos que cometían, según señalan varios estepeños.
Ante la avalancha de robos y la indignación vecinal el pasado viernes se convocó una reunión de urgencia de la junta local de seguridad en la que se acordó reforzar la presencia de la Guardia Civil en el municipio. En dicho encuentro se insistió en la necesidad de que los vecinos denuncien los robos y alerten ante cualquier sospecha de delito.
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