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Enfermeros: "Me duelen los enfermos ingresados"

Ante dos frentes: las necesidades de los pacientes y la falta de tiempo para atenderlos

José María Requena, auxiliar y enfermero en el Virgen del Rocío.
N.M.

14 de octubre 2012 - 05:03

ME duele ver a los pacientes, sobre todo a los niños ingresados, que no reciben toda la atención que merecen". La sobrecarga de trabajo, junto a la falta de personal en las plantillas de auxiliares y enfermeros impiden que estos profesionales puedan dedicar el tiempo que quisieran a los enfermos y a sus familias. "Nos centramos básicamente en preparar y administrar la medicación; no tenemos tiempo para más", explica José María Requena, auxiliar de enfermería en el Hospital Virgen del Rocío y titulado en Enfermería.

"En el Infantil, donde trabajé como enfermero en julio y agosto, los padres necesitan apoyo y los niños gravemente enfermos más atención; pero los profesionales sólo podemos centrarnos en lo puramente asistencial por falta de tiempo". En Medicina Interna del Hospital Infantil, por ejemplo, se han registrado situaciones en las que sólo dos enfermeros han atendido a 18 niños con graves problemas de salud.

"Cuando regreso a casa tras atender a los pacientes me invade una insatisfacción profesional por no poder hacer más por ellos debido a la falta de tiempo; y el temor a que algún día se cometa un error o un retraso en los tratamientos", lamenta. Comprobar que un paciente pide asistencia porque siente dolor o necesita que lo cambien, y que tiene que esperar una hora o más, genera frustración y estrés a los auxiliares y enfermeros. Muchos familiares muestran comprensión hacia estos profesionales, pero otros se crispan y la tensión crece en los pasillos.

En los hospitales se necesitan más profesionales para cumplir los horarios y los protocolos hospitalarios. Y la bolsa del SAS está repleta de profesionales que esperan una llamada para incorporarse a la asistencia. Pero no hay dinero o, al menos, es el motivo que las autoridades sanitarias ofrecen a los profesionales y a sus representantes sindicales.

José María Requena logró la titulación de Enfermería en 2011 tras mucha dedicación y gracias a enormes esfuerzos. Compaginó su trabajo como auxiliar de enfermería con los estudios en la Facultad durante años. "Atender a mi hijo, a los pacientes y a mis estudios". Su objetivo: promocionar dentro del SAS. "La mayoría de los enfermeros y auxiliares han elegido esta profesión por vocación", dice.

Este verano, tras entrar en bolsa como enfermero y pese al convenio para la promoción interna en el Servicio Andaluz de Salud, los objetivos de José María se trucaban al comprobar que el SAS apenas hace contratos de Enfermería. "Tengo la plaza fija conseguida por oposición como auxiliar; trabajo en el SAS desde 2001; y me he titulado en Enfermería". Ahora esta inversión de tiempo, trabajo y estudios para promocionar no son reconocidos, al menos, de momento.

El SAS apenas hace contratos de un mes o dos meses y no cuenta con sus propios profesionales que han dedicado parte de su tiempo a especializarse, como es el caso de este auxiliar, que tiene una extensa experiencia y que aspira a ocupar un puesto de Enfermería. Es un puesto que le pertenece, según consta en el Estatuto Marco de Sanidad. A ello se suma la sobrecarga de trabajo, los recortes en los sueldos, el estrés y la preocupación por la falta de atención que reciben los enfermos. Una situación que sufren de manera generalizada los auxiliares y enfermeros.

Mi vida no me pertenece

"Siento que mi vida no me pertenece, le pertenece al SAS". Enfermera y especializada en Cuidados Críticos, a sus 32 años S. A., que prefiere mantenerse en el anonimato, siente que ha perdido sus riendas: UCI en el Hospital de Jerez, Medicina Interna y Quirófanos del Hospital de Valme, Hospital del Tomillar, UCI de Puerto Real, unidad de Psiquiatría del centro de salud del Alamillo, planta del Hospital de Valme. Siete destinos, especialidades distintas y en sólo un año. S. A. es enfermera eventual en el SAS. "Nos exigen más trabajo, con menos derechos", denuncia.

Trauma, Urología, Medicina Interna, Digestivo, Cirugía, UCI, Urgencias, Maternidad, Oncología, Hematología, Radiología, Neonatología son sólo algunas de las áreas a las que esta enfermera ha tenido que adaptarse en apenas unos días. "Ahora que me acostumbro a mi último servicio ya estoy pensando cuál será mi próximo destino... si aún puedo conseguir un contrato de trabajo". La precariedad laboral se ha impuesto especialmente entre los más jóvenes profesionales del SAS.

"El año pasado trabajé por días sueltos en Cádiz, con contratos de uno o dos días; tenía que estar atenta de no perder la llamada telefónica si no quería perder el trabajo. Conocía mis turnos con un día de antelación, o incluso una sola hora antes", relata. El SAS llega a contactar con un profesional a las dos y media de la tarde para que se incorpore a las tres. Esto impide a las enfermeras eventuales tener vida propia. Disponibilidad las 24 horas los 365 días al año. "Si rechazas un contrato de un día te sancionan un mes".

S.A. decidió ampliar su disponibilidad geográfica y ahora trabaja en el Hospital de Valme. Se desplaza todos los días desde el Puerto de Santa María a Sevilla y lamenta que ahora le han quitado horas de trabajo. Con la reducción de la jornada laboral a un 75%, el gasto en diesel (unos 400 euros al mes) y la pérdida de complementos, a esta profesional le quedan, en limpio, entre 500 y 600 euros al mes. "Pisan mis derechos de conciliación familiar y hasta derechos como ser humano: poder ponerme enferma sin temer que voy a perder mi próximo contrato o quedarme embarazada".

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