La Fiscalía pide 25 años para el asesino de Laura Cerna

El Ministerio Público sostiene que la acuchilló cuando se hallaba inconsciente y la familia eleva la condena a 30 años

Jorge Muñoz

17 de junio 2011 - 05:03

La Fiscalía de Sevilla ha solicitado una condena de 25 años de cárcel para Antonio Gordillo Sala, el presunto asesino de la profesora estadounidense Laura Cerna Baird, que fue descuartizada y su cadáver arrojado al río en una maleta el 30 de agosto de 2010.

La acusación particular que ejerce el abogado José Estanislao López, en representación de los padres, hermanos y el hijo de Laura, ha pedido una condena de 30 años y cinco meses de prisión, ya que junto al delito de asesinato que reclama la Fiscalía, solicita otros cinco años por agresión sexual y cinco meses por un delito de profanación de cadáveres. El abogado Marcos Cañada, que representa al esposo de Laura Cerna, ha solicitado por su parte una condena de 25 años y cinco meses por asesinato y profanación de cadáveres. Las acusaciones reclaman hasta 460.000 euros de indemnización para todos los familiares de la víctima.

El escrito de acusación de la Fiscalía de Sevilla, al que tuvo acceso este periódico, recoge que en la madrugada del 30 de agosto de 2010 el presunto asesino, Antonio Gordillo, y Laura Cerna coincidieron en un bar de la avenida de Felipe II y después se dirigieron a su domicilio, en la Plaza Alcalde Horacio Hermoso del Tiro de Línea. El Ministerio Público sostiene que en el domicilio tomaron unas copas y se produjo una discusión entre ambos, por causas que se desconocen. En ese momento, Antonio Gordillo propinó fuertes golpes a Laura Cerna y, a continuación, le asestó tres cuchilladas cuando la víctima se hallaba "posiblemente inconsciente" a causa de los golpes.

Después arrastró el cuerpo hasta el cuarto de baño y la descuartizó, metiendo el cuerpo en una maleta y otras partes en una mochila. El presunto asesino limpió la casa y a la mañana siguiente pidió el coche a una amiga para deshacerse de la maleta que contenía el cuerpo, que arrojó sobre las cinco de la tarde al río Guadalquivir, cerca de una discoteca. Antonio Gordillo se marchó a continuación a Chipiona, donde tiró una bolsa de basura con los utensilios de limpieza que había usado en su casa, y luego regresó a Sevilla, devolvió el coche a su amiga, y a continuación tiró al río la bolsa que contenía la cabeza y un brazo de la víctima.

Dice el fiscal que el presunto asesino no padece ningún trastorno mental, aunque es una persona con "baja tolerancia a la frustración, desajustes afectivos, impulsivo, agresivo y con dificultad para mantener relaciones estables con otras personas". Las pruebas para analizar si es consumidor de drogas han resultado negativas.

Antonio Gordillo ha reconocido en sus declaraciones judiciales que deshizo del cuerpo pero no que matara a la profesora. En una declaración voluntaria tras el registro de su domicilio aseguró que no se considera ni un psicópata ni un monstruo, como se refiere a él Sandra Cerna, la madre de la víctima, que ha emprendido una campaña para exigir la máxima condena.

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