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Encapuchados y bajo amenazas, así trabaja la 'brigada antienganches' de Endesa en Sevilla

La lucha contra el fraude eléctrico desde dentro

Las plantaciones de marihuana se sitúan en el centro de las miradas en Polígono Sur, Torreblanca, Palmete, Padre Pío y La Plata, los barrios que concentran el 57% de las incidencias de las red eléctrica

La compañía ha duplicado la potencia con nueve nuevos centros de transformación para evitar los cortes de luz de los vecinos con contrato

Las plantaciones de marihuana funden hasta diez fusibles al día en Sevilla

Técnicos de Endesa durante una inspección de fraude en Palmete. / M. G.

Martes 6 de junio. Son las 10:30 en la calle Azorín, en la barriada de La Plata. Apenas hay vecinos por la calle. Empiezan a aparecer, a modo de vigilantes, cuando ven llegar la comitiva de periodistas. Dos técnicos de electricidad ponen la escalera sobre la fachada de una vivienda. Sus moradores están dentro. No salen. No preguntan qué están haciendo en su propiedad. Sólo una mujer se asoma al balcón minutos más tarde, probablemente, cuando nota que se queda sin luz en el interior de la vivienda. No dice nada. La cajetilla donde debería ir el contador para suministrar de electricidad el inmueble está vacía, es decir, no tiene contrato de luz en vigor, sin embargo, hasta ese justo momento el aire acondicionado funcionaba a todo gas. "La electricidad le llegaba a través de enganches al cable que pasa por la calle", dicen los técnicos, que desconectan el servicio sobre la marcha.

La operación se repite varias viviendas más abajo. El resultado es el mismo. Los técnicos de Endesa han visto todo tipo de artimañas. En ocasiones los reciben bajo amenazas. En otras, trabajan encapuchados para evitar que los identifiquen o tienen que ir acompañados por la Policía. En el caso del trucaje de contadores, la compañía eléctrica se emplea a fondo para detectar las innovaciones de quienes defraudan y llegan a aplicar una especie de ciencia forense aplicada a los medidores. "El defraudador nos lo pone siempre difícil. Hay verdaderos profesionales", repiten los responsables de la operación.

Un incómodo desafío: localizar las 'trampas'

Esta actuación se enmarca en la lucha contra una problemática que se extiende. La de trampear los contadores para robar la energía eléctrica. Un incómodo desafío para las empresas suministradoras, que apuntan que, sólo en esta zona de Sevilla, los técnicos han realizado este año 218 inspecciones. En el 28% de los casos se detectaron enganches ilegales.

Es sólo un ejemplo. Según datos de Endesa, en similares cifras se encuentran otras cuatro zonas de la ciudad: Padre Pío, Palmete, La Plata, Polígono Sur (sobre todo Tres Mil Viviendas y Letanías) y Torreblanca. En estas dos últimas, hay puntos, como la barriada Martínez Montañez o el entorno de la Plaza del Platanero, donde el fraude de luz es del 100% del suministro.

Detalle del procedimiento que siguen los técnicos durante una inspección de fraude en Torreblanca. / M. G.

La compañía eléctrica le pone cifras al robo de luz en Sevilla. Entre enero y mayo ha realizado trece inspecciones en estos cinco barrios. La primera de ellas se produjo el 24 de enero en la zona de la Plata, donde se detectaron 26 enganches de 34 suministros inspeccionados. Es decir, un 76% de fraude. Tres días después, en el Polígono Sur se retiraron 54 de 75 enganches, un 72% de suministros irregulares. El 9 de febrero, en La Plata, otra intervención se saldó con 18 cortes de 88 puntos inspeccionados. Los días 10, 15 y 24 de febrero se sucedieron tres operaciones en las Tres Mil Viviendas, todas ellas con altos niveles de fraude. En la última de ellas se detectaron 65 enganches ilegales de 66 suministros inspeccionados. Es decir, un 98,4% de fraude. El 2 de marzo, en Palmete, se inspeccionaron 44 viviendas y se detectó un fraude de luz en 18.

Otra operación se desarrolló en La Plata cinco días después. De 85 inspecciones, 13 enganches ilegales. El día 14 de marzo, en Palmete, de 79 revisiones, de detectó fraude en 10, y ocho días después de 61 inspecciones, 21 enganches. Las últimas inspecciones se se han llevado a cabo el 14 de abril, el 26 de mayo y el 29 de mayo, en La Plata, Las Letanías y Palmete, respectivamente, el porcentaje de fraude detectado fue de 36%, 60% y 31%.

En total en lo que va de año, Endesa ha realizado en la provincia de Sevilla 3.998 inspecciones con un 25% de enganches ilegales localizados. En todo el 2022, fueron un total de 40.590 revisiones y de ellas el 27% tuvieron como resultado fraude. Además, la compañía colabora con las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado para realizar acciones conjuntas de lucha contra el fraude eléctrico, principalmente derivado de las plantaciones de marihuana. Este año se han realizado siete actuaciones con 269 cortes.

Cada vez que se llevan a cabo estas intervenciones, se consiguen bajar las cargas de los centros de transformación de forma considerable, pero en la mayoría de las ocasiones esas cargas vuelven a aumentar a los pocos días de su intervención, lo que demuestra que los defraudadores son reincidentes.

La sobrecarga por el cultivo de marihuana

Pero, ¿qué hay detrás de esa maniobra delictiva en Sevilla concentrada en cinco barrios convertidos en una especie de paraíso del enganche ilegal? La compañía eléctrica lo tiene claro: el cultivo de marihuana. La necesidad de un elevado potencial eléctrico capaz de absorber, por cada plantación tipo, el consumo de luz medio de 80 familias, y de generar una sobrecarga de la red con resultado, en muchas ocasiones, de graves riesgos en la seguridad tanto de las personas que manipulan las instalaciones y de las que fortuitamente pueden tener acceso a ellas, que pueden sufrir electrocuciones, como de las propias instalaciones que pueden salir ardiendo.

Inspección de fraude en el cuadro de contadores de un bloque de viviendas en Tres Mil Viviendas. / M. G.

Del total de centros de transformación repartidos por Sevilla capital, unos 3.200, esta situación se registra en sólo 39. Están ubicados en esos cinco barrios, que se incluyen en Polígono Sur, Torreblanca, Palmete, Padre Pío y La Plata, y generan el 57% de las incidencias en la red eléctrica de la ciudad. La potencia total contratada en esos 39 centros de transformación más afectados por el fraude es sólo del 34%. Pero hay más. Únicamente el 57% de los 15.503 suministros a los que abastecen tienen contrato en vigor.

"Esta sobrecarga a la que está expuesta la red de distribución no tiene ninguna justificación ni explicación técnica, ya que la capacidad de las instalaciones es muy superior a la que teóricamente se necesitaría, incluso si los usuarios en situación legal, con contrato en vigor e instalaciones interiores conforme a la normativa, utilizasen todos sus suministros a la máxima potencia. En esa situación aun habría capacidad en los centros de transformación para suministrar 1,8 veces más clientes en las mismas condiciones", explican desde la compañía.

En ese sentido, la diferencia entre la potencia de electricidad que circula por los transformadores que dan servicio a estas zonas de Sevilla y la que miden los contadores de las viviendas con contrato es 3,54 veces mayor, según se desprende de la sensorización de los centros. "Lo que da una idea del volumen de enganches ilegales y de la cantidad de energía que demandan", apostillan.

Objetivo: evitar los cortes de luz

Para evitar que esa sobrecarga provoque incendios, los centros transformadores disponen de protecciones, como los fusibles, que absorben la sobretensión y evitan males mayores. En estas zonas se han registrado picos de 10 fusibles fundidos al día por centro de transformación.

Interior de uno de los nueve nuevos centros de transformación instalados por Endesa en estos cinco barrios. / M. G.

Cada vez que se funde un fusible hay que reponerlo para poder tener continuidad en el suministro, pero para poder realizar su cambio hay que esperar a que el centro de transformación baje de temperatura, para que los técnicos puedan manipular la red. Esto supone que el cambio de un fusible pueda suponer una media de dos horas, desde que Endesa tiene conocimiento hasta que se ejecuta.

La compañía también ha detectado una mayor sofisticación de las infraestructuras eléctricas empleadas para el cultivo de marihuana. Estas instalaciones demandan potencias compatibles con una industria, "lo que evidencia la enorme carga eléctrica que soporta la red de distribución, que está diseñada y autorizada administrativamente para abastecer viviendas, no polígonos industriales", añaden los profesionales de Endesa.

Esta situación está detrás de los continuos cortes de luz de los que son víctimas vecinos que cumplen religiosamente con sus compromisos y que ven como no pueden desarrollar una vida normal. Peor lo tienen las personas que sufren alguna patología grave y que dependen de algún aparato sanitario, por ejemplo, para respirar. Y ese es el desafío.

También afecta a sus bolsillos. Según apuntan desde Endesa, la energía defraudada supone un incremento del precio del kWh para los consumidores, por tanto, son los consumidores con contrato en vigor quienes soportan el coste del fraude que se está produciendo.

"La idea equivocada de que el fraude eléctrico es asumido por la empresa está totalmente fuera de la realidad. Lo que una persona defrauda repercute directamente en los bolsillos del resto de ciudadanos, llegando a un incremento anual de la factura eléctrica de 150 millones de euros el pasado año, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC)", afirman desde la compañía eléctrica.

Inversiones

La compañía eléctrica defiende sus actuaciones. Destaca que la inversión media por cliente destinada en estos barrios es de 133 euros al año. La cifra impacta en relación a la media de inversión destinada por Endesa en barrios más acomodados de la ciudad como Los Remedios o Nervión: 24 euros al año.

Para evitar los cortes que trae por la calle de la amargura a quienes religiosamente pagan sus facturas, y que han llegado, incluso, a la Fiscalía, la compañía asegura que para ella "es una prioridad". En 2022 invirtió 2,5 millones en la instalación de nueve nuevos centros de transformación adicionales en estas zonas desde el mes de julio hasta el pasado mes de febrero que se puso en funcionamiento el último. Los mismos han "duplicado y, en algunos casos, triplicado" -destacan desde Endesa- la potencia que suministran. Cada uno tiene capacidad para abastecer de electricidad a unas 1.600 familias. Están situados a escasos metros de distancia y, desde su instalación. Este verano es la prueba de fuego. Hasta ahora no han registrado incidencias.

Por barrios, en el caso del Polígono Sur, la compañía destinó en 2022 cerca de 2,5 millones de euros en actuaciones de mejora en la calidad y seguridad de los suministros eléctricos. El año pasado se hicieron 21 obras para reforzar 23,3 kilómetros del circuito de media y baja tensión. Un nuevo centro de transformación, en Nuestra Señora de la Oliva, refuerza desde agosto del año pasado la red eléctrica en la zona.

En Torreblanca, el plan de refuerzo que se ha llevado a cabo en los últimos dos años ha supuesto un aumento de la capacidad de las redes en un 60%. En total, los técnicos de Endesa han actuado en ocho kilómetros de líneas de media tensión tanto aérea como subterránea, duplicando su capacidad para evitar la saturación registrada en las líneas de distribución. La zona cuenta con tres centros de transformación más, en calle Marinaleda, Los Molares y Nogal, "que han descargados los ya existentes", insisten desde la compañía eléctrica. En Cerro-Amate y Palmete se han llevado a cabo once obras con 1,7 millones de euros de inversión. Se han instalado cuatro nuevos centros de transformación (calle La Algaba, Carmen Vendrell, García Minguel y Bollullos).

Por su parte, para tratar de rebajar el nivel de fraude, Endesa está regulando los contadores en estos barrios, cosa que hace con el apoyo de la Policía Local. Igualmente, trabaja con los servicios sociales y AVRA (Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía, propietaria de la mayoría de los pisos del Polígono Sur) para regularizar el suministro eléctrico.

La compañía dispone de un bono social, que permitiría a muchos de los vecinos de estas zonas contar con bonificaciones para que la luz no les cueste prácticamente nada. Sin embargo, todavía son muy bajos los porcentajes de vecinos que cuentan con estos bonos. En el Polígono Sur es del 9,75% de los clientes, en Torreblanca del 13% y en Palmete del 11%.

Son pequeñas batallas en una guerra que parece eterna y que sigue haciendo mella en los vecinos que trabajan al margen de este ámbito delictivo, pero que son quienes más lo padecen.

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