La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
Eran más de las once de la mañana cuando el alcalde de Sevilla salía por la Puerta del Príncipe. Bajo la escuálida sombra de la réplica del Giraldillo, Juan Espadas hacía balance de la procesión de la Virgen de los Reyes que concluyó hora y media antes. A escasos metros, los cuatro concejales socialistas que lo habían acompañado en el cortejo esperaban a que hiciera las declaraciones oportunas a los periodistas. El regidor hispalense se situó en línea con la opinión generalizada sobre la asistencia al Día de la Virgen. "Ha habido mayor afluencia de público", destacaba Espadas, quien sumó con ésta su sexta participación en la procesión de la patrona, dos de ellas como alcalde de la ciudad.
"Es un día grande para la ciudad. Los sevillanos cumplen con su patrona, como la patrona cumple con los sevillanos", dijo el alcalde, cuyas apariciones públicas las últimas semanas se pueden contar con los dedos de una mano. Espadas hizo este 15 de agosto un paréntesis en sus vacaciones. En su rostro se reflejaba el bronceado conseguido en días de sol y playa. El regidor hispalense agradeció la colaboración de las fuerzas de seguridad en el dispositivo organizado por el Cecop para la procesión.
Hechas las declaraciones pertinentes, el alcalde se marchó con los concejales socialistas que lo habían acompañado: la delegada de Economía y Relaciones Institucionales, Carmen Castreño; el delegado de Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera; la delegada de Igualdad, Juventud y Relaciones con la Comunidad Universitaria, Myriam Díaz; y la delegada del Distrito Macarena, Clara Macías.
El sol también había dejado huella en el rostro de Cabrera, quien, por cierto, reconoció que la portada de la Feria del próximo año no había contado con su voto. Y ya van dos, pues la de la pasada primavera tampoco lo tuvo. "A ver si a la tercera va la vencida", dijo el edil de Fiestas Mayores tras concluir los actos protocolarios del 15 de agosto. Siguiendo con los concejales socialistas, los espectadores no pasaron por alto el tono demasiado claro empleado por la concejal de Juventud para un cortejo en el que resulta mucho más oportuno el uso de colores oscuros.
Bajo el dintel de la Puerta del Príncipe, Espadas y el portavoz de Ciudadanos, Javier Millán, hablaron sutilmente al oído, con bastante complicidad. Millán aseguró que su bronceado era fruto de "pocos días". A quien prácticamente no se le reconocía era a Francisco Moraga -concejal del partido naranja- tras reducir su barba a la mínima expresión. "Me la afeito un poco para la procesión", aseguró este edil, que sabe lucir el chaqué, como pocos, con rancia elegancia.
Pero las miradas pícaras no se detenían en el cortejo municipal, sino en el de la Diputación. Entre sus representantes se encontraba la portavoz del PP en el ente provincial y secretaria general del partido, Virginia Pérez. La protagonista de la última crisis de los populares sevillanos -con un elegante broche- precedía a sus cinco compañeros de la capital (empatados en número con el PSOE). Su rostro no pasó inadvertido. No era para menos. Nunca antes esta procesión tuvo camarlenga.
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