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Espadas acelera el envío de policías a la parada de taxis del aeropuerto

El gobierno admite que la ampliación del número de agentes para impedir el intrusismo en San Pablo será inminente.

El servicio se cubre actualmente con una dotación mínima.

Parada de taxis en el aeropuerto de San Pablo. / José Ángel García
Manuel Ruesga

28 de enero 2017 - 08:00

La unidad específica de la Policía Local de Sevilla para el aeropuerto de San Pablo empezará a funcionar de forma inminente. Lo avanzó ayer Juan Carlos Cabrera al ser preguntado durante el Pleno municipal por Ciudadanos sobre las medidas alternativas para acabar con el problema motivado por los actos vandálicos denunciados por los taxistas, que aseguran que son víctimas de un grupo de compañeros que desean establecer un monopolio. La intención del gobierno presidido por Juan Espadas es crear este grupo e incluirlo en la nueva Relación de Puestos de Trabajo (RPT) de la Policía Local, que la Delegación municipal de Movilidad y Seguridad lleva tiempo preparando y aún no tiene fecha de aprobación.

Esta nueva unidad es un viejo anhelo del Ayuntamiento, que hace años ya contaba con un grupo de policías para este destino pero que finalmente se terminó disolviendo, principalmente porque los agentes que ejercían estas funciones eran ya veteranos y se fueron jubilando sin que la Jefatura encontrara los recambios adecuados. Actualmente, la Policía Local mantiene una presencia continuada en el aeropuerto de San Pablo, si bien la dotación es mínima. Sólo hay una pareja por turno en cada uno de los puntos y a veces ni siquiera están durante toda la jornada, dependiendo de las necesidades del servicio y del número de agentes disponibles en la calle.

Este trabajo lo desempeñan agentes adscritos a la unidad de Tráfico-Motoristas, el grupo más numeroso de la Policía Local, que se encarga principalmente de la regulación del tráfico en la calle. No hay un personal específico para el aeropuerto, sino que los agentes van rotando. San Pablo no es un destino apetecible para los policías locales de la unidad de Motoristas, ya que éstos cuentan con una serie de compensaciones por el riesgo que implica el trabajo diario a bordo de una motocicleta de gran cilindrada.

El trabajo consiste básicamente en regular el tráfico en las inmediaciones de la terminal y garantizar que no se formen embotellamientos. En el aeropuerto el problema con los taxistas es perenne. Ningún gobierno local ha podido acabar con el poder que tiene un grupo de taxistas, agrupados en torno al sindicato Solidaridad del Taxi, que periódicamente ha protagonizado altercados en la terminal.

"El turno rotatorio no mejora el servicio ni cubre la demanda del aeropuerto". Cabrera insistió de nuevo en rechazar esta medida, ya que entiende que el problema se solucionará mediante el "consenso" con las dos asociaciones que representan este servicio público y mediante mayor dotación policial que impida el intrusismo en dicho sector. Como recordó este periódico hace unos días, el Ayuntamiento tiene desde hace 14 años la solución. Se trata de una sentencia del TSJA que declaraba legal el acuerdo alcanzado el 30 de octubre de 2000 (en el primer mandato de Alfredo Sánchez Monteseirín) por el que se estableció el turno rotatorio en las paradas de San Pablo. De esta forma, sólo podían operar en ellas los taxis con la letra de la matrícula correspondiente al calendario oficial de descansos. Pese a darle la razón, el gobierno en coalición del PSOE y el PA prefirió guardar la sentencia en un cajón y aplicar una tarifa única (de 22 a 31 euros) exigida por el gremio.

En los últimos años se han sucedido los ataques a otros taxistas ajenos a este colectivo que iban al aeropuerto a recoger a un cliente que había contratado previamente el servicio. Ésta es una práctica habitual de los hoteles y empresas, que trabajan con una serie de taxistas con los que conciertan previamente la recogida. Es una práctica absolutamente legal y existe un área delimitada para estos taxistas en el aeropuerto de San Pablo. Sin embargo, estos conductores sufren con frecuencia lanzamientos de huevos y piedras, pinchazos en los neumáticos y amenazas para que no recojan a sus clientes y éstos tengan que recurrir obligatoriamente a los taxistas del aeropuerto, respetando la cola establecida. No sólo los profesionales del gremio son víctimas de este tipo de presiones. También las han sufrido los conductores de Tussam que realizan el servicio ordinario al aeropuerto de San Pablo.

Cuenta atrás."El reloj ya es el que manda, señores". La frase es de Carmen Castreño, presidenta del Pleno, para advertir a todos los concejales que no deben hablar cuando la cuenta atrás situada en la parte superior derecha de sus pantallas llega a cero. Fin a los debates por el control del tiempo.

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