Un Domingo de Pasión con luces de Navidad
A las colas en los monumentos, belenes y barras de bares hay que sumar las que se formaron ayer en los templos en los que se celebraron besamanos
Este fin de semana no sólo se han visto colas en los monumentos principales de la ciudad, a la entrada de los belenes, en las administraciones de Loterías o para hacerse hueco en la barra de un bar. Los que hayan pasado estos días por delante de un templo se habrán percatado de la hilera de personas que aguardaban a ver los besamanos que una veintena de hermandades han celebrado con motivo del día de la Inmaculada. Se trata, sin duda, de uno de los alicientes para visitar la capital hispalense en estas fechas y que incentiva el que se ha venido en llamar turismo religioso.
Con el eco aún de las tunas cantando a la Inmaculada de Coullaut Valera en la Plaza del Triunfo despertaba una jornada que, aunque se incida en el tópico, pasa por ser una de las más sevillanas del calendario. Liturgia de abrigos largos y corbatas celestes en las funciones matinales, cuando aún en las calles se puede andar con cierta tranquilidad. Para los más adelantados es este momento en el que comienza el tour inmaculista por los templos de la ciudad.
Algunos requieren de la agenda del periódico para no dejarse ninguno atrás. En ella señalan las novedades del día y aquellos detalles que no deben pasar inadvertidos para la vista. Una cita ineludible es con la Pura y Limpia del Postigo, que este año ha abandonado su recoleta capilla del Postigo (tapiada por la reforma de la cancela). Quienes quisieron ayer besar la mano de la imagen ante la que oró el Papa Juan Pablo II (que lucía para la ocasión una toca de sobremanto) tuvieron que acudir al convento de la Encarnación, en la Plaza de la Virgen de los Reyes, lo que supuso un descubrimiento para muchos.
Para otros también fue un descubrimiento el techo de palio de la Virgen de la Concepción gracias al montaje que la priostía de la Hermandad del Silencio ha ideado para este besamano (que concluye hoy). Un enser que escapa a la mirada de muchos en la Madrugada y que se puede contemplar en todo su esplendor al ser usado como dosel. Junto a la espada y el cirio votivo se eleva un auténtico trono bizantino. Toda una simbología para los que acuden a San Antonio Abad.
Otra novedad fue el manto de camarín bordado por las hermanas de la Rendención para la Virgen del Rocío, cuyo altar se encontraba adornado por una exquisita selección de flores en tonos rosáceos. Y otro acierto: la recuperación -aunque sólo por unos días- del manto que bordó Rodríguez Ojeda para la Dolorosa de los Negritos (propiedad actualmente de la Hermandad de San Juan de Écija), con el que ha podido verse desde el viernes.
Hubo quienes supieron sacarle provecho a la jornada y se recorrieron la veintena de besamanos. Otros, sin embargo, prefirieron decantarse por una selección donde caben todos los gustos: la elegancia de Vera-Cruz, la magnificiencia de la Cena, la exquisitez de la Virgen del Socorro, el clasicismo de Santa Cruz o a la acertada recuperación en el atavío de la Soledad de San Buenaventura.
Pero no sólo fue ayer día de besamanos. Hubo procesión con la Inmaculada de los Padres Blancos y baile de los seises en la Catedral (que se mantendrá hasta el día 15). También mucha gente que simplemente se dedicó a pasear por las calles de la ciudad -operación que se hacía insufrible en algunos momentos por la colmatación de personas- para hacer compras o disfrutar del alumbrado navideño. Luz artificial para un jornada con brillo propio. Y, por último, hay quienes, alejados de la bulla de estas fechas, decidieron ponerle banda sonora a este Domigo de Pasión en pleno adviento con los versos del rockero Silvio:
Yo ti amo, ti amo tanto tanto,
madre de lo universal
sevillano, siento tanto,
amor por ti, amor per te.
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