Goteo de recortes en ayudas sociales
Padres con niños discapacitados denuncian que la Junta aún no les ha abonado las ayudas aprobadas en 2014 La Administración deja fuera a este colectivo en la última convocatoria
Durante los años previos a la crisis, la Asociación de Padres de Niños Sordos Aspansor recibía de la Junta de Andalucía una subvención anual de unos 20.000 euros para el mantenimiento de su centro. Con esta partida sufragaban "gran parte" de los gastos comunes, como luz, agua, alquiler y los sueldos del personal de gestión y limpieza, según confirman desde este centro especializado. Esta subvención de 20.000 euros ha ido disminuyendo progresivamente hasta los 3.300 euros que la Junta le concedió en 2014. Y, de momento, la Administración andaluza aún no ha convocado las ayudas de 2015.
Después de 47 años atendiendo las necesidades de los niños sordos, según relatan sus responsables, en Aspansor recurren a rifas para poder pagar los sueldos de sus trabajadores y no descartan acabar cerrando, dejando sin atención directa a cerca de 50 niños sordos.
Difícil pero no tan crítica es la situación de Astedis, un centro generalista ubicado en Carmona que atiende desde hace 28 años a menores con autismo, parálisis cerebral o trastorno específico del lenguaje, entre otros síndromes y discapacidades. Juan Andrés Valencia, miembro de la junta directiva de este centro, apunta que aún esperan una ayuda de 3.400 euros aprobada en 2014. "El centro no va a quebrar por no recibir esta subvención pero sí es una ayuda para cubrir los gastos básicos", indica Valencia. "Los centros de atención temprana están con el agua al cuello".
Las subvenciones para el mantenimiento de los centros que atienden a niños discapacitados o que sufren algún trastorno del desarrollo no son las únicas que se han quedado fuera del paquete de ayudas convocadas por la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales a mediados de agosto. Tampoco se han convocado, entre otras, las ayudas que reciben los ayuntamientos y diputaciones para el programa de Zonas con Necesidades de Transformación Social, el fondo local para la integración de inmigrantes, las ayudas para personas mayores y las ayudas para discapacitados.
La Junta reconoce que se ha quedado sin presupuesto, ya que los pagos que no se efectuaron en 2014 tras el cierre del ejercicio presupuestario a finales de octubre se cargaron a la partida de 2015, como adelantó este periódico. Así, mientras la convocatoria del año pasado ascendió a 22,3 millones, la de este ejercicio es sólo de 2,4 millones, según recoge el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA).
Dentro de las ayudas para discapacitados, que en la convocatoria del año pasado contaron con un presupuesto de 6,6 millones de euros, se encuentran las becas de transporte para las familias que tienen que desplazarse para que sus hijos reciban terapias de atención temprana. Los padres se quejan no sólo por la ausencia de la convocatoria de 2015, sino porque muchos aseguran que aún no han cobrado la ayuda de 2014.
María Jesús López, que reside en Carmona, lleva todos los martes a su hija Elena, de 3 años, a la Asociación de Síndrome de Down de Sevilla y Provincia (Asedown), donde recibe sesiones de logopeda, fisioterapia y psicología . "80 kilómetros de ida y vuelta", puntualiza esta madre. Para sufragar los gastos de transporte, esta familia carmonense solicitó a la Administración andaluza el año pasado por primera vez una ayuda que aún no ha cobrado. Le deben 1.046 euros, calcula María Jesús López.
El problema es que tanto ella como su pareja trabajan por temporada en el campo recogiendo aceitunas y tienen otros dos hijos de 16 y 12 años que mantener. "Éste mes no trabajamos, estamos en el paro. El calor ha estropeado parte de las cosechas y los patrones están contratando a menos personal", explica la madre de Elena, que asegura que ha solicitado otras ayudas públicas como la de la Ley de Dependencia o la de familias numerosas con niños discapacitados, pero o "están aprobadas pero el Gobierno no abona el dinero" o, en el caso de ésta última, los meses que no trabaja no cobra los 100 euros que le corresponde, según explica.
María Jesús López asegura que los últimos meses del curso escolar ha tenido que pedir ayuda a sus familiares para que la llevasen de Carmona a Sevilla para que Elena recibiera sus terapias. "Es muy duro que quieras ayudar a tu hija y no tengas recursos para hacerlo", apunta. "Sabes que te han concedido la beca pero no sabes cuándo vas a recibir el dinero; y los gastos no esperan, tienes que adelantarlos y, a veces, no puedes".
A Gregorio Martínez, con un hijo de 5 años, la Consejería de Igualdad también le concedió la beca de transporte el año pasado. Acude desde Palomares del Río a Asedown, con sede en Plaza de Armas. Sin embargo, más de un año después de su aprobación, aún no ha recibido los más de 900 euros prometidos.
Esta misma situación vive José Salmerón, que aún está esperando el ingreso de la beca de 480 euros aprobada en 2014. En su caso, viven en Olivares y su hijo de 5 años debe acudir dos veces por semana a Sevilla para sus sesiones de atención temprana y una vez a la semana a Valencina al logopeda. Salmerón, que tiene un puesto de artesanía en el centro, calcula que al año se gasta en gasolina más de 600 euros.
Además de su hijo pequeño Salim, con Síndrome de Down, en su casa viven dos personas dependientes más: su padre de 89 años y otro hijo mayor con una minusvalía del 72%.
En la misma situación está Juana Tomás, que espera la llegada de los 200 euros que la Administración pública le concedió el año pasado para poder llevar en autobús a su hija Sherezade de tres años y medio, también con síndrome de Down, de Bormujos a Sevilla. "A mi hija le corresponde, por vivir en Bormujos, un centro en Tomares, pero la lista de espera era de dos años. Cómo iba a dejar dos años a mi hija sin terapia. Era fundamental comenzar cuanto antes la estimulación precoz", apunta esta madre.
Sherezade necesita la atención de un fisioterapeuta, un logopeda y un psicólogo. Tres terapias que hasta ahora recibía de forma gratuita en Sevilla durante una hora a la semana, tiempo que su madre considera "insuficiente". Pero la situación no mejorará este curso. Esta mujer, natural de Linares (Jaén), explica que, a partir de esta fecha, para que su hija reciba al menos esta hora de terapia tendrá que pagar 60 euros mensuales.
Ésta asegura que no puede asumir esta cantidad, ya que tanto ella como su pareja están en paro. A esto hay que sumar los viajes que en ocasiones debe realizar a los hospitales de Córdoba y Jaén para tratar los problemas cardiacos que también padece Sherezade. "Por mi hija, saco el dinero de donde sea, aunque tenga que quedarme sin comer", manifiesta Juana Tomás. "Esto es una lucha diaria. Te peleas con todo el mundo y encima te roban en la cara".
Este periódico ha intentado conocer sin éxito el número total de beneficiarios de estas ayudas sociales y el importe que la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales destinó el pasado ejercicio a estas subvenciones. No obstante, fuentes del departamento dirigido por María José Sánchez Rubio sí han confirmado que las subvenciones sociales que se quedaron fuera en agosto se convocarán antes de que finalice el año, aunque se cargarán al presupuesto de 2016.
Por otro lado, además de los retrasos en los pagos, algunos padres entrevistados se quejan de la falta de información existente sobre las ayudas públicas a las que sus hijos pueden acceder, así como el escaso plazo que la Administración pública concede para entregar toda la documentación necesaria para solicitar estas ayudas. "Nunca antes te habías visto en esta situación. Todo es nuevo y no sabes a dónde debes dirigirte", apunta Juana Tomás.
En este sentido, Gregorio Martínez, padre de otro de los menores que padece una discapacidad, apunta que gracias a las redes que crean los padres uno puede conocer las diferentes subvenciones públicas que existen, pero echan en falta un teléfono o un lugar para resolver las dudas. "Llamas a Hacienda, Salud, Igualdad, Seguridad Social, pero, en el fondo, siempre dependes de la disponibilidad y la voluntad del que te coge el teléfono", anota. Una de las madre matiza: "Te sientes impotente, desorientado y apaleado".
2 Comentarios