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Ensayar el 'botellódromo' por San Valentín

Unos 6.000 jóvenes se concentran en Charco de la Pava para celebrar el día de los enamorados.

Ensayar el 'botellódromo' por San Valentín
Antonio Navarro Amuedo

15 de febrero 2008 - 05:02

Del sms al tuenti.com. De los mensajes de móvil a las comunidades virtuales. Los convocantes se habían propuesto durante la semana reunir a 14.000 personas para celebrar el fin de los exámenes de febrero, pero al final sólo se citaron entre 6.000 y 8.000, según la Policía. Primer gran botellón de 2008 y ensayo general en los terrenos de la bancada de la Expo, junto al lugar donde el Ayuntamiento de Sevilla prevé habilitar el llamado botellódromo.

"Mientras no nos abran un lugar para beber, lo vamos a seguir haciendo, así que mejor aquí que no molestamos", explica Jesús Manuel Flete, que acaba de comenzar la carrera de Publicidad acaba desde su Villafranca de los Barros natal. Como él, predominan los estudiantes universitarios de los primeros cursos. Entre ellos abundan los procedentes de localidades de la provincia y de otras limítrofes, como Cádiz, Badajoz o Huelva. "Este es un rito iniciático para mí, vengo de Algámitas y nunca había visto tanta gente junta", explica Domingo García, que estudia Ingeniería Informática.

Tempus fugit para las diferentes generaciones que han pasado por la explanada, pero la de las macrofiestas universitarias es una tradición consolidada. Los estudiantes Erasmus se acoplan con facilidad en la muchedumbre. Hasta cuatro puestos ambulantes de comida rápida están plantados en el lugar, bien acotado su espacio vital. ¿Quién dijo que estas convocatorias no son bien planificadas?

La convocatoria se fija para después de comer y el protagonismo absoluto lo tiene el vino tinto con refresco, aderezado por los aperitivos. Queda mucho día por delante. Y mucha noche, porque las discotecas, que han colgado sus anuncios por doquier, serán próxima estación. La económica es razón esencial para explicar el botellón, como lo asevera Eduardo Fernández, que elabora una sangría. "Soy estudiante de hostelería y me he traído vino, manzana, canela, azúcar y limón para prepar este barril. ¡Y sólo dos euros por cabeza!".

Normalidad destilan los convocantes y también las fuerzas de seguridad, que trataron de no hacerse notar. No tuvieron que emplearse en incidentes de importancia al cierre de esta edición, aunque dieron constancia de que la grúa trabajó intensamente para retirar vehículos mal aparcados. La tarde cae y el runrún de la muchedumbre se asemeja al eco propio de la Feria cuando se toma distancia. El vino hace su efecto y al retirarse el sol la atmósfera cambia de registro. Las motos y los coches empiezan a trazar parábolas peligrosas y algunos comienzan a marcharse. Pero queda fiesta para rato.

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