Documentos en una caja que pueden "perjudicar" a Zoido
El jefe de Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla Francisco Amores Carredano aseguró en una conversación telefónica intervenida por la Guardia Civil que guardaba en una caja de seguridad de un banco documentos que pueden perjudicar al alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido.
El pinchazo telefónico en el que se producen estas revelaciones tuvo lugar el 7 de noviembre de 2013, cuando este funcionario recibió una llamada en la que él manifestó que iba a marcharse pronto del Ayuntamiento, cuando volviera otro funcionario que entraría "de la mano del alcalde, porque pa eso Arias Cañete ha llamao al alcalde dos veces y sa montao el revuelo" (sic).
Amores aseguraba que aguantaría unos meses más porque iba a montar una sociedad consultora y a buscar trabajo fuera de España. "Nada más que me salga una consultoría interesante de 40, 50 o 60.000 euros, automáticamente me jubilo, me voy", afirmaba el funcionario en esa conversación. A juicio policial, aunque Amores tenía previsto jubilarse pronto, iba a tratar de "mantener su influencia en el servicio de Parques y Jardines, y enmascarar su actividad a través de unos supuestos servicios de consultoría".
Según la Guardia Civil, Amores asevera en la conversación que tiene documentos que "pueden perjudicar" tanto al entonces director de Medio Ambiente Joaquín Peña, al servicio de Parques y Jardines, al Ayuntamiento y "al propio alcalde de la ciudad". Esos documentos estarían bajo custodia en una "caja de seguridad" de una entidad bancaria y Amores, prosigue la UCO, llega a comentar que "va a amenazar con publicarlo en algún medio de comunicación si el director general no cumple lo que tiene acordado y no se retracta en su forma de tratarle".
La Guardia Civil vincula estas afirmaciones con el contenido de la grabación que se encontró en uno de los discos duro incautados a Fitonovo donde se apuntaba que cargos del Ayuntamiento "habrían pedido dinero" a esta empresa a cambio de la adjudicación de varios lotes del macroconcurso de 48 millones. Dicen los agentes de la UCO que Amores seguía manteniendo el contacto personal con Fitonovo y de hecho se reunió con el dueño, José Antonio González Baró, el 5 de noviembre en el bar El Clavel de La Pañoleta, donde el funcionario mostró al contratista "cierta documentación".
De las relaciones entre ambos, los agentes destacan los contratos públicos relacionados con el parque periurbano de La Corchuela, para el que el funcionario estaría preparando el pliego del mismo y el empresario de Fitonovo le pidió que lo "deje amarrado".
Según los investigadores del instituto armado, Francisco Amores mantiene un "elevado nivel de vida" y está afrontando los gastos de reforma de su vivienda.
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