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Al Gore, apagón y mercadotecnia

'revolución verde' Algo más de 300 personas fueron escogidas para convertirse en nuevos apóstoles del ecologismo

El ex vicepresidente de EEUU difunde a puerta cerrada su advertencia sobre el cambio climático y pide un nuevo modelo energético · Sevilla, la única gran ciudad que ha rebajado sus emisiones contaminantes

Al Gore y Sánchez Monteseirín se saludan en presencia de Rajendra Pachauri.
Javier Chaparro

19 de octubre 2008 - 05:03

Sus asesores aseguran que cada año realiza una auditoría sobre las emisiones de CO2 que genera su actividad y la de su familia y que compensa el resultado destinando una cifra de dinero a la plantación de árboles. Multimillonario de cuna y miembro de una dinastía de senadores estadounidenses, fue educado para ser presidente de EEUU. Casi lo consiguió en 2000, a pesar de ser el candidato más votado. Tras la derrota ante Bush puso en marcha su Proyecto de lucha contra el Cambio Climático, una de cuyas actividades consiste en la formación de una "milicia verde" de líderes políticos y sociales encargados de difundir los males hacia los que se encamina la Tierra. Una verdad incómoda, su película sobre el proceso de degradación ambiental del planeta, logró el Oscar en 2007, año en el que también obtuvo el Nobel de la Paz ex aequo junto a su amigo Rajendra Pachauri, presidente del Panel internacional sobre Cambio Climático de la ONU en el que participan más de 3.000 expertos.

Ambos estuvieron en Sevilla para formar a una nueva leva. Fue en una doble sesión vespertina a puerta cerrada a la que sólo pudieron asistir algo más de 300 personas. La presencia de los periodistas estuvo vedada bajo el argumento de que los ponentes manejan informes protegidos por la propiedad intelectual. El celo es extremo, hasta el punto de que a los pocos escogidos se les pide taxativamente que no narren a la prensa nada de lo que diga Gore durante su charla, aunque la misión de los nuevos apóstoles, paradójicamente, sea difundir el mensaje del profeta por el mundo.

Los cinco minutos que los informadores tuvieron para asistir a la intervención de Gore dieron sólo para captar las imágenes previas con el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, y con el patrocinador del evento, Felipe Benjumea, presidente ejecutivo de Abengoa, para oírle reclamar un modelo energético ajeno a los combustibles fósiles y para escuchar palabras de halago: "Hace 500 años, más de la mitad de la actividad mundial se concentraba en China y la India, y los centros de investigación de ciencia y tecnología estaban en Andalucía; 500 años más tarde, volvemos donde estábamos". A partir de ese instante, portazo y apagón informativo.

Monteseirín se había llevado en la sesión matinal el titular informativo al anunciar que Sevilla, según datos del Ministerio de Ambiente, es la única ciudad española de más de 600.000 habitantes que en los últimos diez años ha reducido las emisiones contaminantes, especialmente entre 2005 y 2007: un 23% el dióxido de azufre (SO2) y el dióxido de nitrógeno (NO2), y un 25% el dióxido de carbono (CO2).

Aunque no figuraba en el programa oficial, el alcalde repitió por la tarde turno de intervención para dar entrada a Gore y saludar sobre el escenario a Pachauri. El Ayuntamiento colaboró con 120.000 euros para la celebración del acto, 80.000 menos que los puestos por el lehendakari Ibarretxe dos días antes.

La organización tampoco facilitó la lista de asistentes, pero sí confirmó la presencia de dos consejeros de la Junta de Andalucía, Francisco Vallejo (Innovación, Ciencia y Empresa) y Martín Soler (Agricultura y Pesca), así como de una extensa nómina de cargos públicos y representantes de la Administración autonómica y municipal.

También el PP dejó su sello, cuyos miembros se desapuntaron de la cita con el Premio Nobel celebrada hace un año en Sevilla tras la polémica abierta por Mariano Rajoy, quien -amparándose en su primo, el catedrático Javier Brey- puso en duda los malos augurios de Gore y sus seguidores. Por los populares estuvieron la eurodiputada y ex regatista Theresa Zabell y la diputada en el Congreso María Teresa Carbó. Faltó el anunciado juez Garzón, pero no el cantante José Manuel Soto, experto ambiental tras su paso por La selva de los famosos.

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