Antonio Muñoz: "No podemos seguir siendo tan chovinistas"
Entrevista al alcalde de Sevilla
Como ciudadano le pediría al alcalde que Sevilla esté mas limpia, que se reduzca la burocracia municipal y mayor ambición para convertir a la capital en un referente en el mundo
Su receta, con eficacia probada, procede del turismo, un modelo de éxito que quiere exportar a otros ámbitos
"Sevilla no es un páramo desde el punto de vista industrial"
Un ramo de rosas frescas en la mesa del despacho de la Alcaldía simboliza las felicitaciones que sigue recibiendo desde que el 3 de enero fue investido como alcalde. Aún no ha tenido tiempo de personalizar esta estancia noble, pero sí de llenar su agenda de reuniones y encuentros donde ha ido desgranando ya una estrategia de ciudad muy madurada que cuenta con un gran inconveniente, tener menos de año y medio para hacerla tangible. Con "luces largas", visión de futuro y amplio respaldo orgánico, Antonio Muñoz destila elegancia y entusiasmo, evita las promesas y apuesta por los compromisos para cumplir su principal reto: estar a la altura de los sevillanos.
-¿Le ha sorprendido su acogida en la ciudad?
-Sin caer en la autocomplacencia, uno de los objetivos que me marqué en mi discurso era dejar claro que no era un alcalde de transición, sino que aspiraba a seguir siéndolo en 2023. E hice un discurso de medio plazo, intentando abordar los temas de proximidad que preocupan a los sevillanos, pero lanzando también ideas de proyectos de ciudad. Después de las declaraciones de responsables del PSOE, nadie cuestiona que no vaya a ser candidato en mayo de 2023. Intenté inyectar un proyecto que pudiera ilusionar a los sevillanos en estos momentos de pandemia y hay mucha gente y colectivos que se me han acercado compartiendo esa ilusión. Intenté contaminar la ilusión que tenía como alcalde y recibo inputs en esa dirección. Mucha gente coincide conmigo en que podemos ser más ambiciosos.
-Una vez superada una tortuosa transición, se ha estrenado como alcalde en un buen momento en Sevilla, con la cabalgata. Y echará a rodar con las fiestas de primavera que, salvo causas mayores, parece que se van a celebrar.
-No hay más suerte para un alcalde de Sevilla que aterrizar en la semana más ilusionante que tiene la ciudad, la de la cabalgata. La Navidad tiene dos caras, pero la noche de Reyes y la antesala son distintas, todos están generosos y dispuestos a dar lo mejor de sí mismos. Si yo ya traía ilusión, esto me ha cargado las pilas doblemente. Y sí, ya vendrán las curvas.
-¿Y cómo las afronta?
-Después del pico de Covid que vamos a tener en enero, lo único que podría torcer la vuelta a la normalidad sería la aparición de una nueva variante. Si esto no ocurre, la Semana Santa y la Feria se celebrarán. Afirmo con rotundidad que el comportamiento de los sevillanos, en las distintas cabalgatas y en el heraldo, ha sido ejemplar, una fiesta sin incidentes. Y eso nos ha animado a encarar las fiestas de primavera con normalidad.
-Ilusionar a los sevillanos tras casi dos años de pandemia no es fácil, ¿cómo lo hará?
-Antes de aparecer ómicrom, Fibes estaba al máximo nivel. Hay una agenda de negocios y cultural importante por desarrollar. El destino Sevilla es muy versátil y, en la medida en que retomemos el escenario de normalidad, los motores se pondrán en marcha. Estoy seguro de que en la primavera, en circunstancias normales, va a haber mucha actividad para elevar el estado de ánimo de la población.
-Sevilla tenía trazado un plan estratégico 2030. ¿Ha quedado desfasado con la pandemia?
-Creo que no. Establece unas líneas generales de definición del modelo económico y social que sigue siendo válido como filosofía. La de una ciudad que tiene que caminar hacia un modelo más amable y apostar por una movilidad más sostenible, que trabaje para eliminar las desigualdades, que diversifique su economía...
-Un poco de autocrítica: en su discurso de investidura dijo que antes de alcalde fue vecino y que cuando deje su cargo volverá a serlo. ¿Qué ha echado usted en falta estos años atrás? ¿Y qué le pediría al alcalde?
-Buena pregunta. Le pediría dos cosas: el Ayuntamiento tiene que modernizarse, reducir la carga administrativa y simplificar toda la documentación que se le suele pedir al vecino para cualquier trámite, necesitamos un ayuntamiento del siglo XXI donde la tramitación se pueda hacer desde los domicilios o las empresas. Y le pediría un mayor esfuerzo en la limpieza de algunas zonas de Sevilla. Sevilla podría estar más limpia. Y luego otra cosa: más ambición en torno al papel que la ciudad puede jugar en el contexto nacional e internacional. No podemos seguir siendo tan ombliguistas o chovinistas pensando que tenemos la ciudad más bonita del mundo, que lo es. Pero no se puede seguir pensando que con eso está todo hecho. Aquí hay que trabajar en ese marketing de ciudades para que Sevilla pueda jugar un papel importante en el contexto nacional y europeo.
-¿Ésos son los problemas que le trasladan los vecinos, ahora que está pisando más ese territorio?
-La queja principal es el tema de la limpieza. Ellos reconocen el esfuerzo de Lipasam, pero reclaman más limpieza. Es un servicio público que es mejorable. No podemos imputarlo todo a Lipasam, se pueden mejorar los sistemas de trabajo, pero también es imprescindible la colaboración ciudadana, la coordinación interna del ayuntamiento entre distintos servicios, Parques y Jardines, Urbanismo y Lipasam y la colaboración de algunos sectores: que las bolsas de basura de apartamentos turísticos no se dejen en determinados rincones, que los hosteleros limpien cuando levantan sus terrazas... He cogido el toro por los cuernos, he creado una delegación con una teniente de alcalde pero, como decíamos en matemáticas, es la condición necesaria no suficiente.
-¿Se plantea endurecer las multas?
-Tenemos todo un año por delante, porque eso es algo que deben recoger las ordenanzas fiscales para 2023 y hay que analizar dónde podemos modificar. Hay también una ordenanza de veladores que se está tramitando y que llevaremos al Pleno en el primer trimestre y donde una de las modificaciones es precisamente endurecer los incumplimientos. Se reflexionará en torno a si es endurecen o no las multas por limpieza.
-En su investidura habló de una estrategia de coordinación de la gestión de las zonas con necesidad de transformación social, de los barrios deprimidos. ¿Una especie de comisionado para todos los barrios? Explique ese modelo.
-Antes que nada debo decir que a todos nos enorgullece que Sevilla pueda ocupar primeros puestos en algunos ránking de turismo o de la industria o las noticias positivas de Cartuja, por ejemplo, que quedan ensombrecidas con otras de otros rankings de barrios periféricos que aglutinan a cerca de 90.000 sevillanos. Eso supera a algunas ciudades de tamaño medio españolas. En mi discurso yo apelaba a que esta ciudad tiene ya experiencia y proyectos exitosos de intervención en alguno de estos barrios, el más reciente es Factoría Cultural, que hace un trabajo interesante, serio y muy callado en el Polígono Sur. Pero hay otras.
Ahora bien, yo no me voy a esconder como alcalde ocultando una realidad que avergüenza a todos. Tengo que ser el primero que desarrolle políticas para intentar que haya un cambio importante en eso barrios de la mano del urbanismo, la educación, la cultura o los servicios sociales. Y hay un pero con mayúsculas: eso es tarea de todos, de la Junta y la Administración central. El Ayuntamiento de Sevilla con su propio presupuesto no puede torcer el rumbo de Los Pajaritos o el Polígono Sur. Sin la necesaria complicidad de todos, este proceso se dilatará mucho en el tiempo y jamás dará los frutos desados. Eso tiene un nombre: planes integrales, donde hay un convenio a tres bandas, con un proyecto definido y que se desarrolla durante 3 ó 4 años. Es un buen instrumento.
-En Tres Barrios llevan mucho tiempo esperando.
-Sí. A base de convocatorias sueltas municipales no se consigue nada.
-Ha dado un giro de 180 grados en la Gerencia de Urbanismo, ¿qué busca?
-Los desbloqueos de los grandes asuntos del urbanismo productivo están muy encauzados. Se están dando licencias y hay nuevos edificios en marcha. Con la incorporación de Juanma Flores intento que el urbanismo tenga un vertiente más social. Hay que dirigir las prioridades hacia esas zonas que necesitan su transformación. Si tenemos una filosofía de gobierno socialdemócrata, si somos conscientes de que hay barrios muy desiguales, intentemos dirigir nuestras reurbanizaciones y rehabilitaciones a esos barrios.
Parece que cuando no intervienes en el centro histórico no intervienes en Sevilla. Cualquier inversión fuera de la ciudad amurallada está devaluada. Hemos invertido en Mateos Gago, Torneo, Correduría, en Amor de Dios... En esas intervenciones la valoración mediática está muy inflada y hay otras intervenciones en barriadas periféricas que no tienen esa consideración mediática. Hay que redirigir las prioridades hacia esas zonas de transformación social en comparación con el centro, que no significa tampoco abandonar el centro.
Gobernar es priorizar y quiero dirigirme a zonas que también son Sevilla.
-Hablando de prioridades, gestión y reivindicación son su filosofía de trabajo. ¿Cómo va a la agenda con los ministros y consejeros?
-Están pedidas reuniones. Pretendo reunirme con la responsable de Fomento, propiciar una visita del ministro de Cultura a Sevilla y tengo próximamente una visita a San Telmo. Hablé con el presidente de la Junta para otras cuestiones. Pretendo ir cerrando el mapa poco a poco.
-¿Pero hay una prioridad?
-La prioridad en el caso de la Administración central es todo lo concerniente a Fomento, donde están las grandes infraestructuras que llevan años congeladas...
-Ampliación del Metro, conexión entre Santa Justa y el Aeropuerto, el Cercanías o el cierre de la SE-40... ¿por qué cuesta tanto sacar adelante cualquier proyecto en Sevilla?
-Los problemas no se resuelven estando en un cajón, es obvio. Pero a Altadis, determinados desarrollos urbanísticos, Atarazanas... hay que ponerles horas de trabajo y eso, al final, da su resultado. Permanecer impasible hacia asignaturas pendientes de la ciudad lleva a que no se resuelvan nunca. Hay un retraso histórico en infraestructuras que dependen de otras administraciones. Si Sevilla es la capital de Andalucía y cuarta ciudad de España, lo que pido es que haya una coherencia en los Presupuestos Generales del Estado y de la Junta con ese papel. No está justificado que tanto en unos presupuestos como en otro Sevilla aparezca en unas posiciones que no sean las prioritarias. Eso provoca retraso, retraso, retraso. Y desde luego a Madrid y a la Junta hay que exigirles más. Somos lo que somos, jugamos un papel fundamental en el Estado español. Somos la capital del Sur y la cuarta de España. Hay que exigirles de acuerdo a ese papel. No por encima de Madrid o Barcelona.
-¿Se puede ser más reivindicativo de lo que ha sido hasta ahora?
-Rotundamente sí. Y me refiero a todos los alcaldes y alcaldesas. Hay que combatir la autocomplacencia y dejar de pensar que, porque somos una ciudad maravillosa e ideal para vivir por tamaño y clima, está todo hecho. Hay que salir a exigir, porque somos la cuarta ciudad de España.
"Me gustaría que Sevilla fuese una ciudad diversa y feminista"
"Yo quiero que Sevilla sea una ciudad referente también en el tema de los derechos, tanto de diversidad como de igualdad. Una ciudad tolerante, donde independientemente de la raza, sexo o religión, como dice la Constitución, la gente se pueda sentir cómoda. Casi siempre lo hemos sido. Las conductas de violencia machista o sexual tienen que quedar desterradas. Éste es un trabajo que debe liderar el ayuntamiento, pero hay un tejido asociativo muy importante en el que apoyarse. Me gustaría que Sevilla sea una ciudad diversa y feminista".
-¿Cuál será el sello de Antonio Muñoz?
-Me gustaría ser el alcalde de la cultura, el alcalde que apueste por hacer más visibles otros sectores económicos, ser el alcalde que mejora los servicios públicos del Ayuntamiento y que pone el coche en marcha (pues año y medio no da para más) para eliminar las desigualdades en los barrios y que encauza algunas de las infraestructuras pendientes desde hace muchos años. Todo eso se llama un alcalde poco autocomplaciente, un alcalde exigente, que no se va a acomodar en los cuatro datos positivos de la ciudad.
-¿Algún hito concreto para este mandato?
-Hay tres motores que se verán en unos años: la recuperación de la Fábrica de Artillería (que abrirá en 2023), la rehabilitación de las Atarazanas (que ya tiene licencia de obras) y el desarrollo turístico, económico, cultural de la antigua Altadis. A los motores habituales se sumarán tres equipamientos de primer nivel que nos harán pegar un salto vertiginoso. Este triángulo se va a convertir en realidad. Los tres están ya funcionando. ¿Un hito? Me gustarían estos tres: que las obras del Metro estén licitadas, que las intervenciones en los barrios desfavorecidos estén iniciadas y que esté desbloqueado el Cercanías entre Santa Justa y el Aeropuerto.
-Sus proyectos son a medio plazo. ¿Usted cree que Sevilla le va a dar una oportunidad?
-Voy a poner los cinco sentidos en ello. Si soy capaz de poner sobre la mesa un proyecto de ciudad a medio plazo que ilusione espero contar con el apoyo. En esa línea, y basándome en que la ciudad ha avanzado con sus dos exposiciones internacionales en el último siglo, muchas de estas asignaturas pendientes pueden impulsarse con el centenario de la Exposición del 29, sumando instituciones, como las universidades o la Cámara de Comercio, en torno a un consorcio donde se definan grandes proyectos. Es un buen argumento para que, de cara a esa conmemoración, vayamos resolviendo muchas asignaturas pendientes. ¿Haría falta celebrar la cumbre iberoamericana para ello? No, pero la experiencia nos dice que con hitos internacionales es más fácil avanzar.
-¿Y la oposición? ¿Se lo pondrá fácil?
-En el arranque todos son buenas intenciones para el diálogo y el consenso, luego hay diferencias, pero lo que les he pedido es que eliminemos todo el ruido político que sea posible. Que el Pleno no sea un espacio hostil de ruido político. La gente está harta de tantas peleas partidistas. Me gustaría que dentro del respeto y las diferencias mantengamos las buenas formas. Y les he trasladado que en los grandes proyectos de Sevilla a la hora de provocar a otras administraciones me gustaría ir de la mano de la mayoría de los grupos. Que presida el buen tono.
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