La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
HACE ya dos meses que el portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Rodrigo Torrijos, confirmó en una entrevista que no se eternizaría en la Plaza Nueva. Al margen de su decisión personal, los estatutos de la federación de izquierdas limitan a tres los mandatos de sus cargos públicos, así que Torrijos está ya amortizado. Y por ello no extraña que, pasado el ecuador del mandato, IU, como el resto de partidos, haya puesto su maquinaria a funcionar para buscar al sucesor y fabricar al candidato necesario para recuperar parte del terreno perdido en la capital. Qué lejos quedan los cuatro concejales de 1995 liderados por Luis Pizarro. Y, por cierto, qué interesante sería su regreso a los pasillos de la Casa Grande. A pesar del tiempo transcurrido, el hoy adjunto al Defensor del Pueblo comparte con la nueva dirección de IU mucho más que Torrijos y Pepa Medrano, la segunda concejal del grupo municipal en este mandato. No en vano, Pizarro pasó el testigo como líder estudiantil de la Universidad de Sevilla a Antonio Maíllo, hoy coordinador general de IU-CA, y ambos siguen compartiendo ideas y formas de entender la política. Nada que ver con el grupo municipal actual y los discursos trasnochados de quienes sólo creen ver a su alrededor instrumentos al servicio del poder opresor. Eso dicen.
El nuevo coordinador general de IU-CA no es el único que tiene clara la necesidad de una renovación a nivel municipal. Un relevo que urge cuando Torrijos ha sumado esta semana su segunda imputación judicial, esta vez por su gestión en la Fundación municipal DeSevilla. Por coherencia, la federación de izquierdas debería ordenar su salida de la Plaza Nueva. Pero, por ahora, la dirección ha hecho un llamamiento a la prudencia, hasta conocer más detalles del caso. Todo el tiempo que transcurra le vendrá bien a Torrijos, de quien dicen que está muy tocado por estos escándalos que ponen en riesgo cualquier proyecto de futuro digno. Los focos se están apagando para él, que así se mostró en el Pleno del pasado viernes. Le costó arrancar.
Tal vez para contrarrestar esa apatía -son muy escasas las apariciones públicas de Torrijos desde hace meses-, el partido ha enviado ya algún refuerzo al grupo municipal. El coordinador local, el ex concejal y hoy alto cargo de la Junta José Manuel García, lleva ya días haciendo campaña, o precampaña electoral, con los dos concejales. Y, de hecho, es el portavoz off the record para asuntos que el PSOE había empezado a capitanear y a los que IU les ha hincado ahora el diente: las privatizaciones de los centros deportivos. García, que fue delegado de Deportes, conoce bien el tema y no sacar rédito de esta herencia sería incomprensible. Donde la oposición dice privatización el gobierno lee concesión administrativa. ¿Y cuál es la diferencia? Ninguna, aunque el PP se justifica con ejemplos de este tipo: el modelo de IU era gastar 700.000 euros en el maratón con 20 contratos con empresas externas y 3.900 corredores mientras que nuestro modelo, argumentan, es una carrera de 230.000 euros con un único contrato y récord de corredores, 7.000. ¿Es una cuestión de gestión o de ideología? Lo que sí está claro es que el asunto está movilizando a muchos sevillanos a favor de la oposición. Y a estas alturas eso cuenta.
Si es verdad que IU se ha puesto ya también las pilas, quizás antes de lo previsto se conocerán nuevas estrategias y nuevas caras, aunque esto último pueda esperar un poco más. Al parecer, Maíllo ya tiene seleccionado algún rostro. ¿Tal vez de la cantera? En la última, que presentó Torrijos en su lista electoral de 2011, había alguna militante que agradó al personal, la joven Sausan Al-Khouli, número 4 de la candidatura. Lo que ocurre es que a excepción de la hija de Torrijos, que también iba en la lista, todo el resto estaba vinculado en mayor o menor medida a la gestión de IU, a sus delegaciones o los organismos que controlaban, en la Plaza Nueva. Más de lo mismo.
Tal vez Maíllo busca otro perfil más parecido al del equipo que a él lo rodea en estos momentos. Alguien similar a Granada Santos, la delegada territorial de Fomento que llegó con un magnífico cartel desde El Viso. O alguien con un aire nuevo, como el de Izquierda Abierta, que colocó en el Consejo Andaluz de IU a Lucía Márquez, de Carrión de los Céspedes. Hay otras voces entre la mayoría que logró Maíllo en su particular primavera del sur. Y si se mantiene la transición pacífica iniciada en junio, cerrar el ciclo Torrijos y abrir otro no será difícil.
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