“Las políticas por el clima que aplica Sevilla son insuficientes”
Reyes Tirado | Presidenta de la Red Sevilla por el Clima
Ha estado en la reciente cumbre contra el cambio climático en Katowice (Polonia) y vuelve preocupada por la falta de valentía de los políticos
Sevilla/Reyes Tirado (Ayamonte, Huelva 1974), científica y activista, es la titular del laboratorio de Greenpeace Internacional en la Universidad de Exeter y su equipo está por todo el mundo. Su curriculum es brillante: doctora en Biología por la Universidad de Sevilla y la Estación Experimental de Zonas Áridas del CSIC en Almería e investigadora con beca Fullbright en Standford y Berkeley. Preside la Red Sevilla por el Clima desde su creación en 2016 y trabaja para lograr en el próximo mandato la capitalidad verde europea de Sevilla. Invita a los preocupados por el cambio climático a unirse a grupos con estos intereses, a actuar desde todos los ámbitos, a protestar y alzar la voz por un cambio de sistema y a reducir sus propias emisiones.
–La última cumbre del cambio de Naciones Unidas (COP24) en Katowice (Polonia) no ha tenido los resultados esperados ¿Por qué?
–Todos los líderes políticos acordaron hace tres años trabajar en las medidas necesarias para contener el calentamiento global entre 1,5 y 2 grados. Había muchas expectativas de que en Katowice se pondrían de acuerdo con mucha ambición, respondiendo a la urgencia y con medidas contundentes de transformación y de financiación para los países que tienen más dificultades. Pero no se ha llegado a las expectativas. El acuerdo no ha tenido la ambición ni la urgencia necesaria. El informe de 2018, que fue muy dramático en sus conclusiones y muy científico, se ha convertido en un tema casi de negación dentro de la cumbre de Polonia.
–El acuerdo de París (2015) de trabajar para bajar la temperatura planetaria ha quedado en el aire...
–El cambio climático no es una fantasía, es una realidad contrastada científicamente. Ya ha aumentado la temperatura del planeta un grado y en el Mediterráneo (donde se localiza Sevilla) ese aumento ha sido mayor: de un grado y medio. Hay mucha probabilidad de que siga aumentando. Los científicos dijeron en su informe de 2018 que tenemos hasta 2030 para empezar esta transformación. Por eso ha sido tan decepcionante el acuerdo que ha salido de Katowice porque cada retraso significa un grado más de incertidumbre y de impacto negativo.
–Los políticos temen actuar...
–De Katowice vuelvo preocupada por la falta de ambición y de valentía de nuestros políticos. Para mí ese es el reflejo de la falta de liderazgo de los políticos mundiales, que se esconden detrás de las palabras para no actuar en un momento tan dramático. Pero vengo con mucha energía y muchas ganas se seguir luchando desde lo local y desde todos los niveles.
–¿Hay alguna esperanza de cambio de rumbo?
–Una cosa buena de la cumbre de Katowice que nos da esperanza es que han ganado protagonismo los actores no nacionales, que son las ciudades, las regiones. Hay muchos ejemplos de ciudades que están tomando el liderazgo y diciendo “si vosotros no actuáis a nivel nacional, nosotros vamos a tomar la delantera y vamos a actuar” desde lo local para impulsar esa transformación. Por ejemplo, hay redes de ciudades como la C40 (Barcelona, Madrid…más de 80 ciudades) y la red de alcaldes por el clima a nivel europeo, en la que el alcalde sevillano Espadas es presidente a nivel español. El cambio climático lo crea nuestro sistema económico de crecimiento desmesurado, sin límite, que también está creando la desigualdad social.
–¿Cree que Sevilla está haciendo sus deberes en la lucha contra el cambio climático?
–Sevilla no está liderando nada contra el cambio climático, y las políticas por el clima que aplica son aún muy insuficientes, pese a que en la zona donde habitamos los impactos del clima van a ser más dramáticos que en otras. En el sur del Mediterráneo es donde vamos a tener más calor y menos agua. Esto contrasta con que Juan Espadas es presidente de los alcaldes por el clima a nivel español. Figura pero no ha actuado. En Inglaterra, donde los efectos del clima no van a ser tan negativos, Londres, Bristol y Manchester han declarado una emergencia climática y han decidido que las políticas contra el cambio climático van a ser prioritarias.
–Explique las claves en las que debería trabajar Sevilla
–Hay dos grandes ejes: uno es que el poder y el cambio van a venir de las personas; la ciudadanía ya está actuando y se está poniendo en pie, y otro es que para adaptarnos y mitigar ese calor hay que cambiar la energía, transformando la movilidad con energías 100% renovables antes de 2045, cubrir Sevilla de verde, más árboles y aprovechar que la capa freática de agua está cercana.
–Asociaciones como la suya en Sevilla trabajan en esta dirección.
–Sí, la Red Sevilla por el Clima se formó hace dos años y medio y agrupa ya a 70 socios, 400 simpatizantes, y miles de personas en las redes. Estamos también más de 30 asociaciones e instituciones en el movimiento Por el clima de Sevilla. Las administraciones locales tienen que entender lo esencial de la participación ciudadana en cualquier política urbana, y eso desgraciadamente en el Ayuntamiento de Sevilla aún no se ha entendido. Habla de participación ciudadana, pero la que hay es superficial y no efectiva, en lugar de una gran oportunidad.
–¿Y en movilidad?
–Hay que sacar el coche del centro de las ciudades promoviendo alternativas porque la gente tiene que llegar a los sitios. Oslo, Copenhague, Madrid, México DF son ejemplos de ciudades que lo hacen. En España cerca de 40.000 personas mueren prematuramente por la polución del aire. En Sevilla la contaminación es alta, sobre todo en casco antiguo.
–La opción es sustituir el motor de combustión por uno eléctrico o de hidrógeno.
–Sí, pero sustituir un coche por otro no es la solución porque en las ciudades hay un problema de espacio. El objetivo es ir a una movilidad electrificada pero de masas, pública: en superficie o con buses rápidos eléctricos (BTR). Ese es el futuro. Además son opciones más económicas y más rápidas.
–¿Y en energía?
–Hay que abandonar los combustibles fósiles: el carbón es lo más contaminante por sus efectos en la calidad del aire y en generar gases de efecto invernadero; también las centrales de gas natural, de petróleo y la nuclear. Las soluciones al cambio climático son una oportunidad de transformación basada en las personas y en la naturaleza.
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