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Espadas retoma la ampliación de la zona Patrimonio Mundial

Patrimonio

La intención del gobierno socialista es que se abra un debate para decidir los bienes que serán propuestos a la Unesco

Los técnicos barajan el conjunto histórico y la Torre del Oro

Una vista panorámica del paisaje urbano de la ciudad y del río Gudalquivir tomada desde la Torre Sevilla. / Antonio Pizarro

Un viejo anhelo que regresa a la agenda política. El equipo de Juan Espadas se ha marcado un nuevo reto para su segundo mandato al frente de la Casa Consistorial: la ampliación de la zona declarada como Patrimonio Mundial, que desde 1987 se ciñe a la Catedral, el Real Alcázar y el Archivo de Indias. Hasta el momento sólo es una declaración de intenciones. En la Gerencia de Urbanismo no existe ningún expediente abierto. La idea de los técnicos es trabajar en varios ejes para que sean declarados de valor universal excepcional el conjunto histórico o la Torre del Oro y su entorno, que incluye el río Guadalquivir. El plan pasa por abrir varias líneas de trabajo partiendo de un debate.

El gobierno socialista entiende que Sevilla cuenta con muchas opciones para ampliar la lista, aunque no es un proceso sencillo. Todo lo contrario. La Unesco sólo se relaciona con los estados miembros y nunca con otro tipo de administraciones, como son los ayuntamientos, las diputaciones o las autonomías. Más asequible es el procedimiento. El Ministerio de Cultura debe dar el visto bueno a los expedientes que elaboren los técnicos municipales y, después, presentarlos al Comité del Patrimonio Mundial que, como suele hacer, tomará la decisión por consenso.

Un hándicap con el que se han encontrado otras ciudades del mundo en los últimos años es el cambio de criterio que realizó la Unesco, que ahora pondera más lo inmaterial que lo material. Ese patrimonio no se limita a monumentos y colecciones de objetos, sino que comprende tradiciones o expresiones vivas heredadas de los antepasados y transmitidas a sus descendientes como las orales, artes del espectáculo, usos sociales, rituales, actos festivos o conocimientos. El flamenco o la fiesta de los patios de Córdoba son un ejemplo.

El Ministerio de Cultura debe dar el visto bueno a los expedientes que elabore Urbanismo

En la última década no han cesado las peticiones de las distintas Corporaciones municipales, pero ninguna terminó fructificando. Una de las que arrancó con más fuerza fue la que realizó el popular Juan Ignacio Zoido hace ahora justo seis años. El Ayuntamiento anunció que iba a presentar ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura la candidatura para que tanto la Plaza de España como la Torre del Oro pasen a formar parte de la lista del Patrimonio Mundial.

Poco más de un año después de que la ciudad estuviese a punto de entrar en la lista negra del Patrimonio Mundial por la construcción de la Torre Pelli en la Isla de la Cartuja, Zoido aprovechó su discurso de inauguración del Encuentro Internacional de Arquitectura Contemporánea en Ciudades Históricas para asegurar ante los allí congregados, entre los que se encontraba el director de Ciudades del Centro de Patrimonio Mundial de la Unesco, Karim Hendili, que “los sitios de Aníbal González y la Torre del Oro podrían cumplir alguno de los criterios de la Unesco para formar parte de esa selecta lista de bienes de Patrimonio de la Humanidad por los valores que concurren en ellos”. En principio, la declaración de Zoido pareció un poco vaga, pero su delegado de Urbanismo, Maximiliano Vílchez, se encargó de despejar todas las dudas al dejar claro que la candidatura ya estaba en marcha.

Zoido propuso hace seis años incluir en la lista la Plaza de España y la Torre del Oro

Los populares desvelaron que se habían barajado otros bienes, como las Atarazanas o el casco histórico de la ciudad, pero tras las conversaciones con el Ministerio de Cultura se decidió finalmente optar por la Torre del Oro y la Plaza de España al ser los dos bienes que mejor cumplían los requisitos dentro de los parámetros de la Unesco en ese momento.

Durante el primer mandato de Espadas se aprobaron mociones en el Pleno para aumentar la lista de Patrimonio Mundial. Una de Participa Sevilla (que fue respaldada por unanimidad) propuso que el Estado y la Junta de Andalucía realizasen gestiones para promover la ampliación con el legado patrimonial del antiguo Puerto de Indias, formado por las Reales Atarazanas, la Torre del Oro, la Torre de la Plata, el antiguo hospital de la Caridad o el conjunto histórico del Arenal.

Un valioso patrimonio que merece un reconocimiento y una protección. Sevilla cuenta con un gran número de construcciones mudéjares, fundamentalmente religiosas, para las que el arquitecto Honorio Aguilar propuso formalmente al Ayuntamiento hace dos años tramitar la declaración de Patrimonio de la Humanidad. La propuesta fue llevada al Pleno por el Partido Popular.

Dos ciclistas en el Muelle de Nueva York con la Torre del Oro al fondo. / Juan Carlos Vázquez

Una idea que no perjudica a la candidatura de Itálica

El gobierno socialista quiso dejar claro que la intención de retomar la ampliación de la zona declarada como Patrimonio Mundial no afecta en la candidatura del conjunto arqueológico de Itálica. Un objetivo que comenzó su trámite oficial el pasado otoño, cuando los restos de la ciudad romana -cuna de los emperadores Trajano y Adriano- entraron en la lista inclusiva de candidatos a dicho título. Para lograr este objetivo –y además, en la presente legislatura– el papel a desempeñar por la Junta de Andalucía resulta de vital importancia. En este sentido, Concha Cobreros explicó hace unas semanas a Diario de Sevilla que el proyecto se encuentra ahora en manos del consejo asesor de la candidatura, creado a tal efecto y encargado de elaborar un plan estratégico con el que abordar tal fin. El plan se articula en tres líneas. Por un lado, la plataforma de apoyo (cívico, institucional e internacional), las actividades académicas y divulgativas y la redacción de un formulario.

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