"No nos interesa el pasado de los presos, sino su futuro"

Entrevista Francisco Yoldi

El presidente de la asociación Zaqueo destaca el trabajo que hace la entidad para la reinserción social de los presos

"Si no tiene recursos, no se puede pretender que alguien cumpla su condena, salga a la calle y sea bueno"

Francisco Yoldi, el pasado miércoles en la puerta de la Iglesia del Santo Ángel.
Francisco Yoldi, el pasado miércoles en la puerta de la Iglesia del Santo Ángel. / José Ángel García

Francisco Yoldi acaba de ser nombrado presidente de la asociación Zaqueo, una entidad que trabaja en la reinserción social de los presos. No es la primera etapa de Yoldi al frente de la asociación, que cumple 25 años en este 2021. "Hay quien me ha dado la enhorabuena, pero este nombramiento no es tanto de enhorabuena como de renovación del compromiso", explica. Su empeño es implicar a las hermandades, de las que él mismo procede y que conoce bien, en los programas de la asociación.

"Yo entendía que las hermandades no podemos dar el dinero y salir corriendo. No se trata de dar una cantidad y lavar nuestra conciencia. Por supuesto, hay que contribuir a la financiación, pero también a la organización y al desarrollo. Hay que participar en la gestión y, si cabe, en el voluntariado", indica Yoldi, que admite que hay bastantes hermandades implicadas en la causa. Algunas, como Pasión, cuentan con representación en la junta directiva. La Macarena, la Amargura, el Cerro, el Sol... No quiere dejarse ninguna porque son muchas las que colaboran. Y no sólo de penitencia, pues también está la asociación de la Virgen de los Reyes.

Yoldi llegó a Zaqueo precisamente a través de las hermandades. Era hermano mayor de Montserrat en el año 2002 cuando se propuso racionalizar la acción social de la cofradía. "Ya habíamos hecho algo en el ámbito carcelario, por aquello del Buen Ladrón, pero no queríamos entrar como un elefante en una cacharrería porque no teníamos mucha idea. Pensamos que debíamos ir con alguien que sí supiera". Y ahí se encontraron con la asociación Zaqueo, que funcionaba desde 1996 y que había fundado una hermana de las Adoratrices, Carmen Sánchez. "Ellos contaban con profesionales, que entonces eran una psicóloga y una trabajadora social. Entramos, nos invitaron a participar en la junta directiva y nos metimos dos, el diputado de Caridad y yo". Al poco tiempo hubo una renovación de la junta directiva y la hermandad fue aportando más miembros a Zaqueo.

"De cárceles sabían mucho, pero de organización no tanto". Le vino bien la experiencia organizativa de una cofradía a aquella entidad de ayuda a los presos. En 2004 accedió a la presidencia de Zaqueo por primera vez. Se renovaron los estatutos. "Había muchas lagunas, empezamos a registrarlo todo porque antes no se hacía. Ya entramos cuatro o cinco personas de la hermandad y lo acogimos como un proyecto propio, poniendo muchísimo empeño", añade, y rápidamente se corrige. "No me gusta llamarlo proyecto porque ya es una realidad, podemos hablar más bien de programas".

Francisco Yoldi, durante un momento de la entrevista.
Francisco Yoldi, durante un momento de la entrevista. / José Ángel García

Y son dos los programas fundamentales en los que trabaja Zaqueo. Uno es Casa abierta, que consiste en una vivienda de acogida para las personas que tienen permisos penitenciarios. "La mayoría son personas con muy pocos recursos, con una muy baja autoestima y que incluso han roto sus vínculos familiares cuando han entrado en prisión. Gente que sale de permiso y no tiene adonde ir. Trabajamos con personas con un perfil social muy bajo". Se les proporciona una vivienda en la que alojarse durante sus días de libertad y también la comida. "Y también aprovechamos para darle", dice, haciendo ese gesto inequívoco con la mano horizontal que no necesita demasiada interpretación. Obviamente no se les da ningún cate, sino terapia, tanto familiar como individual.

El otro programa importante se llama Equipaje para la libertad. "Detrás de ese nombre tan rimbombante lo que hay es un curso que ellos reciben una vez a la semana. Lo hacemos fuera y con la gente que está en tercer grado. También para los más jóvenes, de entre 18 y 21 años. Aquí es clave el papel de nuestra psicóloga, Amparo Morillo, que es el alma de todo". Este trabajo es fundamental para ayudar a la reinserción. "No se puede pretender que alguien cumpla una condena en su totalidad, salga a la calle y sea bueno. Si no tiene medio de vida, vivienda o formación, ¿qué hace? Lo único que sabe, y lo único que se aprende allí dentro".

Yoldi sucede en la presidencia a Inmaculada Ruiz Lasida, que permanece como vocal. Estuvo un tiempo fuera de la junta directiva porque concurrió en las listas de Ciudadanos al Ayuntamiento de Sevilla y no quería que la asociación se vinculara a la política. Ahora regresa, justo cuando la entidad cumple su primer cuarto de siglo. Atrás quedan tiempos duros, como los de la gran crisis económica de hace diez años, que ellos notaron ya un poco antes. Se quedaron sin vías de financiación y tuvieron que pedir créditos para poder pagar las nóminas. La pandemia también les ha obligado a hacer dos ERTE, porque los confinamientos en las cárceles hicieron que se cortaran los permisos. Para octubre, si se puede, harán una gala para la recogida de fondos.

Es habitual que cada año, al menos antes del covid, organicen comidas que los mismos reclusos se encargan de elaborar. Es muy habitual el arroz. "Raro es el año que no se acerca alguno y, en cinco minutos, te cuenta toda su vida, con pelos y señales, sin ahorrarse los detalles más escabrosos. A uno en concreto le solté: 'escucha, que a mí lo que hayas hecho en el pasado no me interesa en absoluto, lo que me importa es tu futuro, céntrate'. Y creo que eso podría servirnos como lema".

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