La Fiscalía investiga tres locales de la Alameda por exceso de ruido
medio ambiente Las molestias de los establecimientos de ocio llegan de nuevo a los tribunales
El Ministerio Público pide a la Policía Local que mida los decibelios y compruebe las licencias de dos bares y una asociación tras la denuncia de una vecina que dice sufrir perjuicios para su salud desde hace siete años
La Fiscalía de Sevilla ha abierto una investigación sobre tres locales de la Alameda de Hércules por exceso de ruidos e incumplimiento de horarios. La fiscal jefe de Sevilla, María José Segarra, ha trasladado a la Policía Local la denuncia recibida hace justo un año por parte de una vecina de la zona, en la que se detallan una serie de presuntas irregularidades en estos tres establecimientos, y ha solicitado a los agentes de este cuerpo que realicen mediciones de ruido en la zona y comprueben la legalidad de las licencias y autorizaciones de estos negocios.
La denunciante considera que los responsables de estos tres locales podrían incurrir en un delito contra el medio ambiente. En su denuncia presentada en el juzgado de Guardia, esta vecina lamenta las molestias que sufre desde el año 2007, cuando adquirió el inmueble en el que reside. La mujer sostiene que llama casi a diario a los teléfonos 092 y 112 -el primero ya está extinguido- para denunciar este exceso de ruidos y la difamación que ha sufrido por parte de los empleados y clientes de los locales.
"Debido a mis protestas he sido difamada a gritos en numerosas ocasiones no sólo por los empleados sino también por los clientes, alentados por éstos, y considerando sólo su derecho a divertirse y no el mío a disfrutar de mi hogar, mi puesto de trabajo y el descanso merecido", expone la mujer en la denuncia, que añade que en tres años sólo se ha personado una vez la Policía Local.
La denuncia va dirigida contra el bar Las Columnas, el café Alameda y la coordinadora Girasol. Del primer negocio, la mujer asegura que incumple a diario sus horarios de cierre. "El arrastre de sillas y mesas es monumental y se prolonga hasta cerca de la una de la mañana", expone el texto. Para la denunciante, el local incumple "claramente" lo dispuesto por las ordenanzas municipales y las autorizaciones de la Gerencia de Urbanismo, "pues lejos de colocar veladores aptos para cuatro personas, permite que sus clientes los unan constituyendo largas mesas".
Según la denuncia, la algarabía de las mesas se mezcla con el ruido de los músicos callejeros que amenizan a la clientela, algo que "supera los 55 decibelios" que marca la ley estatal del ruido. La vecina también critica que se pongan más veladores de los permitidos y alerta de los temblores que provoca en el edificio el movimiento de los barriles en el almacén, que suele hacerse a primera hora de la mañana. La denunciante ha hecho incluso sus propios cálculos sobre el nivel de decibelios, que cifra en 170, más del triple de lo permitido. La mujer se muestra muy dura con los funcionarios municipales, de los que asegura que hacen la "vista gorda" ante este problema.
Este periódico se puso en contacto con los responsables del bar Las Columnas, que negaron la mayoría de los aspectos que denuncia esta mujer. Fuentes de este negocio explicaron que en él se cumple a rajatabla el horario de cierre y que desde las doce menos diez minutos de la noche se comienza a desalojar el local. En cuanto a los veladores, estas fuentes admitieron que en alguna ocasión se ha podido colocar alguno de más. "Hay que tener en cuenta que esto es un negocio y no podemos tener a la gente esperando para comer", indicó un responsable del bar.
Este hombre lamentó que los barriles provoquen ruido en el almacén pero negó que el movimiento de los mismos haga temblar el edificio. "Es cierto que los movemos a primera hora, pero es que abrimos muy temprano. Probablemente haga más ruido los coches y los autobuses que pasan por aquí que nuestros barriles". El representante de este establecimiento negó además el exceso de ruidos que genera el bar y recordó que no es la primera vez que el negocio tiene problemas con el vecindario.
El segundo negocio denunciado es el Café Alameda, que "permanece abierto desde horas tempranas de la mañana hasta más de las dos de la madrugada, con los veladores en la calle a esa hora". El escrito recalca que este local tiene "por costumbre" celebrar conciertos, con los consiguientes ruidos. Cuando la mujer se ha puesto en contacto con los responsables para exponerle sus quejas, éstos les han contestado que estos actos "han sido autorizados por el alcalde". La denunciante también asegura que los responsables del negocio la han insultado en varias ocasiones cuando la han visto en el balcón. Este periódico intentó contactar sin éxito con el Café Alameda para ofrecer su versión de los hechos.
La última entidad que es objeto de la investigación de la Fiscalía es la organización Girasol. Especialmente en la semana del orgullo gay, esta asociación realiza una serie de "eventos artísticos" que, según la denunciante, hacen su vivienda "inhabitable". "Para permanecer en ella es preciso taparse los oídos a dos manos", sostiene la mujer, que incluso asegura que tuvo que dejar de trabajar unos días fruto de la "ansiedad, el insomnio y las cefaleas", que justifica con un parte médico que adjunta a la denuncia.
La afectada por este exceso de ruidos ha solicitado medidas preventivas de embargo, que de momento la Fiscalía no ha acordado. Lo que sí ha hecho la fiscal jefe es dar traslado de la denuncia íntegra a la Policía Local para que sea este cuerpo quien realice las distintas mediciones y comprobaciones en la zona. La denuncia se presentó en mayo de 2011 pero no ha sido hasta el pasado mes de abril cuando la Fiscalía ha ordenado una investigación policial. La denunciante también ha presentado una queja ante el Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo.
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