La Gerencia recurrirá de nuevo al dinero del PGOU para sacar fondos
El gobierno local hipotecará todavía más la reserva económica existente para construir los sistemas generales · El dinero tendrá que ser repuesto para no paralizar proyectos
Idéntico problema -una obra con sobrecoste- e idéntica solución: cubrir el desfase producido detrayendo más dinero de la hucha que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) creó, entre otras cuestiones, para garantizar que el futuro desarrollo urbanístico de Sevilla contase con todas las infraestructuras y los equipamientos urbanos necesarios.
El nuevo delegado de Urbanismo, Manuel Rey, tiene que enfrentarse durante los próximos días a la decisión más difícil de su gestión, que expira dentro de apenas un año. ¿De dónde sacar el dinero para cubrir la desviación presupuestaria real de la reforma de la plaza de la Encarnación? En realidad, el sitio está muy claro. Es el mismo del que el gobierno local ha ido tirando cada vez que decidía acometer un proyecto emblemático o se veía, como ahora, en la obligación de tener que salvar los sucesivos sobrecostes de sus distintas iniciativas políticas: la partida especial del Plan General de sistemas generales.
Se trata de una parte del dinero que el equipo técnico del Plan General logró recaudar hasta 2006 como resultado de la negociación con los promotores privados, operadores urbanísticos y propietarios de suelo beneficiados por alguna operación de reclasificación urbanística. El equipo liderado por Fustegueras, además de las cesiones obligatorias por ley, negoció con estos propietarios compensaciones económicas para que, cuando sus terrenos fueran desarrollados desde el punto de vista urbanístico, la ciudad contase con fondos suficientes para cubrir sus infraestructuras básicas. Estos fondos tienen dos naturalezas: finalistas y no finalistas. En cualquier caso, son una reserva económica clave para que la cohesión social no se pierda en el proceso de crecimiento de Sevilla.
Sin embargo, el gobierno local (PSOE e IU), lejos de cumplir con esta filosofía, ha recurrido a estos fondos para costear proyectos singulares que, aunque técnicamente pueden ser considerados infraestructuras, son apenas una parte muy concreta de las dotaciones previstas tanto para la ciudad existente como para las nuevas bolsas de suelo cuya ejecución tendrá que acometerse antes o después. Sectores urbanísticos cuyos promotores quieren poner en marcha a medio plazo.
Es justo de estos fondos de donde Urbanismo planea tirar para salvar los problemas de la Encarnación. El proyecto de Jürgen Mayer, de hecho, ha consumido buena parte de estos recursos, porque con ellos se pagó parte de la indemnización a los anteriores adjudicatarios, con ellos se financió la subvención a fondo perdido entregada a Sacyr y con ellos se abonó tanto el primer modificado del proyecto - por valor de 8,4 millones de euros- como el segundo -30 millones-.
El expediente iniciado por Celis para cubrir parte del coste de la Encarnación (apenas un 60%) detrajo fondos para proyectos como el paso subterráneo de la Ronda del Tamarguillo o la reserva prevista para la expropiación de Tablada. También dejó sin aportación presupuestaria iniciativas sobre las que el alcalde, en su momento, hizo incluso bandera ante terceros, como la construcción de la llamada Plaza de las Libertades sobre la zona libre situada delante de la estación de ferrocarril de Santa Justa.
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