La Estrella de la Roldana
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El Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico concluye la restauración de la Virgen y la atribuye a la producción de esta escultora.
Sin corona, sin manto, sin saya, sin joyas, sin la majestuosa visión de su paso de palio; sólo vestida con una humilde túnica blanca y una capucha que dejaba al descubierto las manos y el rostro. La Virgen de la Estrella fue presentada ayer en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) tras su proceso de restauración con reveladores datos sobre su autoría: los técnicos concluyen que la imagen habría salido del taller que Luisa Ignacia Roldán La Roldana regentó en el siglo XVII con su marido, el también escultor Luis Antonio de los Arcos. Tras 20 semanas de intenso trabajo y un coste de 22.726 euros, los profesionales del IAPH han desmontado de un plumazo la tradiconal atribución de una de las más significativas imágenes de la Semana Santa sevillana a la gubia de Martínez Montañés.
Los políticos no han querido permanecer ajenos al acontecimiento, hasta el punto que la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosa Torres, fue la encargada de anunciar la atribución: “Después de una comparación de técnicas y cruce de datos, hemos llegado a la conclusión de que las manos que tallaron esta obra salieron del taller en el que trabajaban La Roldana y su marido”. La consejera aseguró que el estudio de investigación realizado por los historiadores del IAPH había sido “muy riguroso”, hasta llegar a encuadrar a la Virgen de la Estrella entre la producción de esta escultora.
Políticos aparte, fue el director del IAPH, Román Fernández-Baca, quien fundamentó la atribución en un metodología basada en una investigación histórica, artística e iconográfica, la profundización en archivos y fuentes, y en la “interpretación de la propia imagen”, además de una comparación estilística con otras obras. “Todo este trabajo nos lleva a decir que la Virgen de la Estrella salió del taller de La Roldana. El jefe del Centro de Intervención de Patrimonio, Lorenzo Pérez del Campo, ahondó aún más: “A falta de pruebas documentales, nos hemos basado en los análisis comparativos, consecuencia de lo cual hemos procedido a formular la atribución. Ahora quedaría por ver cuál era la aportación de La Roldana y cuál la de su marido” .
La intervención directa sobre la Dolorosa la ha realizado Maite Real Palma, con un equipo multidisciplinar compuesto por Lorenzo Pérez del Campo, Araceli Montero, María del Mar González, Eva Villanueva, Carmen García, Eugenio Fernández, José Manuel Santos, Marta Sameño, Lourdes Martín y Auxiliadora Gómez; y se ha llevado a cabo con las técnicas más punteras e innovadoras, como el diagnóstico por la imagen, la utilización de luz ultravioleta o la microendoscopia óptica.
La imagen presentaba, principalmente, problemas de conservación relacionados con intervenciones realizadas con anterioridad, especialmente la efectuada por Francisco Peláez del Espino en el año 1977. Producto de esta intervención, la Virgen tenía una barra de hierro, de 92 centímetros de longitud y 10 milímetros de diámetro, que la recorría desde la zona superior de la cabeza al candelero. “Este elemento estaba produciendo una serie de tensiones internas en el conjunto de la escultura, por lo que se ha procedido a su extracción y sustitución por un listón de madera”, explicó la consejera.
Las afecciones que la pieza metálica estaban causando en la talla se habían visto traducidas exteriormente en una fisura que recorría el cuello. Tras un estudio endoscópico, los técnicos consiguieron extraer la varilla valiénsose de la unión consecuencia de la apertura en la cabeza realizada por Peláez para introducir el perno. El corte se llevó a cabo con bisturí y guiado por la imagen que ofrecía una microcámara introducida en la imagen.
La actuación en el soporte continuó con la sustitución del actual candelero de metal por otro de madera, y el juego de brazos, con un nuevo sistema de articulaciones en manos, hombros y codos. Los restauradores han conservado la geometría corporal de la Dolorosa dispuesta por Peláez, al no existir datos relativos a la postura previa a esta restauración.
Junto a la intervención en el soporte y, con la realización de los correspondientes estudios polícromos, se ha actuado en la superficie de la imagen, en dos fases principales: una limpieza superficial de la policromía, ya que la imagen no acumulaba grandes depósitos de suciedad, y la reintegración cromática de algunas lagunas. También se han corregido otras alteraciones como fisuras, desgastes y defectos de adhesión, y se han reparado multitud de pequeñas pérdidas de preparación y policromía.
La restauradora, Maite Real Palma, comentó tras la presentación que desde los primeros estudios “se veía que la policromía de la imagen era excelente y el cambio iba a ser muy sutil”. Sobre la atribución a La Roldana, mostró su total conformidad, y destacó, sobre todo, “la dulzura exquisita del rostro. Es lo que más me ha sorprendido”.
Por su parte, el hermano mayor, Manuel Domínguez del Barco, agradeció el trabajo de los profesionales del IAPH y el trato dispensado: “Me temblaron las piernas cuando tomamos la decisión de restaurar a la Virgen, pero hemos acertado”.
La Virgen estará expuesta en el presbiterio de su capilla durante toda la jornada de hoy y a las 20:30 se celebrará una misa de acción de gracias.
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