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El Ayuntamiento sacará del banco el Tesoro del Carambolo con destino al Antiquarium

Patrimonio

El alcalde apuesta por exponer de forma permanente el legado tartésico en el Antiquarium antes de que termine al año

El Tesoro del Carambolo expuesto en el Museo Arqueológico. / M. G.

Los planes del equipo de Juan Espadas para el Tesoro del Carambolo son bastantes distintos a los de la Junta de Andalucía. La delegación de Cultura que encabeza Antonio Muñoz trabaja para sacar de la caja fuerte de una entidad bancaria el más famoso de los tesoros tartésicos –ante la imposibilidad de garantizar su seguridad en las deprimidas instalaciones del Museo Arqueológico– con destino al Antiquarium, enclavado en la planta sótano de las setas de la Encarnación. La idea es que la mudanza se produzca antes de que termine el recién estrenado 2020 y que se exponga de forma permanente en este espacio, aunque no es descartable su traslado al Museo Arqueológico tras su reapertura dentro de tres años tras una reforma profunda.

El gobierno socialista entiende que este enclave es el más apropiado de los disponibles en la ciudad debido al contexto arqueológico de un espacio que quedó al descubierto durante la primera fase de la construcción del Metropol Parasol. Aparecieron restos visibles de gran parte del periodo romano, desde Tiberio (ca. 30 d.C.) hasta el siglo VI, así como una casa islámica almohade de los siglos XII y XIII. Los restos arqueológicos están ubicados en una sala diáfana de 4.879 metros cuadrados, rodeados por una membrana de vidrio de 1.100 metros cuadrados que envuelve todo el espacio e incide espacialmente sobre la ruina con muros colgantes y linternas de luz.

El Antiquarium está estructurado en torno a tres grandes áreas. La primera es un paseo arqueológico en el que los visitantes caminan por una pasarela de 400 metros cuadrados de pasarelas. La segunda es la sala arqueológica con 3.300 metros cuadrados que contienen todos los restos encontrados: la factoría de salazones del siglo I; el conjunto de casas y calles romanas de los siglos II al VI; la Casa Almohade de la Noria del siglo XII/XIII; y otros elementos extraídos como los mosaicos, hornos y fuentes. La tercera es una zona multiusos de casi 1.000 metros cuadrados.

No se trata de una propuesta cerrada, ya que los socialistas tienden la mano al equipo de Juanma Moreno para conocer su propuesta para llevar el Tesoro del Carambolo al convento de Santa Inés. Muñoz apuesta por exponer el tesoro ya que es “una demanda histórica” de los ciudadanos y del sector cultural de la ciudad, y recuerda que “el PSOE lo llevaba en su programa electoral de las últimas elecciones. Es propiedad del Ayuntamiento y, desde luego, analizaremos en colaboración con la Junta cualquier propuesta para su posible ubicación”. El Consistorio también escuchará la opinión de los expertos universitarios de Historia y Arqueología.

Los técnicos escucharán a los expertos universitarios en Historia y Arqueología

El Tesoro del Carambolo ha sido expuesto fuera del Museo Arqueológico en varias ocasiones, como sucedió en 1990 en el Palacio de Congresos y Exposiciones, en 1992 en el Real Alcázar o en 2000 en Cajasol. La última vez que algunas piezas del conjunto salieron de la ciudad para participar en una gran exposición fue en 2015. Entonces tuvo como destino el Metropolitan de Nueva York, en la que era su primera salida fuera del país. Hasta allí viajaron tres piezas del tesoro para la exposición From Assyria to Iberia: Crossing Continents at the dawn of the Classical Age, que estuvo en cartel del 15 de septiembre al 4 de enero. Fueron, en concreto, un brazalete cilíndrico, un frontil con rosetas (pectoral) y un collar, tasado todo en 4,8 millones (del lote, solo el collar supone tres millones), según la valoración que se hizo en su momento a efectos del seguro.

El Carambolo se expuso por última vez en el Arqueológico en 2009. Fue con motivo del 50 aniversario de su descubrimiento. La muestra, El Carambolo. 50 años de un tesoro, estuvo abierta hasta el 28 de febrero de 2010 y contenía las 21 piezas de oro de 24 quilates labradas entre los siglos VII y VIII antes de Cristo. Su última salida fue hace dos años y medio con motivo del 150 aniversario del Museo Arqueológico Nacional por el que el centro madrileño organizó una importante exposición donde se mostraron las mejores piezas del patrimonio arqueológico español, procedentes de 63 museos, entre las que se encontraba el legado tartésico.

La seguridad del tesoro enfrentó de nuevo al Ayuntamiento y la Junta hace siete años y medio después de que se inaugurase en el Arqueológico la sala El Carambolo destinada a exponer de forma permanente las piezas originales. La iniciativa estaba financiada por el gobierno andaluz (titular del museo) con una inversión de 25.000 euros de producción y 145.000 euros anuales correspondientes a seguridad y mantenimiento. Las piezas originales fueron sustituidas por las réplicas realizadas por el orfebre Fernando Marmolejo para ahorrar costes.

El tesoro sigue en un banco 62 años después de su hallazgo por un grupo de albañiles que trabajaban en la ampliación de la Real Sociedad de Tiro de Pichón de Sevilla, en el Cerro del Carambolo (Camas). La historia de por qué todo un símbolo de la protohistoria sevillana sigue oculto a la ciudadanía y a los turistas es tortuosa (sólo se pueden ver reproducciones más o menos afortunadas).

Traslado del tesoro por la calle Tetuán en febrero de 2000. / José Ángel García

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