El viejo Don Angelo se reinventa: de club de alterne a farmacia
El símbolo del despilfarro en el caso de la Faffe
Nuevo uso para la parcela que estaba ocupada por el puticlub Don Angelo hasta 2018
Una farmacia en la parcela que estaba ocupada por el Don Angelo hasta finales de 2018, un club de alterne que se convirtió en el símbolo del despilfarro de dinero público efectuado por la Fundación Andaluza Fondo Formación y Empleo (Faffe) antes de ser extinguida como entidad dependiente de la Junta de Andalucía en 2011.
El promotor cuenta con el visto bueno de la Gerencia de Urbanismo para levantar un inmueble que contará con un local en las plantas baja y primera, que está diseñada con cuatro aseos, un pequeño office y un cuarto para el servidor. El sótano se destina a aparcamiento e instalaciones, mientras que la cubierta será transitable, tendrá un castillete de escalera y zona para instalar placas fotovoltaicas. Todas las plantas se conectarán con un ascensor y una escalera.
El chalé enclavado en el número 6 de la Carretera de Su Eminencia es historia desde el 18 de diciembre de 2019. Una máquina excavadora acabó en varios días con el club de alterne en el que el ex director de la fundación andaluza para formar a parados, la Faffe, pagaba con la tarjeta oficial de la entidad como parte de su “actividad comercial” para captar subvenciones.
El inmueble se encontraba en ruinas y llevaba más de un año a la espera de ser demolido, pendiente sólo de una licencia municipal. Allí tuvo lugar la juerga en la que Fernando Villén se gastó cerca de 15.000 euros el día que el ex presidente de la Junta José Antonio Griñán cambió su gobierno y relevó a quien había sido consejero de Empleo, Antonio Fernández. Éste era el jefe de Villén, dado que la Faffe dependía de este departamento.
La tarjeta black del jefe de la fundación para formar a parados se usó quince veces en apenas unas horas en el club de alterne; en concreto, entre las 20:57 del 22 de marzo de 2010 y las 02:43 horas del día siguiente. Se hicieron cargos de entre 310 y 1.490 euros en una juerga que acabó costando 14.737 euros y que se costeó en ese momento con los fondos públicos con los que se financiaba una entidad ya disuelta. Tres días más tarde, el 25 de marzo, alguien de la Faffe acudió al puticlub a anular los quince cargos que había hecho el director de la fundación pública con su tarjeta.
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